Sogamoso – Boyacá.
Cuando se veía diluir una tarde para la que se presagiaba éxito, la cosa
cambio y los rejoneadores pusieron de si para repartirse 5 orejas.
Willy, González y la ganadera salieron en hombros.
En La Pradera se cumplió el segundo
festejo de una feria que estuvo a poco de suspenderse por culpa de los
malos entendidos y la fiesta de intereses diversos, todos distintos al
bien de la fiesta de los toros.
Una entrada parecida a la del día anterior, más o menos 1.300 personas en los tendidos, tarde de calurosa a fría.
Se corrieron astados de El Aceituno, bien presentados en general, de mal
comportamiento en buena parte del encierro. Se destacó el lidiado en
sexto lugar, que saco la cara por la dehesa y el quinto que recibió
ayuda por parte de Willy Rodríguez para verse mejor de lo que en verdad
era.
La terna de hoy la comprendían tres exponentes del arte de
Marialba. Juan Rafael Restrepo, Willy Rodríguez y José Miguel González.
El
más antiguo del cartel, Juan Rafael Restrepo lidió al toro mejor
presentado del encierro, pero a la vez el más parado y manso. Cabe
señalar que este, al igual que los lidiados en segundo y tercer lugar
intentaron buscar camino por encima de las tablas de la barrera sin
alcanzar a lograrlo. Ha esté Restrepo le ejecutó una faena meritoria por
la insistencia y la variedad que trato de dejar frente a la cara del
parado astado. Hubo petición y todo quedó en una vuelta ovacionada.
Con
el cuarto, Juan mostró los mismos deseos, pero esta vez las cosas
anduvieron por mejor camino, pues si bien es cierto el toro no era un
dechado de virtudes, también es cierto que lo dejo estar más a gusto.
Paro al toro con la garrocha montando a El Carmona, un caballo con mucho
tranco. Con Bandido, Gazul y Doctor redondeo una faena variada y muy
nutrida en farpas. Mató bien y el palco le entregó una oreja justa.
Willy
Rodríguez que venía de un triunfo importante el día anterior en Carmen
de Apicala, donde cortó cuatro orejas, llegó con ilusión, estado que se
estrelló contra un manso y parado toro. Muestra de esto es fue que las
ejecutorias fueron pocas pero con exposición. Destacó el desempeño de
Mirla y Sobregiro. Todo quedó en un respetuoso silencio.
Para el
quinto de la tarde las ganas de Willy se sumaron a un poco de suerte,
donde Mirla, Jerez y Fortuna, coadyuvaron para que el buen rejoneador
colombiano, fuera certero con el rejón de castigo, las farpas largas y
las lucidas cortas. Hubo mucha entrega en el joven torero. Mató de rejón
y rejonazo y esto le dio derecho a cobrar por ventanilla las dos orejas
de su oponente.
El más nobel de la terna, José Miguel González,
se llevó en el sorteo otro de los mansos y como premio al único que
brindo garantías para el triunfo. En el tercero de la corrida dejo
demasiado expuestos sus caballos a las malas condiciones de los bureles,
toreo a la carrera, con velocidades extremas y poco artísticas. Con el
que cerró la noche las cosas fueron más gratificantes. Un toro con son,
bravo y transmitiendo. A esté también le imprimió velocidad pero el toro
se dejó usar para dejar farpas en consecutivo deseo. Mató bien y el
palco en respuesta a una petición del público que estaba caliente por lo
visto en el 5, le entregó las dos orejas del toro la familia Rocha.
Bajo
la penumbra de la noche Willy Rodríguez, José Miguel González y la
Ganadera Mariana Rocha pasearon por el albero en hombros.