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La bandera panameña consiste en un rectángulo dividido en cuatro cuarteles: el cuartel superior izquierdo es de color blanco con una estrella azul, el cuartel superior derecho es de color rojo, el cuartel inferior izquierdo es de color azul y el cuartel inferior derecho es de color blanco con una estrella roja.

Desde los inicios de la República de Panamá, el significado de los colores y estrellas de su bandera es el siguiente:

  • Azul: Representa el Partido Conservador de Colombia, el cual participó en la Guerra de los Mil Días (guerra civil en la que Panamá se involucró al ser parte de Colombia).
  • Rojo: Representa el Partido Liberal de Colombia, el cual también participó en la Guerra de los Mil Días.
  • Blanco: Representa la paz y la unidad que debe reinar en la nueva nación.
  • La estrella azul: Simboliza la pureza y la honestidad que habrán de formar la vida cívica.
  • La estrella roja: Simboliza la autoridad y la ley que habrán de imponer el imperio de tales virtudes.

El objetivo de esta selección de colores fue el de unificar al pueblo de Panamá, el cual quedó dividido durante la Guerra de los Mil Días y necesitaba olvidar sus diferencias y seguir adelante como un país independiente.

Todo esto debe recordarse ya que, los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. Panamá, hoy Estado soberano, fue departamento de Colombia hasta el 3 de noviembre de 1903, día en que, tristemente, decidió separarse. La principal razón de ese suceso fue la ambición de los panameños de construir el canal interoceánico y así tener un futuro más promisorio. Sin embargo, uno de los factores que más influyó, fue el que ese territorio se haya visto inmerso en la interminable guerra civil colombiana.

No obstante, la injerencia de los Estados Unidos en este hecho es indiscutible, ya que ese país estaba decidido a construir y apropiarse de la operación del canal a cualquier precio. Y como los políticos colombianos siempre se han dedicado a robar la patria y a promover la guerra, la situación fue aprovechada por Wall Street en complicidad con las élites locales para separar el entonces departamento. Hechos en los cuales por poco también perdemos al departamento de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; ya que los estadounidenses pretendían que ese territorio se anexara a la nueva república.

Paradójicamente, el canal interoceánico por el cual Panamá se separó de Colombia, estuvo bajo control estadounidense por casi un siglo, desde su inauguración en 1914, hasta el año 1999. Razón por la cual su independencia en ese periodo es cuestionable, donde, además, se presentaron episodios oscuros como el Día de los Mártires en 1964 y el posterior Tratado Torrijos-Carter en 1977. Asimismo, ese nuevo país fue víctima de una humillante invasión militar en 1989 por parte de los Estados Unidos. Por otro lado, su desarrollo y progreso también son discutibles pues al igual que en el resto de América Latina, allí existe una inmensa desigualdad económica y bastante corrupción.

Sin embargo, el punto aquí es que Panamá se separó de Colombia entre otras razones, porque nuestro país siempre ha estado en guerra. En ese tiempo, la violencia bipartidista estaba desangrando a la nación de una manera descomunal, tanto, que todavía percibimos los efectos negativos de tan irracional beligerancia. Lo peor es que aún están en el poder los mismos politiqueros de aquel entonces, buscando perpetuar la violencia entre los colombianos para sacar algún beneficio de ello. Un círculo vicioso que sigue girando en nuestra contra y que, incluso, amenaza la estabilidad regional.

Lo más preocupante es que a la vez que Colombia prolonga su conflicto interno por la tozudez de las élites dominantes, por la corrupción de los políticos y por el masoquismo de quienes les eligen, sigue perdiendo territorio ante otros países como lo ocurrido con Nicaragua respecto al departamento de San Andrés, Providencia y Santa Catalina ante La Corte Internacional de La Haya. También con lo que se pierde todos los días sin que nos demos cuenta mediante el saqueo indiscriminado de nuestros recursos naturales, la enajenación de las empresas públicas y la apropiación de grandes extensiones de tierra por parte corporaciones extranjeras.

De hecho, con el pasar del tiempo, Colombia ha ido perdiendo su soberanía al punto que hay militares estadounidenses dentro de los batallones del propio ejército nacional, algo totalmente inaceptable e injustificable. Asimismo, nuestro país carece de autonomía para tomar sus propias decisiones puesto que, todo debe consultarse con los Estados Unidos. Resulta absurdo que hace dos siglos, nuestro país se haya independizado de un imperio para hoy, casi que voluntariamente, se someta a otro por el cobarde actuar de quienes nos han gobernado.

Un capítulo aparte es el hecho de que el congreso estadounidense haya designado arbitraria, ilegal e inconstitucionalmente a Colombia como “Miembro Extra No OTAN” sin que esto haya sido deliberado por el nuevo Congreso de Colombia, sin que las altas cortes se hayan pronunciado, sin el visto bueno del Consejo de Estado y todo a espaladas del pueblo colombiano. Hecho que viola descaradamente nuestra soberanía y que pone en grave riesgo la seguridad nacional y la estabilidad de América Latina y el Caribe.

Muchos no quieren recordar esta parte de la historia pues fueron los causantes de la misma y descaradamente, todavía se mantienen en el poder el cual se traspasan de generación en generación a modo de pseudo-monarquía criolla. Tanto así, que ni el escudo de Colombia lo han querido modificar puesto que, allí aún está el istmo que alguna vez hizo parte de nuestro territorio y que perdimos por su culpa. Lo peor es que estos miserables no se conformaron con cercenar al país sino que también lo han saqueado a la vez que lo han llenado de violencia y de miseria.

De hecho, no sólo es el escudo de Colombia el que debería ser modificado, también su bandera a la cual habría que disminuirle el color amarillo, por todo lo que esta nación ha sido saqueada. Y el color azul, por el inmenso mar que perdió ante Nicaragua y ante Panamá o mejor dicho, ante los Estados Unidos que nos robó ese departamento. Asimismo, se debería aumentar el color rojo por los ríos de sangre que han derramado nuestros compatriotas a lo largo de dos siglos. Tal vez, la bandera de Colombia debería tener una franja blanca, como emblema de la paz que nunca se ha tenido.

Sin embargo, es claro que los símbolos patrios no son una moda que se cambie de acuerdo a cada suceso. Estos representan lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Los símbolos patrios deben perdurar en el tiempo para recordar tanto las glorias como los fracasos del pasado y para corregir el rumbo hacia un mejor porvenir. Y tal vez, para que en un futuro no muy lejano, nos re-unifiquemos como la patria que realmente conformamos y que evoca a La Gran Colombia y al mismo Imperio Español.

Aunque todavía duele la separación de Panamá, esta debe servir para entender que la guerra no le ha dejado nada bueno a Colombia y que es necesario acabarla para impedir que el país se siga fragmentando, no sólo a nivel geográfico sino en lo que se refiere a su sociedad. Una guerra entre hermanos que no tiene sentido pues además de ser ilógica y anacrónica, está impidiendo la prosperidad que merece nuestra patria.

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3 Comentarios
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  1. gerardo155825

    no me perece q duela la separacion de Panama, lo mejo q pudo pasarle a Panamá fue separarse ,sino en el momento fuera un departamento aislado pobre y olvidado como su vecino el Choco.

  2. Como dice el dicho ” después del ojo afuera no hay santa lucia que valga”, la propuesta seria construir un canal seco (exclusivo y totalmente férreo) entre Punta Arenas el en Pacifico Chocoano y Santa María Antigua del Darién en el Golfo de Urabá sobre el océano Atlántico Chocoano, creando así dos mega puertos y el desarrollo de dos grandes ciudades industriales.

  3. Es bueno tener en cuenta que los EEUU le ofrecieron a Colombia construir el canal a su costa y que en 100 años, si no estoy mal, retorarselo a Colombia (lo que conocemos ahora como una Concesión, que es de uso frecuente en la contratación pública), Colombia no lo aceptó, argumentando cosas parecidas al escritor de este blog, al final ni el canal, ni Panamá, ni el orgullo….

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