Si le gusta el sarcasmo y el humor negro, ‘Deadpool’, de Tim Miller, es la película indicada para usted.
La cinta, basada en el personaje del universo de Marvel, cuenta la historia de Wade Wilson (Ryan Reynolds), un exmiembro de las Fuerzas Especiales y mercenario que tras descubrir que tiene un cáncer terminal- que pone en riesgo su vida y su relación sentimental con Vanessa (Morena Baccarin)-, se somete a un experimento clandestino realizado por el mutante inescrupuloso Ajax (Ed Skrein) para sobrevivir y convertirse en un superhéroe.
Aunque el experimento lo salva de morir y causa que tenga la capacidad de curarse rápidamente, Wilson -que antes era un bombón- termina siendo un mutante de apariencia horrenda. “Te ves como si un aguacate hubiera tenido sexo con un aguacate más viejo”, le dice su amigo Weasel (T.J. Miller) en una escena del filme.
Con su sex appeal hecho trizas- lo que lo hace alejarse de su sexy novia y amor de su vida- y al enterarse de que el fin del experimento no era convertirlo en un superhéroe sino en una máquina de guerra para vender al mejor postor, Wilson decide encontrar a Ajax y vengarse de él, y así evitar que hiera a más personas.
Lo mejor de ‘Deadpool’ es el humor morboso del protagonista y su sarcasmo. Aunque el personaje vive un infierno al verse hediondo y sufrir múltiples agresiones físicas mientras busca a su enemigo, siempre tiene tiempo para decir frases chistosas: de carácter morboso como “esta noche me voy a manosear”- que pronuncia luego de oler unas pistolas que disparó con éxito-, y “nunca había dicho esto, pero no te lo tragues”, que le manifiesta a un contrincante después de meterle un encendedor de carro en la boca, y de carácter sarcástico como “se preguntarán por qué el traje rojo. Es para que los malos no me vean sangrar. Ese tipo tuvo una buena idea. Trae pantalones marrones”, que dice antes de activar su arma.
Las escenas de acción son entretenidas, muestran lo típico de una película de este género: bala, sangre y explosiones. Sin embargo, estéticamente lo más interesante son las escenas lentas, porque son más detalladas y además dan pie a diálogos graciosos. En una del principio, Wilson le clava dos espadas a un hombre en el torso y a la vez le dice al espectador “ustedes probablemente piensan: “era una película de superhéroes pero el del traje convirtió al otro en un maldito kebab. ¡Sorpresa! Es otro tipo de historia de superhéroes. Para contarla volveremos al tiempo en que mis nalgas no estaban en licras”.
El reparto es bueno: Ryan Reynolds tiene la chispa necesaria para hacer de ‘Deadpool’ un personaje cómico y letal, Morena Baccarin le aporta fuerza y sensualidad a la dama en peligro, y Ed Skrein hace ver al villano como un tipo ambicioso con poca personalidad. Brianna Hildebrand y Stefan Kapicic, los mutantes Negasonic Teenage Warhead y Colossus, respectivamente, completan la cuota perfecta para llenar de acción al filme.
La música que suena en el largometraje, entre rap y hip hop bailable, sobre todo la canción X Gon’ Give It To Ya, de DMX, refuerza los momentos de acción.
Lo conmovedor de la película es que al final el amor gana (aunque suene cursi), pues aunque ‘Deadpool’ no luce para nada ‘churro’- y sí objetivamente feo-, su novia lo acepta como es y promete quererlo como antes.
Vaya a ver ‘Deadpool’ para reírse un rato y recordar la cinta como una de las pocas películas de superhéroes con gran sentido del humor.
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