Mucho se habla de postconflicto en Colombia ante la firma del acuerdo del fin del conflicto con las FARC, como si el país jamás hubiese vivido esto; la verdad, este puede ser el quinto postconflicto que vivimos, pero por diversas razones olvidamos los anteriores.
La Independencia de España, La “Patria Boba”, La “Guerra de los Mil Días”, El Frente Nacional y desmovilización de guerrillas en los noventa, fueron enormes conflictos que vivimos, que nos han forjado como la nación que hoy somos, con nuestras fortalezas y debilidades.
Sin embargo este es, sin lugar a dudas, el postconflicto más impresionante que hemos vivido es el periodo después de la Constitución de 1991, que se da como parte del proceso de paz con las guerrillas del M19, ELN, EPL, Quintín Lame y otras, que se sumaron a la desmovilización paramilitar de 2006, nos ha llevado a un cambio descomunal en el país.
Colombia aún tiene enormes problemas por solucionar: pobreza, concentración del ingreso, calidad en salud y educación, infraestructura y muchos otros, pero casi todos eran peores en 1990: entre 1990 y 2015, la pobreza paso de 57% a 27%, la inflación de 35% a cerca de 7%, la cobertura en educación y salud, pasaron de datos del 45% a cerca del 98%, y el ingreso per cápita se triplicó. Lo que nos deja con que ese postconflicto fue muy bueno en materia económica y social, y se nos abren nuevos retos por solucionar.
En una estimación de RADDAR y la Corporación Bienestar, se estima que el costo del conflicto en Colombia desde 1964 es como mínimo cercano a los 2.724 billones de pesos, es decir, 3,4 veces el PIB que tenemos hoy, debido a un mayor gasto militar, destrucción de infraestructura, pérdida de oportunidades y destinación ineficiente de recursos, y se estima que el postconflicto como hoy está planteado puede costar cerca de 480 billones en los próximos 20 años, considerando los costos militares de sostenimiento, la reinserción de combatientes, la reparación de víctimas y la restitución de tierras.
Pasamos de perder 53 billones de pesos anuales por el conflicto por más de 50 años, a pagar 24 billones de pesos por 20 años para recuperarnos del proceso, ahorrando anualmente cerca de 29 billones de pesos en la economía, que se irán a productividad, empleo y desarrollo, y por eso creceríamos cerca de 0,5% más anual.
Si revisamos el postconflicto 1991-2015, es evidente que la violencia en Colombia cambió profundamente, porque desde el Frente Nacional, cuando se gestan las guerrillas y los paramilitares en los sesentas, la entrada del narcotráfico y más recientemente las Bacrim, ha cambiado el entorno; no obstante, el igual que en 1991, la desmovilización de las guerrillas dio pie a una lucha frontal contra el narcotráfico, acabando por los menos a los dos más grandes carteles del mundo, los de Medellín y Cali.
Lo que nos debe poner a pensar, que si tenemos la capacidad de replicar en el nuevo proceso de postconflicto, lo que hicimos en los últimos 24 años, los niños que nacen hoy podrán tener un ingreso real 3 veces más grande que el que hoy tienen sus padres; de cada 10 niños que nazcan, uno será pobre, y tendremos sistemas de salud y educación con cobertura y mejor calidad, en un ambiente de tasas de homicidio mucho menores.
Por esto es que vale la pena entrar a una nueva etapa de postconflicto en Colombia, pero teniendo la claridad que en los últimos 50 años, el conflicto ha matado a 250.000 colombianos, con un promedio de 5.000 compatriotas por año, lo que es solo el cerca del 15% de los homicidios en el país: 15 de cada 100 homicidios de los últimos 50 años los causó el conflicto, y cerca de 1’500.000 asesinatos fueron por causas diferentes, y es aquí donde debemos reflexionar sobre cómo debemos cambiar para tener un mejor país en el futuro.
(Apuntes de la conferencia “¿Cuánto nos ha costado el conflicto en Colombia?”, dictada el 10 de mayo de 2016 en la Universidad Católica de Chile, en el Seminario de Economía y Paz Colombia, de la Cámara de Comercio Chileno Colombiana)
Para tener la presentación usado, la puede descargar de:
Ligero como siempre este blogger. Masa + agua + queso = arepas. Sin amasar ni cocinar. Los datos son válidos, pero también coinciden con la tercerización de buena parte de nuestra economía, el acceso a las TIC, la inserción en mercados globales y otras cositas, a las cuales no pondera por ninguna parte. Tendencioso o que?
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