Hace pocos días, los medios del mundo y las redes sociales se indignaron luego de que una periodista húngara le hiciera zancadilla a un inmigrante que huía de Siria junto a su pequeño hijo. El video desencadenó una ola de solidaridad sin precedentes que hoy tiene a los dos refugiados viviendo en un cómodo apartamento de España. La actitud de la comunicadora no dista mucho del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha propuesto cerrar las fronteras a los inmigrantes. Y es que miles de refugiados han llegado al sureste de Europa huyendo de los conflictos en Oriente Medio, sobre todo Siria e Irak, además de Afganistán. Los extranjeros arriban primero a Grecia, desde donde pasan a Macedonia, Serbia y finalmente a Hungría, el primer país del espacio Schengen de libre circulación.
Las cifras son impresionantes. De acuerdo con el comisario europeo de Vecindad, Johannes Hahn, en declaraciones al periódico El Tiempo, en los alrededores del Viejo Continente hay unos 20 millones de refugiados provenientes de diferentes conflictos, entre los que se destacan: 10 millones de sirios, cinco millones de palestinos y dos millones de ucranianos. Más de 100.000 personas han pasado por Serbia a Hungría, desde donde tratan de llegar a Europa Occidental, principalmente a Alemania, Suecia y el Reino Unido, los países más ricos y de mayor nivel de ingreso de Europa. Desde África, la situación también es crítica. Según La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), el número de refugiados e inmigrantes que cruzan el Mediterráneo para llegar a Europa, ha superado los 300.000 este año frente a los 219.000 registrados en el 2014.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, el cruce del Mediterráneo es una peligrosa travesía en barcos atestados, o en botes endebles, que este año han ocasionado al menos 2.300 muertes de quienes han tratado de llegar a Europa, comparado con los 3.279 de todo el periodo pasado. Hasta agosto del 2015, el número de inmigrantes en las fronteras de la Unión Europea llegó a 340.000, comparado con 123.500 registrados en el 2014. De hecho, recientemente un portavoz de la OIM precisó que hasta el fin de semana habían desembarcado en las islas griegas 209.457 inmigrantes: en Italia, 111.197; España, 2.166, y Malta, 94.
Con este panorama, queda claro que el fenómeno inmigratorio que está viviendo Europa por cuenta de los conflictos en Asia y África no es un evento que concierne solo a esa región. Se trata una problemática en la que todas las democracias tienen responsabilidades. En primer lugar, requiere la atención del mundo para contribuir con la solución inmediata a los desequilibrios en países como Afganistán o Siria. También, comprender, tal y como dijo el canciller de Bélgica, Didier Reynders, que urge generar condiciones para que los ciudadanos de cada país no tengan que irse por la fuerza de sus hogares, sino de manera voluntaria.
Para Colombia este debe ser motivo para continuar, con mayor esmero, en su lucha hacia la generación de oportunidades, sobre todo en un momento en el que pareciera que le estamos ganando la batalla a la pobreza.
Por: Juan Manuel Ramírez Montero / www.egonomista.com / Twitter: @Juamon
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