en medio de la crisis…
Es inevitable sustraerme a todas las voces que hablan sobre la nueva crisis de orden mundial, como cuando prendo un noticiero o escucho lo que dicen en la calle. No soy una experta, ni me atrevo a dar un «opinión concreta» sobre lo que está sucediendo, pero desde mi situación de emigrante en una ciudad española están son las voces que escucho a diario sobre Siria, París, los refugiados y otros asuntos. Las conclusiones prefiero las saque el lector por sí mismo.
Caricatura El Roto, periódico El País, España
Voz uno, Universidad Complutense de Madrid: “Los refugiados no son los terroristas, son quienes huyen del terrorismo”, dice una portavoz de la organización CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado). Estamos en una reunión para futuros voluntarios a la espera de que “dejen” llegar a los refugiados sirios. Es muy importante que pasemos esta voz de alerta sobre los refugiados: ellos no son los culpables, son las primeras víctimas del conflicto. Una periodista nos cuenta que los campos de refugiados son, sin más, campos de concentración. “Viven en medio de la mierda, en situaciones inhumanas como tener un solo baño para cientos. En países como Hungría los tratan como ratas”. Esta periodista ha hecho con ellos la famosa ruta del terror para llegar a desde Turquía a Alemania y sabe de lo que habla. Quienes no mueren ahogados –más de 3.000 personas han muerto o desaparecido cruzando— tendrán que pasar una gran serie de penurias para ser recibidos en algún país de Europa. La Europa recién atacada que teme, que no sabe si recibirlos. Las cifras nos desbordan: son más de seis millones de refugiados (que también huyen a otros países árabes, como el Líbano) y Europa solo acogerá 160 mil, si es que lo hace. En España la cifra será de dos refugiados por cada 10 mil habitantes. Un experto en relaciones internacionales lo llama la “crisis de valores fundacionales de la UE”. Nosotros estamos aquí como estudiantes para ser profesores de español, ofrecerles ayuda social o simplemente acompañarlos y que sepan algo tan básico como el comprar en un supermercado. Cosas simples dentro de un proceso de seis meses en el que deberán aprender español y comenzar una nueva vida. Lejos de su tierra, de sus familias, aprendiendo una nueva cultura, buscando trabajo en un país en crisis y sintiéndose culpables por los que se quedaron atrás. Y todo esto si deciden recibirlos, si pueden llegar, en este caso, a España.
Voz dos, Estadio Santiago Bernabéu. Escuchó los helicópteros, sobrevuelan el espacio aéreo cerca de mi casa. Vivo cerca del emblemático estadio del Real Madrid. Es sábado 21 de noviembre y acordonan las calles. Seguridad máxima. Frío extremo. Escuchó a los hinchas que van caminando hacia el estadio con alegría, a pesar del miedo o la paranoia que los rodea. Blindan el estadio y el bus que tomo debe desviarse por otra calle porque no es permitido pasar cerca de allí. El Barcelona le hace cuatro goles al Real Madrid. Sin embargo, no pasa nada más a parte del fútbol y sus resultados: las calles continúan tranquilas. Los helicópteros aún sobrevuelan la zona. Los escuchó todos los días, no paran de vigilar.
Voz tres, Noticiero del medio día del Canal 4: Bruselas se paraliza. Turquía derrumba un avión ruso. Rusia anuncia que habrá represalias. Pasan un video de ISIS donde simulan el derrumbamiento de la Torre Eiffel. “Mientras que Francia no se retire de Siria seguirán los ataques a Francia y todas las capitales de Europa”, anuncian. Pasan imágenes múltiples del viernes 13 de noviembre de 2015. Nadie contextualiza. No se sabe muy bien por qué Francia y Rusia están en Siria ¿Cuáles son sus intereses? Buscan a uno de los culpables de los ataques: su escondite desestabiliza un país entero. Una mujer española que vive en Bruselas dice que desde la Segunda Guerra Mundial no se había visto un despliegue militar igual en esa ciudad.
Voz cuatro. Programa de televisión Cuarto Milenio. Hacen alusión a un tuit que dos días antes de los atentados anunció la cifra exacta de los muertos y heridos tras los atentados en París. Es un programa que trata temas paranormales y afirman que ha sido una casualidad del sistema. No sacan conclusiones; sin embargo, resaltan el asunto.
Voz cinco, la mía, en mi casa: El miedo se siente a veces. Me pregunto si a los estados no les conviene mantenernos aterrados. ¿Quiénes están detrás de los medios para que haya tanta desinformación? ¿Seguirán los ataques en Siria y luego en Europa? ¿Quién gana? ¿Qué pasará con los refugiados? Aquí los esperamos, aunque la cifra de dos refugiados por cada 10 mil habitantes me parece irrisoria. Aún tengo ganas de ir con alguno de ellos a un supermercado.
Voz seis. Clase de meditación, avenida Alfonso XIII, Madrid, España. Somos un grupo de seis o siete personas que se reúne a meditar todos los viernes a las 5:45 p.m. con la guía del escritor Andrés Ibáñez y su esposa María José. Hoy ella nos habla, la escuchó desde una especie de vigilia. “Cuando estemos conmocionados, como en este momento donde no entendemos todo lo que está pasando podemos hacer algo tan simple como poner la atención en nuestros pies. Estar presentes. Ver hacia dónde nos llevan. Agradecerles. Si un día podemos, busquemos un parque y descalcémonos para caminar sobre la hierba es increíblemente relajante y te sana. Es como si la madre tierra absorbiera todo y nos renovara”.
Finalmente, me pregunto qué pasará, pero creo que es imposible encontrar respuestas inmediatas.
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