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Este fin de semana fue de película en cama, necesitaba un descanso. No fui a cine, pero vi una joyita que creo que siempre voy a recomendar por lo graciosa que es. Su nombre es ‘Lo que hacemos en las sombras’ o ‘What we do in the shadows’, un documental falso o ‘mockumentary’ sobre la vida de un grupo de vampiros en la ciudad de Wellington, en Nueva Zelanda.
La comedia muestra el lado más humano de los vampiros. En esta, ellos no son seres súper poderosos que asesinan a todo aquel que encuentran a su paso y tienen sexo desenfrenado, sino que, de no ser por su condición, son personas que tienen problemas comunes y corrientes, cometen errores y viven en una misma casa, por lo que los conflictos afloran a cada rato.
Por ejemplo, a estos inusuales ‘roommates’ se les dificulta conseguir víctimas, porque solo pueden ingresar a lugares a los que los dejan entrar, que son pocos, encajar en la sociedad con sus pintas anacrónicas, pelean por trivialidades como no lavar la loza y uno de ellos tiene una tusa eterna por una mujer a la que apodó ‘la bestia’.
Sus personalidades también hacen reír al espectador: uno de ellos es psicorrígido y cuando chupa sangre cubre el piso con papel periódico para no ensuciarlo, otro es un ‘buena vida’, otro es todo un Don Juan y el último, el más viejo, se parece a Nosferatu y es asocial.
El documental falso mantiene la línea de humor sencilla de burlarse de la cotidianidad todo el tiempo, mientras presenta la mayoría de características del vampiro: un ser frágil ante el sol y los crucifijos que se alimenta de sangre humana, hipnotiza a las personas, que debe pedir permiso para entrar a cualquier lugar y tiene como enemigo al hombre lobo.
Además, en la comedia es interesante la forma en que muestran la transición de humano a vampiro, con tintes de adolescente rebelde, y la amistad incondicional de los vampiros con un humano demasiado apacible.
‘Lo que hacemos en las sombras’, de los neozelandeses Taika Watiti y Jemaine Clement, es de 2014, pero es de las cintas más chistosas que he visto este año, por lo que recomiendo verla. Cambiará, en algo, la perspectiva que tiene de los vampiros, que creó con base en libros, películas buenas como ‘Entrevista con el vampiro’, o pésimas como ‘Crepúsculo’.