Todavía está fresco el recuerdo de las marchas, protestas y paros académicos que hace unos años estremecieron a la Universidad Autónoma del Caribe por cuenta del aterrador desfalco a sus finanzas de la que fue víctima esa institución, cuando Ramsés Vargas era rector de ese claustro académico.
Para entonces la universidad quedó al borde de la quiebra, con la mayoría de sus activos hipotecados, las cuentas embargadas y con una deuda a proveedores que supera hoy los 100 mil millones de pesos. Debido a la situación que terminó con la captura del entonces Rector Ramsés Vargas –que aún no ha sido llevado a juicio—el Ministerio de Educación decidió intervenir la Universidad que estaba abocada, por su delicada situación financiera, al cierre definitivo.
Casi seis años y tres rectores después del estallido interno que puso a la Autónoma del Caribe en los ojos el país, la situación de esa alma mater es tan crítica, que llama a pensar que las medidas y vigilancia que se suponía debía ejercer el Ministerio, fueron insuficientes: la universidad, que en 2017 tenía casi 11 mil estudiantes, quedó reducida por sus malos manejos y escándalos, a poco más de 5 mil.
Sin embargo, en el primer semestre de 2020, bajo la rectoría de la funcionaria antioqueña María Victoria Mejía, hubo señales de recuperación y alcanzó a tener 6,777 estudiantes matriculados que al día de hoy, y muestra de la ineficiente administración en manos de su rector actual Mauricio Molinares Cañavera (un hombre que carece de trayectoria académica y que él mismo se definió como “un administrador”) solo sobreviven en sus salones 3.913 estudiantes lo que devela que “la administración” de Molinares está lejos de ser lo que él se ufana repitiendo en redes sociales donde, de forma increíble y retando a la realidad, habla del “reverdecer de la Uniautónoma”.
No sé si Molinares el administrador poco académico desconoce lo que significa de verdad el término reverdecer. Para la Real Academia de la Lengua, reverdecer es “devolver el color verde al campo, las plantas o los árboles, que estaban secos o mustios: la lluvia reverdece la pradera». Es decir, lo que está muriendo no reverdece. Como me dijo un profesor de la vieja guardia que me encontré en el supermercado: “este Molinares es tan mentiroso, que Pinocho, al lado de él es ñato”.
Es tan deplorable el foso a donde esta administración ha llevado a la Uniautónoma, que hace más de cinco meses no le pagan salud y pensión a los empleados. A los catedráticos, prácticamente, le pagan su salario casi con dos meses y medio de retraso y es la hora –agosto– que no se cancela el mes de junio ni la liquidación de sus docentes de cátedra.
Es un secreto a voces que la llegada de Molinares a la rectoría fue producto de intereses políticos. Hace unos meses, el mismo rector y miembros de su cuerpo directivo, ponían velas a todos los santos para que Federico Gutiérrez quedara de presidente. -Como Fico quede de presidente –me dijo una vez Molinares—los problemas de la Autónoma quedarán resueltos–. Me quedé pensando en qué forma “quedarían resueltos”. O, si más bien, lo que quedaría resuelta sería su situación personal.
Casi todas las instituciones educativas que terminan politizadas o dependiendo de grupos políticos suelen correr esta suerte. Y eso se explica porque a ellos, incluyendo a Molinares, la calidad académica no les interesa. Los atropellos laborales contra profesores –suspendidos por años enteros y otros perseguidos para obligarlos a negociar su retiro “voluntario”—son el pan de cada día: en vez de acortar la nómina administrativa, debilitó el bien más preciado que debería resguardar una institución educativa: la calidad docente.
Es tan deplorable el foso a donde esta administración ha llevado a la Uniautónoma, que hace más de cinco meses no le pagan salud y pensión a los empleados. A los catedráticos, prácticamente, le pagan su salario casi con dos meses y medio de retraso y es la hora –agosto– que no se cancela el mes de junio ni la liquidación de sus docentes de cátedra. ¿De qué forma, con ese antecedente, él puede salir a los medios a fanfarronear de que la Uniautónoma está reverdeciendo?
La medida más reciente de Molinares para “sacar adelante” la universidad, fue decretar que los profesores de tiempo completo dicten 26 horas semanales de clases, con el fin de poder prescindir del 80 por ciento de sus profesores catedráticos “para ahorrar”.
¿Puede un profesor que imparta 26 horas de clases a la semana investigar, gestionar extensión, trabajar en internacionalización, producir un artículo o escribir un libro? ¿Dónde dejó Molinares la calidad académica?
La universidad hoy tiene casi una decena de movimientos sindicales. Algunos de ellos, como SINTRAUAC, han sido importantes para fungir de veedores de la gestión de los rectores después de la experiencia tristemente recordada de Ramsés Vargas. Otros, simplemente se crearon para que sus directivas se blinden contra las medidas de suspensión o despido por aquello del fuero laboral y, peor, han terminado cohonestando con las políticas administrativas que hoy tienen en lo más bajo a la querida Universidad Autónoma del Caribe.
Entonces, aprovechando esta ventana de comunicación, le pido a Mauricio Molinares que explique. Sí. Que explique a estudiantes, padres de familia, catedráticos y profesores que le han entregado una vida a esa institución cómo es posible hablar de “reverdecer” cuando históricamente tiene el menor número de estudiantes. Que explique de qué forma puede haber calidad académica si ha perseguido, intimidado, suspendido y acosado a profesores con mayor escalafón docente. Que presente una explicación seria sobre por qué, bajo su administración, la Uniautónoma del Caribe no aparece ni entre las 50 mejores universidades de Colombia. ¡Ni entre las 50! Explícame, Mauricio, como puede aprender un estudiante con laboratorios obsoletos, en salones donde no existe ni un recurso audiovisual y con aires acondicionado que se dañan la mayor parte del tiempo en medio de un calor de infierno.
Explícame, Mauricio, ¿si Fico Gutiérrez ni siquiera pasó a candidato presidencial y Gustavo Petro es hoy el presidente de Colombia, ¿Cuál es tu plan para “salvar a la universidad” que –todos saben—está amarrada políticamente?
Los que trabajamos una vida ahí; los que de verdad hemos sentido a la Uniautónoma y no los aparecidos que están fungiendo hoy de sepultureros de esta, queremos explicaciones. Explícanos, por ejemplo, ¿por qué ante tamaño fracaso administrativo sigues enquistado en su rectoría?
Ahora –y lo digo públicamente—espero que los hijos de quienes somos tus contradictores y que estudian allá, no sean víctima de retaliación ni que le montes –como es tu estilo—persecuciones para obligarlos a irse o desconozcas los acuerdos que pactaste en los “retiros voluntarios”, como, de hecho, ya empezaste a hacer.
El presidente Gustavo Petro, quien en su discurso de posesión anunció que priorizará la educación y su calidad en el país debe apersonarse de lo que está pasando en la Uniautónoma del Caribe y decidir para ella una intervención –esa sí de verdad—que pueda hacer resurgir a ese claustro educativo de las cenizas en las que la dejaron o, por qué no, pensar que con ese pasivo a cuestas y esas deudas difíciles de pagar, el Estado podría asumirla y convertirla en una segunda opción de universidad pública en Barranquilla.
Mientras tanto, ¡explícanos, Mauricio!
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