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Indiscutible. Ese es el adjetivo que mejor puede definir la apabullante victoria de Peter Sagan esta mañana en Cherbourg-en-Cotentin, que de paso le otorgó la camiseta amarilla en reemplazo de un resignado Mark Cavendish. El Tour de France sigue su trasegar por la Bretaña francesa, justo al frente del canal de la mancha, y el número 32 del Tinkoff dio una lección de cómo es que se debe ganar en etapas cuyo final se asemeja a las clásicas de las Ardenas belgas, que en todo caso no se encuentran muy lejos de allí.

La malla arcoíris del actual campeón mundial esperó pacientemente a que el joven francés Alaphilippe probara con descaro, justo luego de cazar al último protagonista de la fuga del día –el flamenco del Trek-Segafredo Jasper Stuyven–, y lo remató a punta de una mezcla de descomunal de fuerza y cadencia durante un lapso corto de tiempo. Sin duda alguna, el eslovaco es el mejor del mundo en este tipo de llegadas y durante algunos días será el patrón de la carrera, con la venia incluso de Alberto Contador.

Y es que Alberto, el pobre Alberto de Pinto, ha vuelto a probar el sabor salado del asfalto francés. Luego de una noche de perros en la que seguro ese hombro lacerado le quitó el sueño muchas veces, el ciclista español se cayó de nuevo al inicio de la etapa, y sobre el mismo costado de ayer. Como consecuencia de todo esto, su desempeño en la etapa no fue el mejor y perdió tiempo valioso respecto de sus grandes rivales en la competencia, Froome y Quintana. Hay dolor y quién sabe si además debilidad mental. Lo cierto es que Contador afronta un gran problema muy al inicio de la carrera, y veremos qué pasará con él de cara a la general individual. Viacrucis, porque cuando no es hermano, no es.

Otro que perdió tiempo precioso, en este caso por un inoportuno pinchazo antes de que empezaran las maniobras militares de ataque y defensa, fue el australiano del BMC Richie Porte. Si bien hizo un cambio rápido de bicicleta, y tuvo la ayuda de varios de sus coequiperos, no tuvo la posibilidad de remontar lo suficiente para llegar con los mejores. Una lástima, porque se le ve delgado como nunca, y dice haber preparado la carrera con particular intensidad. En todo caso, parece que la disputa por el liderato del equipo suizo-americano empieza a aclararse en favor de Tejay Van Garderen, quien llegó bien ubicado. También se quedó un poco el delfín francés Thibault Pinot. Un campanazo de alarma para la esperanza francesa, si bien de otro lado Romain Bardet llegó sin problemas en el lote bueno.

Froomey y Nairito… ya sabemos qué es lo que va a pasar durante estas tres semanas. El keniata ataca con su feo pero efectivo estilo, con ganas de mostrar quién es el más fuerte, y el boyacense le sigue la rueda sin problema. Hoy había que demostrar que no se tenía miedo del campeón, y el colombiano pasó el examen con nota destacada. En esa medida, vimos a un Valverde que parece cumplir lo que promete, ya que se vio trabajando en favor de su líder. Sin embargo, también vimos que al final el español salió como bala a buscar la victoria de etapa, por lo que hay que tener claro que su ambición natural no se ha podido dejar a un lado. Ojalá eso no afecte los intereses de Nairo.

¿Los demás de los nuestros? En lo suyo, ayudando a sus líderes y mostrando buena forma. Algo me dice que Henao va a ser la pieza clave de Cris Froome en este Tour de France, y que Pantano va a terminar mejor clasificado que su capo, Mathias Frank. Veremos si esto se termina dando. Nos “vemos” mañana con más Desmarcando la Ruta del Tour.

Twitter: @desmarcado1982

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