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Redacción: Javier Baquero – Crotaurinos

Una sola oreja se cortó hoy en la plaza de toros La Macarena de la ciudad de Medellín. Los toros de El Encenillo no dieron la talla y los actuantes estuvieron por encima del encierro.

En tarde fría y con lluvia en las afueras de la plaza cubierta de la ciudad de Medellín se cumplió el quinto festejo con menos de 5.000 personas en los tendidos.

Se lidiaron toros de la ganadería cundinamarquesa del Encenillo, bien presentados en general, justos de peso y pocas garantías en general. Bondad y nada de malas ideas fue lo que se vio hoy, falto la fiereza y la sensación de bravura en los astados, se destacó el último del festejo, que sin ser un ejemplar boyante tuvo calidad en la embestida, sin embargo los seis fueron pitados en el arrastre.

En el cartel César Jiménez, Miguel Ángel Perera, quien debutaba en esta plaza y el antioqueño José Gómez Dinastía, los tres estuvieron por encima de las condiciones de los astados en una tarde aburrida con pocas emociones y falta de bravura en los astados.

José Gómez Dinastía en su primero se encontró con un ejemplar con bondad un poco distraído y rajado al final. Con el capote estuvo aseado, se destacó los quites por Gaoneras y el remate con un afarolado. Con la muleta ejecutó tandas de buena factura, sin embargo la trasmisión del toro y torero no llego a su máximo nivel. Intentó por l pitón izquierdo pero los deseos no funcionaron.

Finalizando la faena se hecho rodilla en tierra para alegrar al público, pero ya todo estaba servido. Con la espada mató con una estocada extendida contraria, la cual trato de tapar sacando el acero de las carnes, el toro dobló y el torero recibió cariñosas palmas desde el tercio, al igual que el toro en el arrastre.

En su segundo le correspondió un toro que fue engañoso, en principio salió con alegría, persiguió en la capa, empujo en los caballos y en la muleta duró una a lo sumo dos tandas, para luego distraerse y acabar con la ilusión de los asistentes. Dinastía mató de estocada desprendida pero eficaz, saludo desde el tercio y el público la ovaciono.

César Jiménez en el segundo de la tarde hizo honor a aquello de que “sin distancia no se puede ajustar el compas”. Tuvo una faena con muchos altibajos, si bien ejecutó buenos muletazos no acabo de rematar las tandas. Mató de pinchazo hondo. Silencio para el torero, pitos para el toro.

En el quinto del festejo Jiménez conto con más suerte con la capa y la muleta, pero el toro se quedó en bondad y calidad siendo muy tardo en la mayor parte de la faena, lo de Jiménez fue voluntad y honestidad. Aprovecho las embestidas que planteo el castaño del Encenillo. Mató de estocada para luego saludar desde el tercio, momentos antes el toro fue pitado en el arrastre.

Miguel Ángel Perera en el tercero de la tarde vio saltar al ruedo un manso, rajado y descastado ejemplar, puso voluntad dejando buenos muletazos, el toro terminó por irse a las tablas. Mató de estocada, luego de dar dos vueltas al ruedo por culpa de la mansedumbre del astado, fuertes pitos al pupilo de Don Darío Restrepo en el arrastre. Saludo desde el tercio por parte de Miguel Ángel con el acompañamiento de generosas palmas.

En el último del festejo cuando todo estaba a punto de finalizar, regreso la ilusión con un toro que tuvo bondad y calidad en su embestida, el del Encenillo metió la cabeza, al punto que dio una vuelta canela y su hocico estuvo siempre cubierto de arena, de lo mismo que agachaba los pitones, sin embargo eso no llama a la emoción de los aficionados. Perera construyó una faena con muletazos de mucha técnica en los que embarco las buenas embestidas de Arrogante. Mató de estocada y cortó una oreja, el toro fue pitado en el arrastre.

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