La muerte del futbolista argentino Diego Armando Maradona volvió a sembrar la discordia sobre el recuerdo que se debe tener sobre los personajes históricos; si caemos en el radicalismo de idolatrar su faceta más destacada o sacarle trapitos al sol para que no perdamos de vista su condición humana. Las jugadas espectaculares se baten por la atención con los escándalos por doping o su vida personal disipada.
Y no habrá un consenso. Estamos enterrando en esta época los personajes que hace treinta o cuarenta años acaparaban la atención por ambas razones, si bien los ídolos aparecían casi unidimensionales, capaces de sonreír ante la cámara o de proferir algún improperio.
Maradona no fue mi ídolo, del mismo modo que desdeñé el fútbol como una pasión. Tenía cinco años cuando transcurrió el Mundial de México donde su imagen alcanzó niveles estratosféricos, así que su impacto fue nulo. Otra cosa fue en 1994, donde mi intento de afición por la Selección Colombia se frustró por su desastroso desempeño en el Mundial de Estados Unidos, aunado al asesinato de Andrés Escobar. A ese conjunto de desgracias se une el ocaso del Diego, tras su control de doping en pleno torneo, que resultó positivo y derivó en una telenovela abundante en conspiraciones y momentos vergonzosos. Parte de esa historia la dilucida el libro El último Maradona: cuando a Diego le cortaron las piernas, de Alejandro Wall y Andrés Burgo.
El oriundo de Lanús tuvo el retiro menos pacífico al que una estrella podía anhelar. A diversos programas de televisión, al vicepresidente del consejo de fútbol del Boca Juniors y entrenador del onceno de su país, entre otros cargos, se sumaron sus convicciones políticas, demandas de paternidad, más hospitalizaciones, episodios de violencia de género y toda una suerte de excesos que hoy, tras su muerte, parecen minimizarse ante la enormidad de su talento como deportista, incuestionable después de todo.
Más allá de plantear con qué lado de la moneda nos quedamos de un personaje público, mi sugerencia es revisar su impacto. La huella en la cultura popular es de hondo calado. ¡Si Maradona no se bajaba de Dios, lo más sagrado para el mundo católico! Por eso alborota las pasiones, se quieren tomar fotos con su cuerpo, provoca llantos en vivo y en directo, fomenta congregaciones multitudinarias que desoyen los cuidados por la pandemia… La locura por Maradona es lo que él hubiera esperado tras su ausencia, pero también revela nuestras carencias. Eso es lo que más me impresiona de los personajes históricos: para bien o para mal nos cuesta trabajo ignorarlos.
Campaña #YoCantoPara
El próximo sábado 28 de noviembre, la campaña digital/challenge #YoCantoPara promete ser una de las más novedosas del 2020. Consiste en un canto colectivo desde Instagram para que, de forma masiva y por un día, todos podamos expresar nuestras causas. Esta es una iniciativa de músicos instrumentistas y cantantes de la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá (FOSBO) abierta a todas las personas que aman cantar. Durante todo el día se transmitirán simultáneamente varios conciertos a través de las redes sociales de la FOSBO, algunos de ellos con la participación de los cantantes Katie James (folclor andino), Laura Castaño (balada pop), Diana Avella (hip hop), y Camilo Colmenares (pop rock). Los conciertos que estarán programados durante el día y todos los detalles de esta campaña los podrás ver desde la página web www.fosbosinfonica.org y las redes de la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá (FOSBO): @fosbo.sinfonica. También se presentará la canción Canto para que cambie, así que pendientes para conocerla y aprendérsela.
Esclavizados, una historia de injusticia
Este domingo 29 de noviembre verán al reconocido actor Samuel L. Jackson recorrer el mundo buscando historias de reivindicación y esperanza. «Esclavizados, una historia de injusticia», presenta diversas historias de vida que lo llevan hasta África para mostrar el horror del comercio trasantlántico de personas esclavizadas o profundizar en las raíces del racismo en distintos puntos del Reino Unido y Estados Unidos, con apoyo de periodistas e investigadores. Seis capítulos llenos de revelaciones históricas que nos ayudan a comprender las enormes e impagables deudas con la raza negra, víctima de innumerables atropellos, pero que se sobrepusieron a la adversidad para empezar el camino al reconocimiento de la igualdad de derechos. Domingos a las 10:00 p. m. en el canal National Geographic.
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