En honor a Robin Williams y nuestro derecho a deprimirnos
El mundo siente la pérdida de Robin Williams, sentíamos cierta cercanía con esta persona tan sensible y talentosa. Sus películas nos hacían reír, y la risa es un tesoro que recibimos con gratitud. Sin duda, un hombre hermoso y nos duele su dolor y el de su familia. Quiero hablar en esta entrada sobre los abismos de la depresión. A todos nos impresiona mucho que Robin Williams se haya quitado su propia vida, nos parece inconcebible que un hombre que aparentemente lo tenía todo, haya voluntariamente terminado con su existencia. Así es la depresión.
O tal vez así no es la depresión, tal vez así es la incomprensión y el juicio frente a la depresión. Tal vez eso es lo que es letal, no se. Como sociedad nunca hemos intentado abordar la depresión de otra manera, en Occidente no hemos creado sistemas de apoyo real que brinden amor y compasión a una persona que esta sin duda pasando por un momento de lucha. Existen culturas indígenas que consideran que un episodio de crisis es una emergencia espiritual, rica en posibilidades si se trabaja conscientemente. Inclusive el monje budista Chögyam Trungpa Rinpoche nos dice que la depresión contiene en si «la más digna de las energías.»
No podemos seguir tratando este tema como un tabú, como una piedra en el zapato, una incomodidad que no se acomoda dentro de nuestro esquema productivo. Preferimos hablar de positivismo, de coraje o de espiritualidad, pero no miramos directo a la sombra. Lo que no entendemos es que la luz y la sombra pueden convivir tranquilamente en nuestro interior, pero necesitamos de nuestra aceptación integral, del reconocimiento de que nuestra condición humana es imperfecta y caótica. La depresión es una condición mañosa, que aún permanece un poco incomprendida por la ciencia, pero personalmente creo que si a nivel humano, no médico ni científico, comenzamos al menos a tener un diálogo sincero sobre su realidad, las personas deprimidas alrededor del mundo sentirían un alivio.
Creo que cuando no queremos hablar de algo, cuando no somos capaces de ser directos y francos sobre algún tema, es un indicador de que algo en nosotros mismos está en alerta, tal vez la depresión no nos es tan ajena después de todo, tal vez en algún lado de nuestro interior, sabemos que también somos humanos y vulnerables y también podríamos deprimirnos, y nos aterra. Las cifras son alarmantes, solo en Estados Unidos, 1 de cada 5 personas padecen de algún tipo de trastorno mental. ¿Qué está pasando en esta sociedad que cada vez estamos más intranquilos? No sé, pero es responsabilidad de todos. Debemos comenzar a tratar temas como la depresión sin la carga del estigma. Y podríamos comenzar con nosotros mismos, deprimidos o no, a reconocer nuestra propia humanidad y todo lo que nos conecta con los demás, incluyendo emociones como la profunda tristeza, la alegría o el coraje, todas emociones naturales de nuestra especie.
@camilasernah
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