Una de mis grandes amigas, vegetariana ella, cuenta riéndose casi siempre que de vez en cuando le gusta comerse una hamburguesa chiquita, porque -según dice- su cuerpo se lo pide. Yo no la juzgo (ni más faltaba), porque a mí, carnívoro de toda una vida, también me gusta, de vez en cuando, echarme una buena sesión de cocina vegetariana, porque además se siente muy bien.
Lo curioso es que cuando nos vemos nunca me toca uno de sus antojos de hamburguesa y por eso en nuestro último almuerzo terminamos en Quinua y Amaranto, un modesto restaurante vegetariano en el barrio La Candelaria, en Bogotá. Es un local pequeño, de pocas mesas, almuerzo sencillo y bien presentado, donde todo se hace de la mano de un grupo de laboriosas señoras.
El menú cambia todos los días, pero en nuestra visita fue el siguiente: sopa de ahuyama y amaranto, albóndigas de carve con zanahoria, arvejas, habichuelas y puré de papa. De postre, arroz con leche. Todo por $15.000.
Evidentemente, no hay un plato para recomendar, solo que si se trata de comer sano, esta es una muy buena opción y a un precio razonable, creo yo. Ahí está.
Dirección: Calle 11 # 2-95
Teléfono: 3363409
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