¿Cómo afecta el cambio climático a la seguridad alimentaria?
“Los humanos olvidaron que el agua proviene de la lluvia y la comida viene de la tierra. Llegamos a creer que la comida y el agua son los productos de una empresa”. Vandana Shiva
En la actualidad el mundo entero está viviendo una situación climática bastante crítica afectando la relación existente entre economía, política, cultura y sociedad. El cambio climático ha reducido la capacidad de acción de los gobiernos de las principales naciones del mundo para garantizar una calidad de vida óptima a sus ciudadanos, afectando diversas áreas prioritarias como la seguridad alimentaria, entre otros.
En la actualidad se registra un importante retroceso de las cosechas de trigo y maíz (afectando principalmente a la región latinoamericana) debido a intensos cambios en las temperaturas y dificultades en el acceso al agua. La producción de combustibles fósiles, la deforestación y la pérdida de biodiversidad; vienen a representar los principales riesgos asociados para la producción de alimentos en el todo el planeta, y con una población mundial en aumento, el desafío cada vez es aún mayor.
Seguridad alimentaria: un reto para la humanidad
En el año 1996 durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación realizada en Italia, se definió la seguridad alimentaria como “el acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer las necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana para todas las personas”.
Para hacer frente a la seguridad alimentaria, es necesario destacar los cuatro pilares determinantes a la hora de cumplir con este desafío mundial: (1) disponibilidad de alimentos, (2) acceso a los alimentos, (3) utilización biológica de los alimentos y (4) estabilidad en la obtención de los recursos alimenticios. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 870 millones de personas sufren de hambre, casi el 12% de la población mundial. Por esta razón, la inseguridad alimentaria, representa un problema global y debe estar emparentado con el cumplimiento fiel de los Objetivos del Milenio, para evitar la pobreza, la desigualdad social, de género y un sistema alimentario disfuncional.
Como nota importante para nuestra región, quisiera añadir que para el año 2050, el 80% de la población en América Latina sería urbana, lo cual implica una mayor necesidad en la disponibilidad de alimentos y agua, utilización de tierras para producción agrícola y usos hídricos.
Clima VS. Alimentos
De acuerdo al Banco Mundial, la contaminación y escasez del agua generan un aumento de los costos en el suministro de este recurso y agota los acuíferos, causando una compactación irreversible en los suelos. Al ocurrir esto, están disminuyendo nuestras posibilidades para el correcto acceso a los recursos hídricos y producción de alimentos, generando una grave crisis mundial, que solo podríamos disminuir con una adecuada distribución de los alimentos (para evitar la pobreza extrema en muchas partes del mundo) y con el fomento de una sustentabilidad de los recursos naturales. Así mismo, resulta necesaria la protección y conservación de ecosistemas y áreas naturales, resaltando el valor ecológico y social que tienen estos espacios para el planeta.
Para fortalecer la seguridad alimentaria debemos replantearnos el desarrollo de una agricultura ecológica y sustentable que permita enfrentar el cambio climático y mejorar las condiciones de vida. Es necesario entonces, formular una “Agricultura Climáticamente Inteligente”, la cual pueda reducir el consumo de energía, emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y agua, así como también, apoyar a los agricultores vulnerables para hacer frente a situaciones climáticas extremas.
Según la FAO, “es necesario reorientar la agricultura, para que no sea un emisor de GEI, sino que sea un sumidero de carbono”. Para lograrlo, es necesario, reformular las tecnologías utilizadas en la actualidad, promover la educación y capacitación, fortalecer institucional y económicamente a los sectores agrícolas y cooperar entre las regiones del mundo para facilitar el acceso al nuevo desarrollo agrícola.
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