Fotos: Camilo Díaz

La tercera corrida de la feria de Cali, quinto festejo del ciclo Cañaveralejo 2018, ha dejado un buen sabor de boca. La mayor parte de los componentes se reunieron, ejemplares bien presentados, con calidad como el corrido en segundo lugar y naturalmente los restantes cinco con sus más y sus menos. Actuantes dispuestos, deseosos de triunfo y algo que vale la pena enmarcar, un público alegre y entregado a lo que sucedía en el ruedo de la Sultana del Valle. Una tarde para no olvidar por todo lo visto, arte, sentimiento y espectáculo, eso ajeno a los resultados numéricos.

Los toros de Ernesto Gutiérrez Arango tuvieron varios matices: el que abrió plaza manifestó mansedumbre, pero cuando acudió a los engaños lo hizo con calidad; el corrido en segundo lugar tuvo bondades, embistió con calidad, duró y el público solicitó el indulto que el palco alto concedió; el tercero de lidia ordinaria mostró calidad y se movió pero al final se refugió en tablas; el que salió en cuarto lugar vino a menos, no trasmitió y fue muy distraído; el corrido en quinto lugar manifestó su poca clase, evidenció sosería, limitada raza y el último de la tarde vino a menos, galopó en los inicios y cambió su condición no a bueno.

Debo centrar la atención en Boticario, con el guarismo 89 de 524 kilos de peso porque fue un toro importante. La fiesta es emoción, autenticidad, seriedad, y, todo esto lo da el protagonista, el auténtico toro bravo, ese que pone a todos en su sitio y “del que Dios te libre”, como muchos toreros acuñan. Si el burel era de indulto o no, no es el tema a tocar, porque las corridas son la representación más viva de la democracia, lo que sí debo reseñar es la forma en la que embistió y las cualidades que demostró: bravura, clase, metió la cabeza, humilló, tuvo fijeza, se rebozó casi hasta el final en los trastos toricidas, persiguió en banderillas y tuvo por fortuna la dirección del torero francés, buena medicina la del Boticario que cambió el ánimo a positivo de la feria de Cali.

Antonio Ferrera dejo en la retina de muchos ese aroma de toreo clásico, fino, parsimonioso y con vocación a la inspiración, una pena que su lote no hubiese dado un poco mas de buenas cosas para verle en plenitud y que su paso por la capital del Valle se haya quedado en unas enormes ovaciones por culpa del acero, ojalá lo veamos más en las plazas colombianas.

Indiscutiblemente el hijo de Béziers (Francia) es una figura grande del torero, la solvencia en cada comparecencia nos deja atónitos, encuentra los recursos necesarios para los planteamientos a cada toro y deja impronta en cada una de sus intervenciones. Indiferente de  lo que tenga por delante, lo aprovecha, lo lleva y lo muestra, sin importar si es de triunfo o no. Eso ha dejado Sebastián Castella en Cali, sumándose sí, que hasta este momento es el triunfador del ciclo de la Feria caleña que hoy concluye.

Que agradable es ver a Luis Bolívar en esa habitual actitud de sentir el toreo, la madures taurina es evidente en toda su puesta en escena, la inteligencia aflora ante cada planteamiento y jamás renuncia a su cometido, por algo se llevó el reconocimiento del público que lo ovacionaron, lo aplaudieron y le solicitaron los trofeos, se augura un resto de temporada llena de cosas buenas, que bien merecidas las tiene.

Ficha del Festejo:

Plaza de Toros de Cañaveralejo – 3ª Corrida de Feria – Toros de Ernesto Gutiérrez, bien presentados, nobles, aunque justos de raza. Antonio Ferrera: Saludo y Silencio. Sebastián Castella: Dos orejas simbólicas y Oreja. Luis Bolívar: Oreja y Oreja. Incidencias: Saludaron tras parear al quinto de lidia ordinaria Jhon Jairo Suaza -Chiricuto- y Héctor Fabio Giraldo.

Bueno, malo y feo de la 3a de Cali

Lo bueno

Lo malo

Lo feo

• El tercio de banderillas del 4o. Franco y Devia. Muy mal.

Lo que no se vio en la 3ra de Cali