Café de la Chata

Sobre el café salen incontables estudios cada semana: que puede prevenir el cáncer de próstata, que puede ayudar a sonreír -así queden los dientes amarillos-, que mejora nuestro rendimiento físico, que ayuda a quemar grasas, que disminuye el riesgo de padecer diabetes y que consumirlo no perjudica el corazón; solo por mencionar algunos. Yo creo que todo lo anterior es pura basura.

Lo cierto es que el café, para mí, es un gusto que se adquiere con la edad; dele café sin azúcar a un niño a ver qué cara hace. Por mi lado, le fui cogiendo el gustico al café ya tarde y, ya tarde, también le cogí gustico al café sin azúcar.

Por eso, después del almuerzo a veces me gusta tomarme uno sin esperar ningún beneficio y, en lo posible, trato de acompañarlo con algo dulce.

Un gran local para hacerlo es en el Café de la Chata, en La Candelaria, que aparte de ser muy bonito, también tiene una buena variedad de café cultivado en las fincas del Cauca, Cundinamarca, Nariño, Santander y Quindío. Es un fruto diferente a ese de paquete que venden en los supermercados, porque, ante todo, se le nota el sabor que dan las matas en cada una de estas tierras.

Lo sirven con solemne paciencia y todo el cuidado para una buena toma y, lo mejor, cada taza solo cuesta $3.500 pesos.

Hay estudios que dicen que Bogotá está muy cara. Y sí, está totalmente desbocada. Pero aún hay opciones para hacerle el quite a esos precios y esta es una de ellas.

Teléfono: 3521368
Dirección: Cr 4 # 9 – 66

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