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por Jorge Arturo Díaz Reyes – Manizales – Colombia. Corrida kilométrica, retrasada, fría, llovida, en que no fueron aprovechadas las muchas facilidades que brindo el terciado y embestidor encierro de Santabárbara. Rivera incomprendido. Arcila regalado. Castrillón abroncado, y el rejoneador González silenciado.
A los treinta minutos de retraso, se añadieron las tres horas y media que duró el festejo, casi todas bajo el agua y sobre un ruedo anegado. Pero la gente que ocupó dos tercios del aforo soportó alegremente todo, la espera, el clima y la escasa presencia de los del capitán Barbero, uno de los cuales había corneado su hijo Juan Carlos en el ancajonamiento. Algunos, como el segundo y octavo, francamente hablando tenían caritas eralunas. Pero la mayoría pelearon con esa entrega fogosa propia de la juventud y de su hierro.

A Ricardo Rivera, torero de personalidad extraña, ensimismada, soberbia, parece no importarle sino el toro. Hasta de sus alternantes se le ve distante y despectivo. A Castrillón le pegó un grito feroz por colaborar como era su deber en el segundo tercio. Esas cosas, accesorias, llegan más allá del callejón y quitan simpatías de quienes las consideran fundamentales. Por fortuna, y eso es lo verdaderamente importante, al toro si se le da.

Plantado y aguantador en dos faenas de extremo izquierdismo, llegó hasta la cogida por el primero, uno de los pocos que buscó tablas. Parte del público entendió el discurso y acompañó sus faenas con devoción, Rafael Giraldo entre ellos como primera voz, con su grito de “Vivan los toreros buenos”. Mientras que la otra mitad las ignoró, incluyendo por supuesto el palco, que tan musical y manilargo se muestra con el toreo ligh de mano diestra y pata danzarina. Tampoco fue perfecto, trompicones y algún desarme con el quinto hubo. Pero los borró con más toreo del suyo y oficiando la suerte suprema decorosamente ambas veces. Al final, dos saludos en los medios congraciaron con todos al hosco y su toreo.

A José Arcila, se le nota la necesidad del triunfo en su patio, y también que ella se le impone sobre las mismas exigencias y lógica de la lidia, entonces aparecen el toreo efectista, el rodillazo de más, la falta de poso, las concesiones a la galería y la dilución de los esencial en lo superfluo que le resta densidad a sus faenas, y que hoy pese al fervor regional, terminó dividiendo la parroquia entre quienes le aplaudían y quienes le pitaban, con igual encono. Tanto con el mínimo segundo a cuya faena insustancial su señoría le puso música y oreja, como con el bravo sexto que lo desbordó y que como estaban las cosas por allá arriba, seguramente le hubiese abierto la puerta grande, sino lo pincha repetidamente.

Luis Miguel Castrillón, que tan buena impresión dejó en Cali el día de su alternativa, fracasó aquí. Tras una compuesta y carismática brega con el justito tercero, que no se le fue vivo gracias al reloj de su señoría, como con el séptimo, el más ofensivo, al que no quiso ni ver, pues lo dejó contramatar de Viloria, y luego, como sobrevivió, no le quiso torear, abreviando y desatando las iras de la clientela que se le vino con todo. Malas decisiones, mala tarde.

El joven rejoneador bogotano José Miguel González, pasó sin historia, sus cabalgatas y desaciertos con los hierros nada tuvieron que ver con los cánones del arte. Poco diestro y poco lidiador, se le abona que no mató con rejón trasero y contrario como acostumbran las figuras de su oficio. A uno, tras pinchazo y metisaca le puso el rejón arriba y al otro más o menos.

El prestigio de esta divisa se ha fundamentado sobre su trapío, la de hoy no fue una presentación que hiciera cuerpo con esa distinguida historia. Por fortuna trajeron raza.

FICHA DEL FESTEJO
Lunes 6 de enero 2014. Plaza Monumental de Manizales. 2ª de feria. Lluvia, dos tercios de entrada. Ocho toros de Santabárbara (en Torrestrella) terciados, ligeros, anovillados y encastados. Aplaudidos 2º, 3º,  6º y 7o.

Ricardo Rivera, saludo y saludo.
José Arcila, oreja y silencio.
Luis Miguel Castrillón, silencio tras dos avisos y bronca.
José Miguel González, silencio y silencio.

Incidencias: Saludó Ricardo Santana tras parear al 7o.

Manizales – Colombia. En corrida larga y por momentos tediosa hubo aspectos buenos, malos y feos. Estos son algunos de ellos

Lo Bueno

  • El público manizalita, que primero asistió a una plaza que estaba recibiendo una lluvia continua y luego ya en los tendidos aguantaron ocho toros bajo un clima frio y mojado.
  • Se llegó al medio aforo, lo cual dadas las circunstancias de temperatura baja y lluvia, es una entrada importante.
  • El comportamiento del encierro, noble, bravo, encastado.
  • La larga cordobesa de Ricardo Rivera al primero de la tarde.
  • A diferencia del día de ayer la presidencia inicio la corrida con un tercio de banderillas completo. Tres pares.
  • El tercio de capa de José Arcila en el segundo del festejo tuvo donosura en las verónicas y en la media con la que remató.
  • El segundo toro de la tarde también recibió los tres pares de banderillas.
  • Pese al poco número de corridas de José Arcila previas a este compromiso, el manizalita mostró ganas y pundonor.
  • La estocada ejecutada por Arcila al segundo del festejo.
  • La oreja entregada a Arcila en reconocimiento a sus ganas.
  • La corrida fue variopinta y eso da mayor vistosidad a la tarde.
  • La capa de Luis Miguel Castrillón al tercero de la tarde.
  • La vara de Rafael Torres al primero de Castrillón, por la cual recibió las palmas del público.
  • La calidad de las embestidas del tercero de la tarde.
  • La estampa y alzada de los caballos del rejoneador José Miguel González. Oropel, Truky, Euro, Silverio y Caruso.
  • El descabello de Camilo Pinilla al toro del rejoneador lidiado en cuarto lugar.
  • El capote de Ricardo Rivera al quinto de la tarde.
  • La vara colocada por Hildebrando Nieto al segundo de Rivera.
  • El bravo toro quinto de la tarde.
  • Las dos larga cambiadas de José Arcila al sexto de la corrida.
  • La vara de Luisin al sexto de la tarde, la cual le valió las palmas del respetable.
  • Los pares de banderillas colocados por Chiricuto al sexto de la tarde.
  • El quinto de la tarde, un toro bueno, fue de menos a más.
  • El sexto toro de la tarde fue aplaudido en el arrastre.
  • La vara de Viloria al séptimo de la tarde-noche.
  • La pelea del séptimo toro en varas.
  • Ricardo Santana colocó dos excelentes pares de banderillas, un de ellos quizá el mejor de toda la temporada colombiana.

Lo Malo

  • La pertinaz lluvia que primero retrasó el inicio de la corrida y segundo nos acompañó casi toda la tarde.
  • El encierro fue muy terciadito, incluso, algunos apenas pasaron el límite mínimo de peso para corrida.
  • El primer toro de la tarde buscó tablas desde el momento de la salida.
  • El primer toro de la tarde tuvo un pitón izquierdo potable pero el derecho impotable, por cuanto por este se recostaba con peligro.
  • Ricardo Rivera recibió una fuerte voltereta en su primero, la cual le había sido anunciada por el astado.
  • Los naturales que trató de ejecutar José Arcila al primero de su lote.
  • Lo pesado con los aceros de Luis Miguel Castrillón, espada y verduguillo fueron su talón de Aquiles. Escucho dos avisos.
  • Todos los caballos de José Miguel González recibieron golpes por parte de los astados, esto por culpa del propio caballero en plaza.
  • Los pares de banderillas colocados por Emerson Pineda al quinto del festejo.
  • En el quinto Rivera abuso del pico de la muleta.
  • El subalterno Jaime Mejía luego de colocar una aceptable par de banderillas, de forma irresponsable, buscó saludar desde el callejón sin importarle que por poco se produjera un percance en el burladero donde varios toreros se tuvieron que apeñuscar para evitar las embestidas del toro.
  • La actuación de José Arcila en el quinto fue irregular, con muchos altibajos.
  • El acero quedó como materia pendiente para José Arcila en su segundo.
  • Luis Miguel Castrillón estuvo falto de temple y mando en el séptimo del festejo. No remató las tandas y la espada también cayó mal.

Lo Feo

  • La tarde gris y fría.
  • Se escuchó un minuto de silencio, por el fallecimiento de la madre del ganadero Carlos Barbero, pero ese homenaje debió ser al final del paseíllo y no antes de iniciar le mismo.
  • El cuarto toro de la tarde afortunadamente, en algún momento de la lidia perdió “las manos”, de no ser así hubiese podido propinar una fuerte cornada al caballo Truky.
  • El metisaque realizado por José Miguel González, luego de colocar un desprendido rejón de muerte al cuarto del festejo.
  • Los subalternos Jaime Devia y Wilson Chaparro dieron rienda suelta al prohibido carrusel en el cuarto de la tarde.
  • El diestro Ricardo Rivera salió a su segunda comparecencia con la taleguilla rota, como la dejó en el primero de la tarde, el toro luego de proporcionarle una fuerte voltereta.

Lo Que No se Vio en la Mixta de Manizales

  • La corrida del día de hoy debía ser de la dehesa Juan Bernardo Caicedo, pero él declino y en su remplazo la empresa dispuso un encierro de la ganadería de Santa Bárbara, que si bien es cierto no mostró el peso de otras tardes, si trajo la calidad de siempre. La corrida llegó justa de peso y fue necesario un segundo reconocimiento en donde ya todos los toros pasaron en el pesaje.
  • La plaza albergó a medio aforo de espectadores.
  • Los tres diestros de a pie lucieron ternos iguales, nazareno, oro y remates en blanco.
  • El rejoneador vistió un traje a la Federica con chaquetón negro verdoso, con decorados en oro.
  • A la plaza no asistieron los ganaderos Carlos Barbero y  su familia, no asistieron a la corrida. Esta querida familia está de luto y adicionalmente Juan Carlos, recibió varias cornadas por parte de un toro en la finca, cuando se estaba embarcando el encierro.
  • Al inicio del festejo la divisa entregada al torilero mayor estuvo diseñada en cinta negra en homenaje a la fallecida madre del ganadero Barbero.
  • En el callejo de la plaza estuvieron presentes los matadores Juan del Álamo, quien actuará mañana, Sebastián Castella, que hará el paseíllo pasado mañana. Santiago Naranjo, Andrés de los Ríos y Alejandro Gaviria, entre otros.
  • El primer toro de la tarde llevaba en sus lomos un numero capicúa 696.
  • El primer toro de la tarde se escobillo en el primer remate contra un burladero.
  • Ricardo Rivera ejecutó una larga cordobesa preciosa rematando el tercio de capa.
  • El diestro Ricardo Rivera no entendió desde el principio los terrenos que marcaba el astado de Santa Barbara, los tercios eran los terrenos donde se debió ejecutar la faena desde el principio, y tras equivocar el sitio de la lidia recibió una fuerte voltereta.
  • En la corrida se lidiaron dos toros que tradicionalmente son llamados jaboneros, pero para el caso específico fueron carboneros, por las manchas negras sobresalientes sobre el pelaje café.
  • El rejoneador José Miguel González brindo la lidia y muerte de su primer astado a don Juan González, su padre. Los otros siete astados fueron brindados al público.
  • El rejón de castigo colocado por José Miguel González al primero de su lote fue el único que quedo ubicado en buen lugar. Por su parte, el rejón del segundo toro y las banderillas y rejones de muerte, de los dos astados permitieron ver un total reguero de malas colocaciones.
  • Pese haber tenido cuatro toros, entre actuación y actuación, el matador Ricardo Rivera lucio su traje roto, sin que una puntada hubiese tratado de recomponer el daño de la taleguilla sufrido en el primero de la tarde.
  • Rivera en su segundo anduvo a penas justo con el capote, en la muleta le falto templar y mandas.
  • José Arcila en su segundo no acabó de acoplarse a las embestidas del toro y las tandas fueron recortadas de manera abrupta. Con el acero también estuvo pesado.
  • La estocada de Luis Miguel Castrillón al séptimo cayó delantera y fue el sierre de una faena inmerecida para un toro que pedía  ser toreado. Esto genero los gritos de toro toro toro. El astado recibió palmas en el arrastre.
  • El octavo de la noche buscó las tablas, incluso mostró las intenciones de saltar al callejón. En la lidia del octavo José Miguel González también permitió que todas sus cabalgaduras resultaran golpeadas.

 

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