Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Hoy cedemos nuestro espacio a la doctora Berardinelli Caicedo, chocoana como nosotros, que nos envía un interesante artículo acerca del suicidio.

Ella es Médico General de la Escuela Latinoamericana de Medicina de la Habana, (Cuba) y Docente Universitaria.

Doctora Olga Berardinelli Caicedo - foto personal

Doctora Olga Berardinelli Caicedo – Foto personal


El Suicidio: ¿Una consecuencia del tiempo actual?

Es importante recalcar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce desde hace muchos años la conducta suicida como una enfermedad de salud pública de alto riesgo.

En la actualidad, más de 800.000 personas mueren por esta causa, y sin darnos cuenta cada 40 segundos una persona se suicida. Asombrosamente niñas, niños jóvenes y adolescentes también hacen parte de esta problemática. A pesar que Latinoamérica presenta tasas inferiores a las de Europa y Norteamérica, esta situación no deja de ser preocupante.

La experta, profesora del departamento de psiquiatría y psicoterapia de la Universidad Ludwing Maximillian de Munich, Alemania, advierte que “no todos los casos se reportan y no todos los suicidios se registran».

El suicidio en niños y adolescentes se produce como consecuencia de acontecimientos estresantes de la vida. Como por ejemplo el bulling; lo que a un adulto puede parecerle leve, a una persona joven puede parecerle como algo grave e insuperable.

El suicidio es la segunda causa de muerte en la población mundial de 10 a 24 años de edad, según la OMS, y reportes expresan que anualmente 100.000 adolescentes se suicidan en el mundo.

En Latinoamérica, por cada suicidio hay aproximadamente de 10 a 20 intentos. Esta tragedia de efecto expansivo, que afecta a toda una comunidad, tiene mayor tasa en hombres que en mujeres; varios estudios confirman que las mujeres se auto-influyen más, (lo intentan), pero los hombres si desencadenan en la muerte.

¿Y por qué desencadena más en los hombres?

Porque los métodos de suicidio utilizado por los hombres son más potentes y mortales. Porque están más decididos a llegar hasta el final, sin pensar en el entorno. Porque buscan menos ayudas, se deprimen más y lo expresan menos por el tabú social. (La ideología masculina tradicional: el hombre debe ser fuerte, autónomo, competitivo, poderoso, independiente e invulnerable). Porque los hombres están sobre-representados en comportamientos socialmente problemáticos, como la agresión y el comportamiento criminal, que lo relaciona con la imposibilidad, y esto se estanca en sus mentes; demostrado en estudios teóricos tripartitas del conocimiento entre:

  • Hipersensibilidad a la recompensa.
  • Hiposensibilidad a el castigo.
  • Control de esfuerzo inadecuado.

Estos estudios de teoría evolutiva y criminalística del desarrollo de la personalidad explican que los hombres buscan más actividades de riesgo con desenlaces fatales y menos sensibilidad al castigo.

Si por ejemplo leemos una revista masculina por lo general vamos a encontrar ‘Los autos de último modelo’ o ‘Cuando empezar el gym’, pero nunca encontramos algo relacionado a un ‘¿Cómo te sientes hoy?’.

Nos queda claro que la conducta suicida puede ser resultado de diversos factores y es importante detectar posibles señales en cualquiera de las etapas o fases que puede atravesar una persona. Primero la idea, luego el deseo seguido de la realización de un plan, el intento y finalmente el suicidio.

Los signos que advierten sobre el suicidio o los pensamientos suicidas incluyen lo siguiente:

  • Hablar acerca del suicidio, por ejemplo, con dichos como “me voy a suicidar”, “desearía estar muerto” o “desearía no haber nacido”.
  • Obtener los medios para quitarse la vida, por ejemplo al comprar un arma o almacenar pastillas.
  • Aislarse de la sociedad y querer estar solo.
  • Tener cambios de humor, como euforia un día y desazón profunda al siguiente.
  • Preocuparse por la muerte, por morir o por la violencia.
  • Sentirse atrapado o sin esperanzas a causa de alguna situación.
  • Aumentar el consumo de drogas o bebidas alcohólicas.
  • Cambiar la rutina normal, incluidos los patrones de alimentación y sueño.
  • Hacer actividades arriesgadas o autodestructivas, como consumir drogas o manejar de manera negligente.
  • Regalar las pertenencias o poner los asuntos personales en orden cuando no hay otra explicación lógica para hacerlo.
  • Despedirse de las personas como si no se les fuera a ver de nuevo.
  • Manifestar cambios de personalidad o sentirse extremadamente ansioso o agitado, en especial cuando se tienen algunos de los signos de advertencia que se mencionaron con anterioridad.

Los signos de advertencia no siempre son obvios y pueden cambiar de persona a persona. Algunos dejan en claro sus intenciones mientras que otros guardan en secreto sus pensamientos y sentimientos suicidas. Es importante escuchar, hacer sentir a la persona que todo tiene solución, brindar y conducirla antes las redes de apoyo más cercanas. Recuerda puedes salvar una vida, la tuya o la de otros.

Por: Olga C. Berardinelli Caicedo

Médio general- ELAM, CUBA

Invitada


Giovanni Agudelo Mancera

Periodista

Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional

giovanniagudelomancera

Síganos en twitter @giovanniagudelo

http://www.gamacolombia.com/

http://www.gamastereo.com

http://www.plumaindependiente.com/

Compartir post