Homenaje a mi Maestro Pepe Sánchez. ¡El Más Grande de todos!
Jamás me reí tanto como con él. Editando ‘Milagro’, una serie para el canal regional Telepacífico, y que Pepito dirigía, debíamos parar hasta que las carcajadas terminaran. El turno era interminable pero muy agradable. Para cada cosa tenía un chiste, una anécdota, un chascarrillo, que sentido del humor, que inmediatez mental, además, Antonio Dorado, asistente de dirección, y yo, le hacíamos la segunda y todo se volvía un relajo, pero eso ayudaba en el montaje, porque estábamos siempre relajados, plácidos mentalmente y prestos a todo. Los tres opinábamos y terminaba la mejor propuesta implementada en la edición.
Pepito, como le dije siempre, tuvo un detalle muy hermoso conmigo, cuando murió mi papá en el 92, yo tuve que desplazarme a Bogotá, (vivía en Cali), y coincidió con el cronograma de edición de ‘Milagro’, la obra de la cual les hablo, y que trataba de una niña a la que se le aparecía la Virgencita en un río, Pepito esperó a que yo llegara del entierro, una semana más, y que me recuperara de lo que para mí fue una tristeza infinita, y cuando regresé al Valle me recibió con un fuerte abrazo en la sala de edición y comenzamos el montaje. Su terapia fue no hablarme nada de mi padre y hacer del turno algo para disfrutar y aprender.
Yo ya había trabajado con él editando esos memorables ‘Cuentos del Domingo’ en Televideo, en cinta de pulgada, edición lineal, en lo que yo podría definir como una verdadera clase de montaje. Pepito era un genio, escribiendo, dirigiendo y editando. Su sensibilidad fuera de serie, era majestuoso como plasmaba en cada escena la verdad, como en el documental, no disfrazaba la realidad, además, cuidaba la fotografía como la actuación, si un actor no sabía cómo hacer el papel, él se sentaba, la mejor estilo de Bernardo Romero Pereiro, y les decía cómo interpretarlo, construía los personajes con ellos, sin ‘castrarles’ su creatividad, como hacen muchos directores de ahora, que solo ponen a recitar a los ‘nuevos talentos’.
Pepito nunca trabajaba con alguien que no tuviera formación teatral, hasta un extra debía tener alguna escuela en actuación, era muy paternal pero muy exigente. Yo estudié dirección de actores por él, y mi hijo cine, en la escuela Lumiere, que dirigía su hijo Federico.
Regresando a la época en la cual hicimos ‘Milagro’, año 92, para el canal regional Telepacífico, Pepito se encontraba con su vida personal muy desbaratada, recién separado de Jennifer Steffens, quien le quitó todo, y de eso soy testigo. Después de editar nos íbamos a ‘Café Libro’ de Cali, y bailábamos salsa al piso. Me contaba que ya estaba próximo a llegar al sexto piso, pero que tenía proyectos, empezar de nuevo, conseguir una novia, escribir un guiones, hacer cine, buena televisión, excelente radio. Su situación económica no era la mejor, por eso yo lo recomendé en el canal regional para dirigir esa serie y despegara monetariamente. Y así fue. Luego, unos años después, dirigiría la inmortal novela Café y con ella recuperó sus finanzas.
Pepito cocinaba unos espaguetis como ninguno, conocía de música como nadie, su cultura era incomparable, de todo sabía, sin pretensiones y sin posar de sabio, era muy informado.
El Maestro era tal vez el último cachaco que existía. Si los ojos son la ventana del alma, los de Pepito eran la expresión, no solo de su alma, sino de su corazón, era desprendido, generoso, filántropo, buen padre, buen tipo.
Su nueva relación, con una mujer mucho más joven que él, lo revivió, lo colmo de juventud, de energía. Ella lo valoró, lo respetó, lo ayudó, lo inspiró, lo aceptó tal cual, no lo explotó, no se aprovechó de él, no lo utilizó, siempre fue la mujer detrás de él, mantuvo un bajo perfil, pero al final, como sus otras mujeres, lo abandonó y lo separó de sus hijos, eso, para mí, lo mató, no fue el cáncer, fue la soledad.
Pepito les daba la mano a esos actores que atravesaban situaciones difíciles en su vida, como a Diego Álvarez en don Chinche, con él construía personajes.
¡Que talento el de Pepe! ¡Que sentido del humor! ¡Que alma tan blanca! ¡Que energía tan cálida! ¡Que Maestro por Dios!
Al final ya no lo llamaban a dirigir porque no hacía la televisión desechable de ahora, 30 escenas diarias, él era pulcro, se demoraba pero todo era perfecto, no hacía empanadas, era un chef de la escena, cuidaba cada detalle, por eso no le servía ya a ese duopolio maldito que maneja ahora la televisión.
Al final, estaba sin trabajo, en la quiebra y enfermito, pero jamás dejó de reír y de escribir, de soñar y de esperar otra oportunidad.
Hablábamos por Twitter, leía mis artículos, me daba consejos, me felicitaba.
Teníamos unos proyectos, hacer un piloto de un dramatizado para un canal público o para una plataforma de contenidos, nada para el duopolio maldito, nada.
Si me preguntan su obra inolvidable, todas, pero la mejor, ‘La Tregua’.
Pepito, estás con mi padre, dale mis saludes Maestro, ¡y a poner salsa en el cielo se dijo!
Y siguiendo el ejemplo de Pepe, el filántropo, ayudemos a estas familias para que tengan una navidad feliz.
Amigos lectores de ‘La Sal en la Herida’, aún no cumplimos la meta, estas son nuestras campañas.
Queremos llevarles una navidad feliz a estas familias. Aún no cumplimos la meta
Misión Cumplida, ¡Jaimito ya tiene cama y silla de ruedas eléctricas!
¿Quién era César Conto Ferrer?
Habitantes de Quibdó cuentan de dónde viene el nombre del teatro de Quibdó
http://www.wradio.com.co/multimedia/videos/quien-era-cesar-conto-ferrer/20161111/video/3300899.aspx
“Realidad o ficción” en el Teatro César Conto Ferrer
Habitantes de Quibdó recuerdan cómo era ver una película en el teatro
Artistas reclaman el teatro César Conto Ferrer en el Chocó
Reflexiones y expectativas sobre la reconstrucción del Teatro César Conto Ferrer Habitantes de Quibdó hablan del teatro y de la necesidad de su reconstrucción http://www.wradio.com.co/multimedia/videos/reflexiones-y-expectativas-sobre-la-reconstruccion-del-teatro-cesar-conto-ferrer/20161216/video/3333107.aspx
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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Me gustó la columna. Incluso estoy de acuerdo con la mayoría de los comentarios sobre su vida personal. En desacuerdo eso sí con el hecho de que lo separaron de sus hijos jóvenes. Aunque entiendo que esa puede ser la percepción desde afuera, no es cierto. Eso sí, a don Pepe (como siempre le dije) le afectaba estar lejos de ellos como es lógico en una persona tan noble como el. Sin embargo, sería incorrecto decir que lo separaron y/o abandonaron. Por lo demás, la descripción de su figura y personalidad hecha en este artículo es muy acertada.
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Buena columna. Si ve que cuando escribe sin odio si puede hacerlo decentemente ? Si ve que cuando cuenta una historia sobre lo que sabe y no se pone a opinar sobre política le sale bien?
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Que lindo comentario. Sentimos mucho el deceso de Pepe y lo recordaremos siempreExpresamos nuestras condolencias a su familia
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Gracias por todo Don Pepe y buen viaje. Para mí el mejor director y escritor en la vida televisiva colombiana.
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Que gran columna, que homenaje tan hermoso a un gran amigo, es cierto todo lo que dice, lo sentia en sus producciones. que descance en paz
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