Incongruencias en la Plaza

Redacción: Javier Baquero – Jaba

Con carteles como el de la primera corrida deberíamos haber visto una plaza con mejor entrada, sin embargo los graderíos no mostraron la importancia de la tarde. Tres diestros de los llamados guerreros, dos ganaderías de las que se consideran como importantes y exigentes para los diestros.

La tarde que empezó fría y con lluvia, nos dejó ver desde el principio la voluntad y la garra de los toreros. Quizás por momentos unos más que otros. Momentos de verdad disimiles entre si y sí. Es decir hubo de todo. Altibajos en el primero de Padilla, se mostró cuando quiso y se refugió en la excusa del ruedo cuando hubo lugar. Cuando entró en sintonía nos dejó momentos interesantes, pero con esos tintes de valor y desparpajo de galería. Ya en el cuarto El Pirata salió a reivindicarse con los caleños, las ganas esperadas, la garra en banderillas, tras un capote armónico. Con la muleta jaleando al público, toreo para la galería, más efectismo que torería. No podemos negar el temple refugiado en las ejecutorias de vistosidad, pero sus toros “merecieron mejor suerte en el sorteo”

En cuanto a Sebastián Ritter, al que ayer conocimos como Reyter vino a mostrar su “garra”, de la cual siempre da fe. Con el capote luchador y placeado, con la muleta momentos importantes, pese a que su primero no era materia para triunfo, apenas de cumplimiento. La capa y la pañosa fueron utilizadas por el de Medellín para tratar de sacar contenido y dejando ver que los deseos acompasados con valor y pundonor siempre deja buenos dividendos. En el quinto, se malogró su oponente y se diluyo la esperanza, con el bis, no hubo de donde echar mano, las ganas se quedaron reprimidas en el nacional.

Jesús Enrique Colombo, el torero de Venezuela, quien llegaba como debutante como matador, pues ya nos había visitado como novillero, en esta ocasión vino ostentando su nuevo título de matador, logrado tras una senda de triunfos en multitud de plazas. Ganoso pero con un toro de tan solo dos tandas. La gasolina ni siquiera  cara le alcanzó al del país hermano. Con el sexto el joven venezolano, se adornó y reeditó en sus buenas maneras y deseos, con la capar donosura y temple, con los palitroques variedad y vistosidad. Sobre todo el 3° a la Calafía, espectacular. Con la pañosa toreo hasta donde el toro lo permitió y se fue de vació.

En Síntesis

La tarde que fue fría, nos mostró una corrida partida, tanto en ganaderías como en garantías de los astados, mitad buenos, mitad irrecordables.

Juan José Padilla: se despidió de América con más penas que gloria, gracias a su falta regularidad en el valor. Muchas tablas y galería, poco de arte y exposición. Sus toros no tuvieron suerte en el sorteo y hubiesen podido ser materia de trofeos.

Sebastián Ritter: lleno de ganas y voluntad lucho contra dos complicados, sobre todo el 5 bis, el verdadero regalito, de esos que nos gustaría encontrarnos en ninguna tarde. El colombiano, lució, dio la cara y agrado en sus ejecutorias, siempre respetuosos con los aficionados que pagan.

LO QUE NO SE VIO

En la mañana pudimos acudir a los corrales y vimos varios de los encierros que se lidiaran en la Feria, lindos y bien presentados astados de varias ganaderías.

El sorteo en las horas de la mañana se cumplió rápidamente, sin trabas, esperemos los días de las figuras a ver qué pasa.

A las 3:55 empezó a llover sobre Cañaveralejo y esto obligó a los monosabios a trabajar mucho más que de costumbre, plásticos, aserrín venteado y arganes para poner a punto el ruedo.

La empresa instaló taquillas adicionales sobre el parqueadero de la 5, pro la verdad sin mucho empuje de afluencia los que atienden se vieron comprometidos con retrasos demasiado largo para atender al público.

Nos enteramos que Don Mariano, el conserje de la plaza esta en Cali solo hasta esta temporada y el próximo año no nos acompañara con su trabajo diligente.

El sonido del palco lato no funciono y nos quedamos sin saber que nos dijo el presidente Humberto Botero.

La corrida inició a las 4:46

Menos de un cuarto del aforo en los tendidos.

Los diestros lucieron ternos hermosos. Juan José Padilla: granate, oro y remates en luto, Sebastián Ritter: azul pavo, oro y cabos blancos, Jesús Enrique Colombo: nazareno, oro y detalles en blanco.

Hubo minuto de silencio por los fallecidos durante el último año. Uno de ellos el diestro Iván Fandiño, Ernesto González Caicedo, Victorino Martín, Helena Guerrero, Palomo Linares, Dámaso González, Gregoria Sánchez, Juan Silveti, Alfonso González

Juan José padilla con esta actuación dijo adiós a los ruedos americanos, pues en el 2018 se ira de retirada.

La capa de Padilla no se pudo ver con lucimiento por las malas condiciones del ruedo.

Buenas banderillas de Chiricuto y Morales.

El de Fuente la peña, mostró cosas interesantes pero el estado del ruedo hizo que padilla no acabara de redondear su actuación.

Padilla por cuenta y riesgo paseó por el mojado ruedo y recibió frías palmas.

Con la capa Sebastián Ritter de arte y más de técnica para cuidar el astado.

Con la muleta ligo una faena interesante.

Ritter daba las pausas justas a su primero, logrando un temple envidiable por muchos.

Colombo no encontró materia prima y quiso hacer agua de un pozo seco. La voluntad no fue suficiente.

Padilla salió a por todas en el cuarto e incluso expuso en las banderillas.

Lástima que con la muleta su toreo fue más de tablas que de arte, pero así es él.

A Ritter le toco ponerse un pantalón de un monosabio tras su percance en el 2del festejo.

Un bonito 5 fue cambiado por el Palco lato tras lesionarse una de sus extremidades al saltar al ruedo.

El palco dilató el primer aviso a Ritter, por las malas condiciones del toro, casi imposible de matar. 1 lento, 2 acorde y 3 misericordioso.

LO BUENO

LO MALO

LO FEO