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En navidad se regalan juguetes. Y el más popular de todos, entre las niñas, son las muñecas, así como en los varoncitos los carritos. Nenita, tenga la muñequita para que juegue a la mamá. Papito, tenga el carrito para que juegue a la Nascar con los amiguitos.

Hay muñecas para todos los gustos, mezclas de nombre y cualidad. Cindy Cocinera, Eva Trapeadora, Angélica Exploradora…pero la sensación son, sin duda, los bebes. Y ahí sí que encuentra variedad: los que hablan y hacen popó, los que se hacen popó y se ríen, los que hablan y recuerdan a Chuky…

¿Perciben acá cuál es el problema? Hemos enseñado por generaciones a cómo ser mujeres y cómo ser hombres. Que en pleno siglo XXI un candidato a la presidencia mencione que las niñas menores de 15 años deben tomar precauciones no puede considerarse un despropósito cuando la conciencia de su sexualidad, herencia de siglos, se ha reducido a la mínima expresión de consentir a un muñeco de plástico que le regalan desde mucho antes.

La edad temprana de inicio de las relaciones sexuales en Colombia ya rebasó lo imaginable. No solo por cuenta del acceso a a información en todos los niveles o la ausencia de una educación sexual consecuente con esa realidad. Los abusos y el maltrato son una realidad constante y les están ocurriendo a niños. ¡Los perpetradores resultan ser hasta sus mismos progenitores! Entonces, por descabellada que les suene la propuesta del candidato Pardo, hay que reconocer que no está lejos de la realidad. Menos aún la del candidato Vargas Lleras, en eso de no aplazar el gustico.

Yo no me inicié en la práctica del sexo a una edad temprana y debo reconocer que fue mi decisión, sin presiones o afanes del tipo ‘hágase machito para saber en qué equipo juega’. Las abejitas y las florecitas o el pipicito y la vaginita y demás diminutivos dejémoslos en el baúl de las pendejaditas y hablemosles a los niños y adolescentes en las palabras que son, pero más que todo, enseñemos a darles confianza, a quererse a sí mismos primero para que aprenden lo valioso de hacerlo igualmente con los demás.

De otro lado, todo proceso debe ir acompañado de una responsabilidad en la formación. No creo en el método ‘no lo haga’ sino ‘tal vez debas esperar un poco más’. El reto está más bien en cómo educar para el placer, no el placer culpable de las telenovelas de los ochenta, sino  como parte integral en la construcción de ser humano.

En esa medida ¿aún tiene en la lista de regalos de sus hijos la barbie patinadora y/o el hot wheels?

juanchopara@gmail.com   

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