Camino de vida: fundación que rescata a las trabajadoras sexuales
Camino de Vida es una fundación que busca que las trabajadoras sexuales dejen los burdeles y se dediquen a la artesanía en Chinchiná, Caldas.
Son más de 30 mujeres las que hacen parte del Programa Lola Montez. Han tejido y vendido más de 400 bolsos en diferentes lugares de Colombia y sueñan que este año puedan dejar la prostitución y dedicarse a tejer.
Agresiones, humillaciones, maltratos, exposición a peligros y discriminaciones son algunas de las situaciones que deben pasar las mujeres trabajadoras sexuales cada noche en los bares y carreteras. Muchas de ellas son madres cabeza de familia que ingresaron a este mundo para darles una mejor calidad de vida a sus hijos o por lo menos llevarles un plato de comida y tener un techo donde dormir.
“La mayoría de mujeres que se dedica a la prostitución fueron víctimas de abuso sexual en su infancia, otras han sido violentadas en sus hogares y a esto se le suma la pobreza extrema en la cual viven algunas”, asegura Sandra Bedoya, directora de la Fundación Camino de vida y quien se ha convertido en la heroína de estas mujeres para ayudarlas a salir de las calles y de los peligros de la noche.
En septiembre de 2020 esta organización creó un programa llamado Lola Montez (seudónimo adoptado por todas aquellas mujeres que se levantan en medio de su adversidad y renacen), el cual busca generar opciones y posibilidades para resignificar los proyectos de vida de las mujeres trabajadoras sexuales de los municipios de Chinchiná y circunvecinos, fortaleciendo su empoderamiento humano, organizacional-empresarial, poniendo en marcha un programa amigable con el medio ambiente con el propósito de mejorar sus condiciones de vida personales y familiares a través de la producción de artesanías, muebles y campings para mascotas.
“Un programa totalmente diferenciador que cuenta con cinco líneas; inclusión, producción, empoderamiento personal y emocional, emprendimiento y familia que les da un lugar en la sociedad a las trabajadoras sexuales. Con esto queremos que ellas aprendan a sanar; si tenemos mujeres sanas y empoderadas, vamos a tener hogares verdaderamente transformados. Además, como municipio y como Fundación, le estamos haciendo una apuesta grande a las segundas oportunidades”, afirma Sandra Bedoya.
Dice ella que cuando iniciaron con este programa fueron treinta mujeres las que se unieron en esta aventura y hoy en día han vendido más de 400 bolsos que han sido enviados a Bogotá, Pereira, Medellín, Caldas y otros han sido comprados en el municipio.
En la fundación les ofrecen alimento, y mientras ellas se capacitan en tejido, a sus hijos los cuidan y les ayudan con las labores académicas porque en sus casas no tienen internet.
Su esposo, su hijo y estudiantes de psicología, trabajo social y pedagogía infantil la apoyan para que las mujeres se sientan más cómodas y tranquilas.
La línea central del emprendimiento de Lola Montez es el tejido con zuncho, cordón PVC y pino canadiense con los que realizan los bolsos y muebles que son tejidos a mano y que sirven para cualquier tipo de ocasión y otros están hechos exclusivamente para desestimular el uso de la bolsa plástica. Doña Juliana Márquez, madre del presidente Iván Duque y quien ha estado pendiente de esta iniciativa, les obsequió unas telas las cuales han sido aprovechadas para realizar carpas para perros y gatos.
“Me siento orgullosa del poder interior y la valentia de cada mujer que teje cada una de las piezas artesanales. Me uno a la petición para que con la ayuda de muchos colombianos se transforme la vida de las que algunos neciamente tienden a llamar ‘las mujeres de la vida fácil’ que ni es vida ni es fácil”, señala Jenny Castaño, quien oficia como primera gestora y esposa del actual mandatario del municipio de Chinchiná. Además, se convirtió en madrina de ‘Lola Montez’, quien junto con sus conocidos y amigos es una de las vendedoras estrellas, sin comisión, de este programa.
La idea es que las historias de las Lolas y el proyecto empresarial de las piezas artesanales tejidas tengan eco y voz en las más alta esferas de Colombia, para que Chinchiná, conocido a nivel mundial como el municipio con la Taza de Café más grande del mundo, también sea recordado como el municipio de las Lolas, que da abrigo en su proyecto empresarial a toda trabajadora sexual que quiera dejar de serlo.
Una mujer que nació para servir
Sandra Bedoya, quien se ha convertido en la voz de las mujeres trabajadoras sexuales en la zona cafetera, desde hace más de una década se ha dedicado a trabajar y a servir por las personas más vulnerables de su territorio. En 2004 junto a su esposo crearon la Fundación Camino de vida, que tiene como función ayudar a personas con problemas de drogadicción.
El esposo de Sandra fue un importante empresario en 1985, pero venía coqueteándole al asunto de las drogas; empezó con marihuana y luego llegó al bazuco. De 1994 a 1998 fue habitante de calle, pasó de vestirse con traje elegante a no bañarse durante más de un año.
En 1998 ingresó a un instituto en la ciudad de Manizales y Sandra lo conoció meses después porque estaba buscando una fundación para una persona muy cercana a ella, que se inyectaba droga en las venas. Sin embargo, esa persona nunca ingreso a la fundación y terminó por quitarse la vida.
“Me quede ahí en la fundación como voluntaria, lo empiezo a conocer y en el año 2001 nos casamos. Fue una apuesta arriesgada, pero después de casarnos, decidimos abrir la fundación como una muestra de agradecimiento a Dios por haberle dado otra oportunidad a mi esposo, porque pocas personas salen de una adicción tan fuerte. Él lleva 22 años en completa sobriedad y orienta a las familias que tienen familiares adictos. Esperamos que dentro de pocos años nuestro hijo Simón (de 17 años) forme parte, como Ingeniero y Arquitecto, en esta apuesta para servir y darlo todo en favor de quienes merecen renacer para brillar”, afirma Sandra Bedoya.
Dos años más tarde esta organización daría un giro de 180 grados, una noche llegó a la fundación Camilo, un niño de 7 años, pidiendo hospedaje para el fin de semana.
“En 2006 llega Camilo a decirnos que si se podía quedar a dormir porque estaba cansado de cuidar a sus hermanos de cinco y tres años, pues su mamá se iba a trabajar a una ‘cafetería’ y los dejaba solos con una olla llena de arroz, tajadas y huevos. Empezamos a indagar, conocimos a la mamá y efectivamente ella los dejaba encerrados en la habitación del inquilinato donde vivían, pero no trabajaba en una cafetería sino en una cantina donde se prostituía”.
Cuenta Sandra que la historia de Camilo y sus hermanos no es solo la de ellos, es la historia de cientos de niños del municipio que viven la misma problemática. Entonces crearon el Programa llamado ‘Fin de semana con Simón’, el cual consistía que desde el viernes hasta el lunes cuidaban hasta 50 hijos e hijas de mamás que trabajaban los fines de semana en bares y burdeles.
“Fin de semana con Simón¨ funcionó de manera ininterrumpida hasta marzo de 2020 cuando llego la pandemia.
Años atrás ya venían trabajando con las mamás e hicieron varios proyectos de emprendimiento con ellas y fue así como nació Lola Montez.
Era necesario generar ingresos para las mamas usuarias del programa como alternativa económica al quedarse desempleadas por el cierre de bares y cantinas en las que ellas ejercían como trabajadoras sexuales.
Dice Sandra, con la voz quebrantada, que no ha sido nada fácil ayudar a las trabajadoras sexuales y querer una mejor calidad de vida para ellas y sus hijos, pero está segura que con la ayuda de todos los colombianos va a lograr sacar adelante el programa Lola Montez.
Sueña en convertirse en la mujer que sale a las carreteras y entra a los burdeles para rescatar a trabajadoras sexuales, darles empleo en LoLa Montez y brindarles las herramientas para que sanen sus corazones, para que se reflejen en los ojos de sus hijos sin sentir vergüenza, para que nunca más tengan que recibir viles monedas por un pedazo de su ser, o decir “un te amo” por dinero. Quiere ofrecerles un lugar donde vuelvan a recuperar su alma.
“He sido señalada muchas veces por las personas, me dicen que debo cerrar la Fundación, me cuestionan porque trabajo con esta población. Sin embargo, yo me resisto a dejar mis anhelos, porque mi sueño es ver a centenares de mujeres que trabajan en las carreteras, que han tenido que pasar por las peores humillaciones y aberraciones, convertirlas en empresarias autónomas, mujeres que se les respete en la calle. Mujeres que nunca más tengan que decirles a sus hijos mentiras: que trabajan en una cafetería, sino decir que trabajan en una empresa, que han logrado aprovechar cada oportunidad que se les ha brindado”.
Con esta iniciativa buscan que los colombianos se den cuenta que si se intervienen las realidades de las mujeres que trabajan en los burdeles o en las carreteras y que son obligadas a ejercer la prostitución para el sostenimiento personal y familiar, y se les empodera para que tomen decisiones por mejores opciones de vida, se incide definitivamente en las condiciones de los contextos locales y de todo un país al respecto de este tema.
“Qué sería de cada uno de nosotros, que hemos cometido muchos errores, si alguien no nos hubiera dado una segunda oportunidad, no hubiera creído en nosotros. Todas las mujeres que han sufrido deben ser capaces de decir: soy una valiente, soy una Lola, una mujer que se levanta, para ser una mejor versión de sí misma y que no se avergüenza de su pasado, aprenden de él, mira hacia adelante, se sacude la tierra de sus zapatos y continúa por ella, por sus hijos y por sus compañeras que aún no han logrado salir. Con la apuesta que estamos haciendo en Lola Montez lo van a lograr”, reflexiona la fundadora de esta iniciativa.
Sandra hace también una invitación para que se deje a un lado el machismo, se conozca las historias de estas mujeres y se entienda que todas las personas necesitan que por una vez más alguien vuelva a creer en ellas.
“Convoco a cada colombiano, a las personas que tengan poder en las redes sociales, a las empresas, para que nos ayuden a abrir canales de comercialización, para que se acerquen y conozcan el programa Lola Montez, que dentro de poco marcará historia en Colombia”, finaliza Sandra.
Las personas que quieran saber más sobre la Fundación y el programa Lola Montez pueden ingresar a Instagram o Facebook: Artesanías Lola Montez y conocer las diferentes piezas artesanales que diseñan.
Periodista
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