El próximo 13 de junio se conmemoran 70 años de la primera transmisión de televisión hecha en nuestro país bajo el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. El número es significativo porque revela la persistencia de este segmento de las industrias culturales y creativas que han aportado en el último lustro cerca del 3% de nuestro Producto Interno Bruto, logramos figurar en el escenario internacional gracias a una combinación de talento artístico y creativo, existen incentivos para traer inversión extranjera en el segmento audiovisual y conseguir que graben acá, los canales privados continúan activos a pesar de las dificultades y aparentemente se han adaptado a los cambios. No nos encontramos en la edad de piedra, pero en la actualidad ¿la televisión que tenemos es la que quisiéramos ver?
Constantemente hay reclamos en las redes sociales sobre la nadería en la que se sumerge la oferta actual de contenidos, mismos que paradójicamente pueden ser la única ventana al mundo de otra parte de la población. Más allá de la discusión sobre su pertinencia, plagada de ‘realities’, reemisiones, noticieros y contenidos públicos con visibles sesgos ideológicos y algunos programas infantiles de escasa recordación, pienso si realmente es competitiva.
Vivimos una época de canibalismo audiovisual: el éxito de un contenido devora automáticamente cualquier otro. Las nuevas pantallas multiplicaron las opciones, por lo que si la televisión pública apenas era considerada ahora le cuesta más trabajo estar en el radar de los gustos actuales. Prácticamente ningún joven me da razón de asomarse a Señal Colombia o Canal Tro, por dar algunos ejemplos, pero sí me listan una cantidad de ‘streamers’ que siguen con regularidad en sus redes sociales. En contraste, he visto decenas de páginas y personajes en Facebook, X (Twitter), You Tube y Tik Tok rememorando incesantemente las épocas doradas de nuestra pantalla, seguramente armados con carpetas atiborradas de imágenes digitalizadas de archivos fotográficos, notas de prensa y algunas grabaciones conservadas de videograbadoras correspondientes a escenas de telenovelas, seriados, programas de concurso y transmisiones especiales. Bonita la nostalgia, pero los recuerdos no son el presente.
En los últimos años me ha costado seguir la televisión colombiana porque la siento empequeñecida frente a lo que ocurre en el mundo. En la mayoría de los casos, de no ser por la intervención de las plataformas no reseñaría gran cosa. Y esfuerzos como el desempeño de ‘Rigo’ son estertores de una forma de crear ficciones que va cayendo en desuso. Los noticieros colombianos cayeron en la misma homogeneización de formatos, copiando sets y estilos de presentación que se antojan repelentes, sin mencionar sus maliciosas líneas editoriales. Puede ser que navegando en la programación regional algo sea destacable, pero se diluye por la escasa difusión y casi nulo interés de la población, más enfrascada en las secuencias virales de cámaras de vigilancia, peleas domésticas y chistes crueles de caídas o burlas a niños o viejitos.
En este caso la solución no consiste en cambiar el canal o apagar el televisor y leer un libro. Si como medio de comunicación ha hecho parte de nuestra vida estamos en el deber de exigir que esté a la altura de los retos modernos: tome riesgos, innove, cautive, porque no solo hemos aportado de una u otra manera a su sostenimiento, también queremos reconocernos en ella. Hoy no me ocurre eso ¿y a usted? ¿Qué propone para que realmente nos acerquemos más a la televisión colombiana?
Podcast con Puerta 3 y ‘Volver a Empezar’
¿Recuerdan ‘Pequeños Gigantes’? Probablemente tengan que revisar en internet para asegurarse de su respuesta, pero para los que alcancen a ubicar a María Angélica Mallarino, rodeada de niños que cantaban y actuaban con ella, entonces se acordarán de uno de los programas infantiles más queridos de hace algunos ayeres. Pues bien, varios de los talentos que pasaron ante sus cámaras ya son adultos, siguieron carreras exitosas en el medio o prefirieron el mundo de los negocios o la academia. Aun así, la comezón por el arte no dejó de picar y es así que tenemos a la agrupación Puerta 3.
Luz Elena “Tute” Villegas, Nelson Segura “Nelro” y Leonardo Álvarez, nueva incorporación, son los actuales integrantes de esta propuesta musical que combina sonidos modernos con influencias de las décadas de los setenta y ochenta. Han compartido sencillos con Naty Botero, uno llamado ‘Tú’, y ahora presentan ‘Volver a Empezar’, una canción que precisamente habla de ese reinicio que muchas veces hacemos en nuestras vidas. Conversé con Nelson y Leonardo en una amena entrevista donde recuerdan sus momentos en el programa, sus carreras individuales y las satisfacciones que trajo este reencuentro artístico. Escuchen el programa completo en el primer video. Pueden seguir a Puerta 3 en Instagram
X: @juanchoparada
You Tube: @juanchoparada
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