La miniserie de HBO creada, escrita y dirigida por Mike White se apoderó del ocioso verano para causar una pequeña revolución con su reparto coral plagado de lo más ruin del alma humana. Comedia negra con el suficiente ácido para cuestionar ideologías, abusos de poder y miserablezas que ni un imponente resort anclado en Hawaii logran esconder.
Hacía falta en el panorama televisivo algo de ponzoña. Así que, llevado por el constante ‘hype’ en medios especializados, me devoré los seis capítulos que conforman la ojalá única temporada de esta producción concebida -sí, para que se sorprendan del rango- del mismo guionista de Freaks and Geeks o Dawson’s Creek, quien le puso alma a la Escuela de Rock de Jack Black y, para qué negarlo, a la inclasificable reunión de emojis en pantalla gigante (Emoji, la película, 2017).
‘The White Lotus’ se convierte en su desquite televisivo, planificado para incomodar con escenas que van de lo apacible a lo grotesco, diálogos punzantes y una auténtica confrontación con el ambiente cálido de su entorno. Todo guiado por una de las mejores partituras musicales que he escuchado para una serie. No es casual que esa sensación de malestar contraste con la promesa del lugar, que usa el loto como imagen de paz, sanación y descanso. No hay un reencuentro purificador, nadie experimenta una transformación a nivel espiritual, si acaso alguna revelación de su suerte, y eso es lo que más me gusta de su mensaje: hay personas que con todo el dinero del mundo o en los más exclusivos destinos, simplemente no aprenden nada.
El egoísmo ‘millenial’, la falsa seguridad de un matrimonio a conveniencia, la obsesión por comprar afecto o la ridícula e hipócrita tendencia de cuestionar el sistema mientras se disfruta de los beneficios del mismo son algunos de los temas que toca la serie, eligiendo como marco una temporada vacacional, donde todo se supone es perfecto, hasta que la fachada se desbarata. El progresivo descontrol de Armond, el gerente del hotel, ejerce como hilo conductor de este enredo pues es quien se relaciona con todos, y en su afán de complacerlos, evidenciará también su propia debilidad. Los personajes se antojan despreciables y queremos saber hasta dónde van a llegar. Hasta el único personaje íntegro de esta historia, Belinda, también termina hastiada de ser el faro moral en medio de la podredumbre.
Comparto con los críticos el lugar que cobra en el elenco el papel de Tanya, interpretado por Jennifer Coolidge. Una actriz que parecía encasillada en papeles de eterno deseo adolescente o personaje accesorio en parodias de todo tipo. Acá se explaya como una solitaria mujer adinerada, apabullada por la muerte de su madre, y nos regala varios momentos hilarantes como de gran carga dramática que seguramente la pondrán en la órbita de la temporada de premios 2021-2022.
Sin duda alguna, ‘The White Lotus’ es una de mis recomendadas del momento. A los que disfrutan la mala leche en los momentos menos apropiados la van a encontrar irresistible. Muy valiente haberla grabado en plena pandemia, porque hace más palpable su “moraleja” cuando muchos se ufanaban de una renovación a gran escala, tras superar el caos de una pandemia que todavía no ha finalizado. El hecho es que no ha sido así, por lo que resulta bastante pertinente confirmar que ni la peor de las catástrofes ni el más idílico paraíso cambian nuestra deriva como sociedad.
Todos los capítulos disponibles en HBO Max.
Brand New Cherry Flavor… ¿a qué sabe?
A veces uno lucha contra la corriente cuando entra a Netflix y encuentra tantas propuestas ‘pastiche’: colchas de retazos disfrazados de homenajes, sazonados a conveniencia con el chequeo obsesivo de inclusión en todas sus formas que hace la plataforma. Esta serie, aparentemente limitada, creada por Lenore Zion y Nick Antosca, nos ofrece todo eso desde la perspectiva del terror, con claras referencias a David Lynch, pero quizá un poco más. Y es que la historia de Lisa Nova, la aspirante a cineasta que termina burlada por un productor de cine de ese Hollywood cizañoso que muchos quisieron denunciar en su momento, abre las puertas a una orgía de sangre, brujería y mal gusto no apto para todos los estómagos. Sus ocho capítulos no pararán hasta ver si Lisa cumplirá su venganza, interpretada con bastante propiedad por la actriz Rosa Salazar, quién le hace réplica a una meliflua Catherine Keener. Si les apetece algo de esta bebida con sabor a cereza háganlo bajo su propio riesgo.
No pierdan el tiempo con: ‘The Postcards Killings’. Un no, no y no. Por lo mal editada y actuada. El desaprovechamiento de la historia y el error técnico de la falta de sincronización en el audio del doblaje al español. En Netflix.
@juanchoparada
juanchopara@gmail.com
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