Medellín – Colombia. Con muchos matices, unos de emoción, otros de
tragedia, algunos de desconcierto y claro que si los del triunfo se
vivieron en la corrida del día de hoy en la ciudad de Medellín. Tres
toreros por la puerta grande, un hombre de plata con tres cornadas, un
toro manso devuelto y un indulto inconsulto son algunos de los aspectos
que se pudieron apreciar.
Se lidiaron tres astados de la dehesa de Ernesto Gutiérrez, justos de presentación en lo que es la casa caldense y cuatro de La Carolina que pasearon del manso cuarto al buen quinto que fue injustamente indultado, por un palco irresponsable.
Manuel de Jesús – El Cid (traje azul oro y detalles en blanco) con la capa ejecutó varias con su sello característico. Bonitas y con empaque. Con la muleta citó de lejos y el toro acudió a la mano diestra del Cid.
Fueron dos tandas iniciales con mucho empaque, suavidad y distancia, alargándole el recorrido al llevar la muleta lejos de su humanidad. Con la surda bajo la nota del pasodoble, pese a la nobleza del toro, pero su flojedad lo hacía ver merado, retomando con la derecha para no bajar en sus intenciones. La estocada fue efectiva aunque un poco tendida. Una oreja a las manos de El Cid.
Con el cuarto y luego del rotundo triunfo de Bolívar Manuel salió ganoso para lancear a la verónica a un astado que al final del lance se iba suelto, para acordarse luego y repetir. Con la muleta hubo esfuerzo y decisión frente a un astado que claudico a lo bueno y se fue por el camino de lo difícil. La voluntad no pudo tapar la falta de condiciones del toro caldense. Merito en el torero. Espada defectuosa y una oreja larga que sumó para abrir la puerta a la Calle de San Juan.
Sebastián Castella (traje azul eléctrico, oro y detalles en blanco) el torero francés lanceo con mucho mérito a su primero, un toro que se agarraba mucho al suelo y se frenaba, descomponiendo las intenciones del coletudo. Con la muleta tres por alto y uno de la firma con mucha clase. Hubo deseos pero la musicalidad de sus muletazos no encontró eco en el negro Carolino. Fue más lo hecho por el frances, que lo ofrecido por el astado, a media altura y sin rematar los muletazos. Con la muleta en la mano izquierda Castella trato y saco gotas inimaginables.
Voluntad es el balance para el torero y para el toro de parado a menos. El acero no ayudo y cayó trasero. El descabello finiquito. Saludo desde el tercio.
En el quinto con un carolino, Castella quería sacarse el clavo de sus dos compañeros, que para esta altura estaban con derecho a la puerta grande. Y para desgracia del espectáculo salió un mansurrón que se paraba frente a los engaños y no pasaba. El toro fue devuelto con mucha lentitud por parte del palco.
Con el quinto bis, otro carolino, Castella toreo con más emoción que clase y el francés lo lanceo a la verónica despertando la ilusión. Brindo su faena de muleta al público. Tres pases cambiados por la espalda y tres por alto sin mover un ápice sus pies. El toro mejoró en su embestidas, repetía, acudía con son y galope, era fijo y los muletazos fueron largos y mandones. Sebastián se encontró con un toro bueno y él dejó todo de sí para engrandecerlo más. Hubo conjunción taurina, toro y torero se batieron en un duelo de poder. El palco entregó dos orejas y eso fue justo, pero indulto al toro y hay si hubo exceso.
Luis Bolívar (traje sangre de toro, oro y orillas en blanco) con cojones recibió a porta gayola a su primero, recibiendo una voltereta, que as atropello, con enjundia siguió toreando a la verónica. Con la muleta en el centro dos pases cambiados por la espalda muy ajustados y con alto riesgo. En ese momento el colombiano alcanzaba altos noveles de euforia en el público. La faena fue enjundiosa. Arrimón y deseos llenaron los adjetivos de sus tandas. Con la surda de menos a más, de bien a mejor, llevando templado al toro. Hubo mando, dominio a un encastado y bravo toro de La Carolina, remonto el hecho de que la cara en momento pasaba a media altura. Lo mejor del carolino su pitón izquierdo. La obra se firmó con un estacadonon que dejó sin puntilla al negro astado. En este turno se sumaron el toro, toro y el torero, torero y en ambos casos colombianos los dos.
Para el cierre, Luis lanceo a la verónica al Gutiérrez. Bolívar ya con el derecho a la puerta grande, volvió a entregarse con honestidad. El toro no fue materia para triunfo, pero Luis dejo la impronta de su torería. Fue pundonor y honradez lo que nos dejó en la retina frente a un toro que no transmitía emoción y si complicaciones. La espada no acompaño en primera instancia las buenas ejecutorias de Bolívar.
Lo que no se vio en el Desafío Ganadero
Medellín – Colombia. Hoy sí que hubo detalles en Medellín, muchos buenos y públicos otras soterradas pero igualmente importantes.
En las horas de la mañana, en medio del sorteo, el Boni le pidió al presidente del festejo, que de ser posible se cambiara el tercio de banderillas con tan solo dos pares de avivadores.
Se sorteó con tres lotes conformados cada uno con un astado de La carolina y uno de Ernesto Gutiérrez. Los dos reservas fueron de la Carolina.
Al momento de brindar la llave de la plaza no lo hizo el tradicional jefe de los monosabios, le correspondió a Jony Escobar, su hijo quien viaja en los próximos viaja a México y quería llevar consigo las imágenes del brindis.
El pitón izquierdo del primero de la tarde fue menos potable que el derecho.
Los monosabios atravesados al momento que el alguacilillo entregaba la oreja a El Cid.
El segundo del festejo se agarraba mucho al suelo en el capote.
Por haberse colocado dos varas al segundo de la tarde, pudios disfrutas de buenos quites de Bolívar por derecho y Castella por replica.
El Piña con un quite providencial a su compañero Alex Benavides.
Jaime Mejía se ganó dos volteretas fuertes por tratar de aguantar un paso más del necesario.
El resultado fue: 1. Una oreja para El Cid y silencio para el toro. 2. Ovación para Castella y silencio para el toro. 3. Dos rejas a Bolívar y vuelta al ruedo al toro. 4. oreja para El Cid y pitos al toro. 5. Dos orejas e indulto desmedido. 6. Silencio a Bolívar y pitos al toro.
El toro periodista era hijo de la vaca cronista, fue materia para el triunfo de Bolívar y mereció la vuelta al ruedo.
El doctor Mario Jaramillo entregó un primer parte de las heridas del Rodrigo Arias – El Monaguillo.
Tres cornadas, una en un muslo, otra en un glúteo y la tercera en el glúteo con trayectoria al recto, con pronóstico de gravedad.
Gritos de Petro No, toros Sí.
El toro que salió en quinto lugar en las horas de la mañana tuvo que ser sacado del corral con soga para que pasara al toril. con sogas tuvieron que llevar al toro al toril cuando fue devuelto por el palco.
Indulto a un toro sin pedido del público y los gritos de mala presidencia seguidos del UUuuu.
En el palco de los músicos hizo sonar El Toreador, música francesa para el francés.
El ganadero Manuel Santiago Mejía, propietario de La Carolina dijo sobre el indulto «eso toro no era de indulto»
Ricardo Santana nuevamente se lesiono en su pie derecho al salir de la colocación de un par al sexto.
Lo Bueno, Lo Malo y lo Feo del Mano a Mano Ganadero
Medellín – Colombia. Para un festejo en el que anunciaba un mano a mano ganadero y una buena terna, el balance arroja muchos detalles y todos disimiles entre si y estos son algunos de ellos.
Lo Bueno
La vara de Manuel Jesús Ruiz al primero del festejo, el cual le valió las palmas del público.
El Boni llevó a una sola mano al primero de la tarde.
Las tres gaoneras de Bolívar al segundo del festejo que recibió dos puyazos, luego las chicuelinas de Castella en la réplica.
El momento profesional de El Piña, que nuevamente salvo a un compañero por estar atento y bien ubicado.
Las ganas y enjundia de Luis Bolívar al arrodillare frente al toril para esperar la salida de su primero.
Los pares de banderillas de Gustavo García y El piña al tercero de la tarde.
La vara de Diego Ochoa al cuarto del festejo. Valió la ovación.
La vara de Rafael Torres al 5º bis. Ovacionado.
Sebastián Castella no busco el indulto.
Manuel Santiago Mejía ganadero de hoy dijo no era un toro de indulto.
La fuerte ovación con que el público despidio del ruedo a El Piña.
Lo Malo
El poco público que asistió a la plaza.
En el día que se despedía del ruedo antioqueño el banderillero Rodrigo Arias – El Monaguillo recibió tres cornadas que le privaron de ese homenaje y lamentablemente existe gravedad en una de las lesiones.
El segundo de la tarde se destemplaba en sus embestidas.
El que salió en quinto lugar se paraba frente a la capa que le presentaba el francés Castella.
Lo peor el presidente no tomaba una decisión frente a lo que estaba ocurriendo con el quinto y eso es falta de respeto, con la fiesta, con el torero e incluso con el toro.
Lo Feo
Las embestidas irregulares del 1 de la tarde.
La debilidad del primero del festejo.
Los monosabios de Medellín se demoran demasiado entre toro y toro para el arreglo del toro y además se atraviesan durante las vueltas al ruedo de los toreros, eso afea el rito.
Las dos volteretas de Jaime Mejía, quien tuvo que pasar a la enfermería.
La voltereta que recibió Luis Bolívar al tratar de saludar a porta gayola a su primero.
El revolcón de Ricardo santana en el tercero.
El revolcón fuerte a Rodrigo Arias – El Monaguillo en el cuarto del festejo que prendió al manizalita contra las tablas y lo levantó con mucho peligro dejando en su humanidad más tres cornadas, una de ellas muy grave.
La presidencia traspaso los límites del honor entregó al capo bravo colombiano un toro que no mereció llegar allí. La fiesta se acaba por posiciones como esta que no engrandece, sino que degrada la fiesta, la verdadera fiesta.
Ricardo Santana se lesiono nuevamente su pie derecho, repitió lo de Cali.