Como cinéfilo, a menudo me pasa que siento que estoy viviendo en el futuro. No se trata, por supuesto, de haber conducido el Delorean de McFly para hacer un viaje intemporal, si no de constatar que muchas imágenes e ideas que vi en películas en los 80 y 90 hoy son parte de nuestra realidad cotidiana. Lo duro es constatar que lo que la mayoría de estas películas mostraban no eran modelos a seguir, si no algo que debíamos evitar.
En 2004 escribí un artículo llamado «Alguien nos mira desde el pasado: El siglo XXI visto por la ciencia ficción» (que puedes consultar aquí) en el que hacía una reflexión sobre lo que había pasado en el desarrollo de la historia para que nuestro presente sea distinto del que imaginaron en muchas películas del género. En aquel texto reconocía muchos aportes de la ciencia ficción (en cine y literatura) a la evolución y comprensión de la sociedad (como los términos robot» en Asimov y «ciberespacio» en Gibson). Con el objeto de abrir una discusión y sin la intención de agotarla con este sencillo texto, quiero comentar algunos temas que fueron anticipados por las películas y sobre los que nos advirtieron, pero que terminamos siguiendo como a un manual de instrucciones. Sus comentarios me ayudarán a completar lo aquí escrito.
Manipulación genética: Laposibilidad de manipular al ser humano para evitar o atacar enfermedades ha degenerado también en la idea de que las personas pueden ser «fabricadas» con características específicas buscando la idea de la perfección. Gattaca propone un mundo en donde los niños son concebidos In vitro mediante técnicas de selección genética que les permitirán triunfar o fracasar. Sabemos las implicaciones que una idea como ésta ha tenido en regímenes como el nazi y ahora, además, se ha avanzado en la clonación de animales y para muchos científicos es hipotéticamente posible la clonación de personas.
Cyborgs e inteligencia artificial: Películas como Robocop, Terminator, Blade Runner y El vengador del futuro son famosas por presentar personajes híbridos: parte humana y componentes mecánicos, pero esta idea ya se había visto en un clásico del género: Metrópolis de Fritz Lang. Aunque los Cyborgs nos parecen aun ideas de la ciencia ficción, muchos de nosotros podemos serlo sin ser muy conscientes de ello: Las prótesis, las modificaciones del cuerpo y los implantes son el inicio, pero desde ya se anticipa la incorporación, en un futuro cercano, de computadores y equipos de televisión en el cuerpo de las personas. En nuestro mundo actual, igualmente, perdemos interacción humana al depender cada vez más de los aparatos y hoy es más común encontrar reuniones donde las personas no se miran a los ojos por mirar una pantalla.
Los Cyborgs del cine no se presentan necesariamente como una amenaza de la especie, aunque sí como una decadencia de la misma y se plantean allí discusiones sobre los alcances de lo humano, porque mientras los humanos se «maquinizan», las máquinas se humanizan para sentir toda clase de pasiones positivas o negativas: Desde el amor hasta el rencor y la ambición. Esta idea sobre la inteligencia artificial también es recogida por películas como Inteligencia artificial, Yo, Robot y El hombre bicentenario y, sobre todo, por una de las películas icónicas del género: 2001: Una odisea del espacio de Kubrick, basada en el cuento El Centinela de Arthur C. Clarke.
Efectos nocivos sobre el medio ambiente: La mayoría de las películas de ciencia ficción son pesimistas frente al futuro de la humanidad y unas pocas plantean alternativas de solución frente a un panorama apocalíptico. Una de las notables excepciones es Ultimatum a la tierra que en 1951 plantea una invasión extraterrestre con un mensaje ecológico claro: «O cambian su carrera de autodestrucción o los destruimos nosotros». Esta película, que tuvo un remake desafortunado en 2008, es parte de un grupo de historias que muestran a la humanidad el espejo terrible de lo que sus actos del presente lograrán en el futuro. En esta línea encontramos películas como Matrix (1999) que propone un mundo virtual de simulacro ante la destrucción de la tierra, El día después (1983) que advertía sobre los efectos de una hipotética guerra nuclear y una serie de películas post-apocalípticas como Soy Leyenda (2007) y 28 días después (2002) o del llamado género de desastres, en donde muchos de los mismos ocurren por el abuso del hombre al medio ambiente.
Cultura light: En nuestra época lo trivial se ha vuelto importante y los medios nos bombardean con información aparentemente relevante relacionada con casos curiosos y aislados, sensacionalismo y farándula en todas las áreas (desde el espectáculo hasta la política). Esta frivolización de nuestra sociedad había sido anticipada por películas como Fahrenheit 451 clásico de Ray Bradbury llevado al cine por Francois Truffaut. En la película, los ciudadanos se sientan frente a un televisor que emite contenido para ellos y los llama por su nombre sin conocerlos (como en una red social). En contraposición, los libros son quemados por la amenaza que constituyen para la felicidad humana. El imperio del espectáculo aparece también en películas como Videodrome (1983) y hasta en Los juegos del hambre (2012).
Pérdida de la vida privada: En 1949, George Orwell publica su libro 1984, una visión apocalíptica en la que el mundo está controlado por un ente superior, denominado El Gran Hermano, que aparece en todas partes controlando la vida de las personas, idea que fue llevada en 1984 al cine por Michael Radford. Esta idea, terrible en su esencia, fue el germen del famoso reality Big Brother que espectacularizó la vida cotidiana añadiendo al placer voyeurista el morbo de la truculencia televisiva con el slogan de We’re watching you (Te estamos mirando). Muchos recordarán, igualmente, The truman show, en la que se advertía sobre el efecto del fenómeno reality show en la esfera privada de las personas. Ni el más apocalíptico de los escritores de la ciencia ficción anticipó seguramente las implicaciones negativas de fenómenos como las redes sociales y youtube que van desde personajes que se hacen famoso por un tonto video cotidiano, hasta sensacionalismo televisivo (los noticieros colombianos usan ahora videos escandalosos de Youtube en sus formatos), estafas y Cyberbulling (con consecuencias aun más desastrosas que el abuso tradicional).
La ciencia ficción advirtió los peligros de un excesivo control del Estado o del acceso de personas y empresas a nuestra información personal. Desde la ya mencionada 1984, pasando por Matrix, La Isla, La red y Minority report, entre otras, sugirieron que otorgarle mucho poder e información al Estado limitaba la libertad de las personas. Otras fueron más allá para contar lo que las personas hacen para defenderse (Como V de Vendeta que fue la imagen de los hackers anonymous). En la vida actual, como sugiere también la serie de tv Person of interest, sentimos que todo el tiempo estamos siendo vigilados.
Pd: Muchas de estas películas son basadas en obras clásicas de grandes autores de la literatura de ciencia ficción como Arthur C. Clarke, Ray Bradbury, W. Gibson, George Orwell e Isaac Asimov, entre otros. Por asunto de espacio no los menciono.
Películas referenciadas:
Metropolis de Fritz Lang, 1926
Fahrenheit 451 de François Truffaut, 1966
2001 odisea del espacio de Stanley Kubrick, 1968
Blade Runner, cazador de androides de Ridley Scott, 1982
Brazil de Terry Gilliam, 1985
Días extraños de Kathryn Bigelow, 1995
The Truman show de Peter Weir, 1998
Matrix de Larry y Andy Wachowski, 1999
Inteligencia artificial de Steven Spielberg, 2001
Minority report de Steven Spielberg, 2002
Gattaca de Andrew Niccol, 1997
Robocop, de Paul Verhoeven, 1987
Terminator, de James Cameron, 1984
Inteligencia artificial, de Steven Spielberg, 2001
El hombre bicentenario, de Chris Colombus, 1999
Ultimatum a la tierra, de Robert Wise, 1951
El día después, de Nicholas Meyer, 1983
Soy leyenda, de Francis Lawrence, 2007
28 días después, de Danny Boyle, 2002
1984, de Michael Radford, 1984
La isla, de Michael Bay, 2005
La red, de Robert Schwenke, 1995
Wall-E, de Andrew Stanton, 2008
Inception, de Cristopher Nolan, 2010
In time, de Andrew Niccol, 2011
Sin Límites, de Neil Burger, 2011
Hijos del hombre, de Alfonso Cuarón, 2006
Distrito 9, de Neil Blompkamp, 2009
Yo, Robot; de Alex Proyas, 2004
Espere en mi próxima entrega: Cine para nostálgicos
Jerónimo Rivera Betancur: Doctor en comunicación. Profesor universitario, autor de seis libros sobre cine, investigador en temas de imagen y cultura y fundador de la Red Iberoamericana de Investigadores Audiovisuales pero, antes que nada, cinéfilo.
Web: www.jeronimorivera.com
Canal de Youtube: Amigos del Cine.
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