Cali – Colombia. Muchas veces hablamos de lo que es justo o de lo que no lo es, pero que importante es hacer referencia a la justeza de aquellos que aplican la justicia. En Cali, cumpliendo ya con tres festejos ha habido justicia con varios actores de la feria. Y recodemos el adagio aquel de que dice «desde el desayuno se sabe cómo va a ser la cena».


Lo primero justo fue el cambio de empresa, hubo justeza para la fiesta y el público. Luego un presidente ajustado a la afición, y con él ha llegado la mayor justeza. Orejas como premios reales, unas al valor, como la de Alzate, otras al bien torear como la de Fandiño y otra merecidísima como la de Bolívar.

La música para acompañar, que no para tapar, lo hecho por los toreros. Vueltas, ninguna sin trofeos. Banderillas, de a tres pares como dice la ley.

En fin, quizás dureza del palco, pero es que venimos de temporadas anteriores donde el palco era dadivoso y generoso por doquier, y llegar nuevamente a la rectitud del palco es duro. Gritos de fuera, fuera, al palco no son entendibles cuando eso de ser estrictos beneficia la Feria y da mayor valor a los trofeos cortados. No por dar más orejas las faenas son mejores, pero sí, la dificultad para que el palco las conceda, da mayor peso a las mismas.

Es mejor que la crítica y el público en general digan merecía más, y no que regalo el que le dieron al torero. Los trofeos en exceso. En fin prefiero en palco justo y no regalón y mentiroso.

Lo Que No Se Vio

Lo Bueno



Lo Malo


Lo Feo