Redacción: Javier Baquero – Jaba
Medellín – Colombia. Con una pésima entrada en La Macarena se le dijo
adiós a una temporada atacada de manera irracional por antitaurinos y
autoridades poco equilibradas.
Con una corrida en la que pudimos disfrutar de cuatro de los seis toros lidiados en un concurso que resultó bien interesante los toreros encontraron materia prima y el público un buen espectáculo.
Antonio Barrera, el más antiguo de la terna abrió plaza lidiando el toro de la ganadería de Vistahermosa, un ejemplar remontado, con edad y muy encogido y esmirriado de los cuartos traseros. Varias verónicas sin ton ni son por culpa de las embestidas de toro. En banderillas tampoco fue claro el toro de Cundinamarca. Con la muleta el español brindo al publico, pocos muletazos y al centro del ruedo donde se encontró con un caminador, corto y desaguisado toro. Cabeceaba y poco recorrido tenía, junto a poca efusividad en sus embestidas. Voluntad del español y poca materia prima. Tomo el engaño en la mano izquierda para probar por este pitón pero tampoco hubo de donde echar mano. Entró a matar luego de varios intentos menoscabados por los andares del toro y dejó media estocada, en dos ocasiones y una espada completa. Descabello a las manos para repetir varios intentos y un aviso en el palco. Silencio para barrera, pitos para el toro.
El cuarto de la tarde de la ganadería de El Encenillo correspondió a Barrera para cambiar la historia del primero. Fue un toro, toro, quizás el último que se esa dehesa se lidiará en Medellín. Con partencia el toro le ganaba los pasos al torero. La vara a cargo de Luisin estuvo bien por la ejecución y bien por la colocación de torero español en una primera comparecencia. Brindo la lidia a Rincón y en el centro con dos cambiados y uno por alto dio inicio a una faena de muleta a un buen toro de Don Dario, el toro exigía y Barrera quedaba por debajo de las condiciones del ejemplar de Zipacón. Con la mano izquierda también trato y encontró materia suficiente para triunfar pero desaprovecho muchos instantes del astado. El español dio espacios para que se recompusiera el toro y eso fue importante, pero la faena no correspondió a la bravura del toro. Si es verdad que en momentos se embragueto también es cierto que falto calidad en las ejecutorias, mucha emoción y poco fondo. Una oreja larga y vuelta al ruedo a un magnifico toro.
Ramsés, segundo de la tarde y primer colombiano en el ruedo lidio el toro de Achury Viejo. Un ejemplar bien hecho, con potencia, trapío y acometividad. Con el capote saludo con verónicas y Chicuelinas rápidas. La vara fue a cargo de Rogelio Cerquera, quien con esta ejecución se despidió de los ruedos antioqueños. Con la pañosa brindo al público, por doblones al centro del ruedo y empezó a construir una faena a un toro que no humilla e iba con la cara a media altura, fue poco lo que sirvió y Ramsés abrevió buscando el acero. Una espada completa, busco el verduguillo y en un primer intento finiquito al mal toro. Pitos al toro y silencio al bogotano.
El quinto del festejo para Ramsés fue de la ganadería de La Carolina. El bogotano lanceo con cuatro verónicas muy bonitas, luego lo llevó al caballo de Reinario Bulla. Brindo al público y con la pañosa en el centro se dispuso a realizar una faena que inicio con dos cambiados por la espalda muy animados por el respetable. Ya en el toreo en firme ejecutó buenos muletazos iniciales. Construyo uno a uno faena interesante, de calidad, con muletazos largos profundos, mandones frente a un toro que exigía mucho temple y mando, cualidades que Ramsés interpreto en su cara. Hubo momentos de tranquilidad en los que el bogotano aguanto al toro. Con el acero en primera instancia no firmó lo hecho con la pañosa. La segunda comparecencia entro hasta los gavilanes y basto para que doblara. El acero le quito una segunda oreja. Y una primera se la timo el palco alto inexplicablemente. Ramsés dio la vuelta al ruedo y el toro igualmente.
Luis Bolívar, tercer espada salió al ruedo tras no haberse visto nada en los dos primeros, cuando la gradería se hacia muy dura y la esperanza empezaba a «gritar» por su ausencia. El caleño lidió el todo de Ernesto Gutiérrez, ganadería que en días pasados la había proporcionado la posibilidad de un indulto en esta misma plaza. Cinco verónicas, dos medias y una revolera nos dejaron ilusionar con el capote. El toro en la vara, Viloria. Saltilleras verónicas para rematar un buen tercio de varas. Con la muleta luego de brindar al público en el tercio inicio citando de lejos para continuar en el centro. El toro persiguió y Bolívar conducía la embestida con suavidad. Con la surda también pudimos ver al bravo toro. El ejemplar perseguía haciendo el avión si solución de continuidad. Tuvo fondo y mucha calidad. Bolívar lo aprovechó, aunque en un momento o llevó a los tercios sin que el toro lo pidiera. Bolívar entró a matar recibiendo. Una oreja para Bolívar y palmas al toro, tras concederle el palco la vuelta al albero.
El del cierre del concurso y de la Feria, fue de la ganadería de Agualuna y con este la despedida de Colombia de Luis Bolívar. El toro con trapío pero con cosillas poco agradables en la capa, Luis le camino hacia atrás llevándolo prendido en el capote y mostrándole el camino. En la vara de Cayetano Romero la pelea fue con la cabeza arriba. En el centro del ruedo tras brindar a todo su equipo Luis entendió perfectamente al toro y le proporciono una faena entonada que fue musicalizada rápidamente. Se embragueto con este corpulento que fue a más y peleo en buena forma. Probó con la mano izquierda y encontró el sitio justo, muletazos importantes y una faena muy entonada. La espada fue certera y Luis cobro por ventanilla un trofeo para con este abrir la puerta grande de La Macarena.