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Este lunes, mientras el presidente Juan Manuel Santos hacía un balance de la jornada electoral, no pocos notaron la sonrisa discreta del vicepresidente Germán Vargas Lleras (que contrastaba con el rostro del ministro del Interior, Luis Fernando Cristo). Y no era para menos. Su partido, Cambio Radical, ganó directa o indirectamente desde de la Alcaldía de Bogotá, con Enrique Peñalosa, hasta plazas tan importantes como las gobernaciones de Cundinamarca, La Guajira, Huila, Magdalena, Caldas, Sucre y Bolívar, y las alcaldías de Barranquilla, Tunja, Villavicencio, Rioacha, Quibdó, Mitú y Montería.

Hay que decir que este resultado no extraña, en la medida en que el Vicepresidente se ha dedicado a recorrer el país y a hacer su tarea. Se trata de un reconocimiento a su capacidad de ejecución, interlocución con las regiones y de sacar adelante los principales proyectos de infraestructura del país. Sin duda, estos resultados constituyen las bases de una futura candidatura presidencial que podría contar, según estos números, con el respaldo de buena parte del centro y el norte del país. Pero ese será otro momento.

Por ahora, la cercanía del Vice con el nuevo Alcalde de Bogotá será fundamental para el progreso de la capital colombiana; en el panorama de la infraestructura es donde más se sentirá el equipo entre Peñalosa y Vargas. Recordemos que la ciudad ha estado paralizada, por doce años, en esta materia, ha llevado cuatro sin dar mayores pasos en la construcción de Vivienda de Interés Social, y mantiene una deuda histórica con obras trascendentales para descongestionar los alrededores de la Sabana. Con estos argumentos se puede entender por qué el voto castigó a la izquierda en Bogotá y, puntualmente, al alcalde Gustavo Petro.

La sonrisa del Vicepresidente Vargas Lléras.

Y el escenario no puede ser más interesante, si se habla del metro de Bogotá. Si bien habrá que cambiar los estudios, lo cierto es que al realizar un sistema elevado se reducirán los tiempos de ejecución de las obras y los costos hasta una tercera parte. Esto significa que no se puede descartar que haya una primera línea construida antes de que culmine el periodo Peñalosa. En este propósito, el acompañamiento del Gobierno Nacional será fundamental.

Pero hablemos de las elecciones en todo el país. Al sentimiento de cambio en Bogotá, se sumaron otras regiones, donde los electores optaron por dar un viraje e inyectar oxígeno. A la Alcaldía de Ibagué, por ejemplo, llega el médico Guillermo Alfonso Jaramillo, a Cali, el empresario Maurice Armitage, a Neiva, el médico Rodrigo Lara, y como estos hay más casos para destacar. En otros lugares, en cambio, se premió la gestión de sus gobernantes, como sucedió en el Magdalena, con la llegada de Rosa Cotes, a La Guajira, Oneyda Pinto y Barranquilla, Alex Char.

En todos los casos, hay que dejar claro que el éxito en sus gestiones dependerá de su capacidad para unir al territorio y acabar con la polarización, de tomarle ventaja a los ritmos de ejecución presupuestal, de tener habilidad para gestionar recursos en Bogotá y de apoyarse en los medios de comunicación para hacer más transparente la gestión. A todos, mucha suerte.

Por: Juan Manuel Ramírez Montero / Twitter: @Juamon / www.egonomista.com

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