@NataliaGnecco
¿Qué tienen en común Gaza, Alemania y Colombia? Solo una escritora, productora y directora de la talla de la canadiense Amy Miller, cuyas películas se proyectan en más de ochenta festivales en todo el mundo y sus documentales críticos propenden por la transformación de cambios sociales, puede explicarlo en 84 minutos. Su más reciente documental, El poder de mañana (Tomorrow’s power) es un fiel testimonio de la valentía, el coraje y la solidaridad de tres comunidades ubicadas en Europa, Próximo Oriente y Sudamérica que buscan hacer valer sus derechos ante las crisis económicas y ambientales que enfrentan.
Acompañada de un equipo de extraordinarias competencias profesionales como Byron A. Martin (productor); Boban Chaldovich (editor); Sylvestre Guidi (director de fotografía); Benoit Groulx (compositor) y Kyle Stanfield (diseñador y sonidista), Miller une las tres historias con una alta dosis de realismo y un magistral manejo de planos generales que nos contextualizan de inmediato en la problemática de Gaza, una región que vive bajo fuego, en donde la planta de energía petrolera está parcialmente destruida y causa apagones en los hospitales, que pueden ser mortales para las salas de cirugías, el pabellón de neonatos y el banco de sangre.
A través de testimonios tomados de hospitales como Shifa y Al Nasr, esta comunidad de médicos ha luchado para instalar paneles de energía solar, que, gracias a la proliferación de productos de alta tecnología, se han vuelto más económicos, lamentablemente los paneles solo pueden alimentar las principales áreas de la clínica, pero la satisfacción de poderles salvar la vida a sus pacientes es gratificante para ellos, aunque algunos perezcan en en plena cirugía, una situación inhumana e intolerante, pues los bombardeos tienen esta región con apagones desde hace siete años.
Luego nos ubican en el desolador panorama del campo carbonífero ubicado en Renania, Alemania, donde los activistas están presionando al Gobierno para que se desvincule completamente de la extracción de combustibles fósiles y complete su transición hacia la energía renovable. Los activistas que luchan en contra del carbón hacen un llamado a la desobediencia civil, pues las excavaciones han acabado con todo este terreno, ante el aumento de la demanda del mineral. El apoyo a esta resistencia ha dado lugar a un campamento climático, que no cesa de protestar para encontrar una forma de energía articulada.
El tercer escenario es familiar para nosotros, se trata de Saravena en el departamento de Arauca, una región devastada por la guerra, pero rica en petróleo, que nos demuestra cómo las comunidades indígenas se encuentran atrapadas entre el Estado que militariza excesivamente el área y los megaproyectos económicos de las multinacionales, pero a pesar de ello, han venido construyendo territorios de paz desde sus cimientos.
Es así como escuchamos narrar a Sonia Milena López, observadora de Derechos Humanos cómo ha sido la lucha contra la multinacional OXY, (Occidental Petroleum) pues al comienzo la comunidad pensó que vendría mucho progreso a la región, pero no fue así. Han tenido que enfrentar muchas dificultades por la indiferencia de estas compañías, además de la muerte de habitantes jóvenes, por el aumento de los falsos positivos del 2005 al 2007 y vivir en una lucha constante por un territorio que les pertenece. Sin embargo, apoyados en la desobediencia civil y con una organización digna de admirar, han logrado sustituir los cultivos de coca, administrar ellos mismos sus servicios públicos, velar por su derecho al agua potable y seguir protegiendo el medio ambiente, enmarcados en proyectos de economía solidaria.
En el corazón de tres situaciones de conflicto, Amy Miller escenifica una energía que parece cruzar los continentes y animar una nueva forma de cambio social. Para hablarnos un poco sobre su más reciente documental, la productora canadiense se tomó unos minutos, en medio de los compromisos que le implica su participación en el Festival Internacional de Documentales de Montreal (RIDM), que celebrará su vigésima edición anual del 9 al 19 de noviembre, con 142 películas de 47 países y un programa de proyecciones especiales gratuitas en diferentes vecindarios de Montreal. El equipo de Tomorrow’s power estará presente el próximo sábado 12 de noviembre después de la proyección del documental en la Universidad de Concordia, para una sesión de preguntas y respuestas, a la cual quise adelantarme un poco.
Amy, ¿Cómo nació la idea de realizar este documental?
El poder de mañana es una respuesta a la reacción del público que había visto antes mis trabajos “No Land No Food No Life”, “The Carbon Rush” y “Myths for Profit”, porque se conmovieron ante la problemática que trataban, pero al mismo tiempo se sentían sofocados por la enormidad de los problemas. y situaciones que están presentes en cada uno de mis documentales anteriores. Con frecuencia, me preguntaban cuáles eran esas historias de esperanza, de las que las personas podían aprender para tener una guía en sus procesos de acción y poder motivar a otros a involucrarse en actos de justicia social y de justicia climática, (iniciativas para reducir las desigualdades sociales que son generadas o alimentadas por los efectos del cambio climático).
Entonces mi respuesta fue proporcionar un documental que mostró tres historias de cambios transformadores en lugares con condiciones difíciles, los cuales demostraron que la ESPERANZA proviene de la capacidad de resiliencia de las personas, que están mitigando crisis causadas por humanos, las cuales no se solucionan con pañitos de agua, porque son problemas enormes.
Además de tener un espíritu luchador, ¿qué tienen en común tres comunidades tan disímiles como las de Gaza, Alemania y Colombia?
El compromiso profundamente enfocado a superar tremendos obstáculos en sus respectivas comunidades y la manera de mitigar crisis ocasionadas por seres humanos, en lugar de dejar la energía relegada a la tecnología o de algo abstracto. Esta es la gente la que traerá el cambio y estará siempre comprometida con el bienestar de sus comunidades. Esto no es un factor externo, es el valor de la gente que lidera, que dirige.
¿Cómo fue tu experiencia en nuestro país?
La gente de Arauca es verdaderamente heroica. Han construido un proceso comunitario participativo para asegurar todas sus necesidades básicas y para proporcionar todo lo que es necesario frente a tantos obstáculos y dificultades. Para mí son el ejemplo de democracia participativa y una inspiración para todas aquellas personas que apoyan la justicia social y climática.
La comunidad de Arauca le reclama al Estado colombiano la creación de fuentes de empleo y que las multinacionales cumplan con la inversión social que les han prometido. ¿Qué opinión le merece?
Deben ser escuchados e incluidos en cada proceso de toma de decisiones. Necesitan los recursos financieros a los que tienen derecho, y que las decisiones que los afectan se centran en ellos, en lugar de estar fuera del alcance de la población.
¿Qué tanto éxito han tenido los activistas en Alemania, con acciones como obstaculizar las vías del tren de carbón en el campo de Renania, para que el Gobierno proponga una solución viable?
El éxito de los activistas en Alemania es no se darse por vencidos. Justo esta semana en Bonn, durante la conferencia climática de las Naciones Unidas, 6000 se tomaron activistas una vez más la mina de carbón y la cerraron por un día. Ellos persisten, siguen resistiendo y no retrocederán, ni se detendrán hasta que la mina de carbón se cierre permanentemente y se deje de encubrir las políticas alemanas al permitir que Alemania sea simplemente aplaudida por tener las llamadas políticas ecológicas cuando en realidad, existen contradicciones profundas sin solucionar como lo que ocurre con el campo Renania, de donde se obtiene la mayor fuente de C02 en Europa.
¿Utilizar paneles solares como lo hacen los hospitales en Gaza, es una solución viable para otras comunidades que sufren de cortes de electricidad?
Sí, esta es una solución absolutamente viable para hospitales y países de todo el mundo. El costo es tremendamente menor de lo que era hace 5 años, sin importar lo que costaba hace 15 años. Es muy manejable.
¿Por qué es tan difícil para algunos Gobiernos del mundo entender que el calentamiento global podría ser más devastador para la economía, de lo que ellos piensan?
Debido a que muchos gobiernos están fuertemente comprometidos con la permanencia de la industria de los combustibles fósiles, para sus propios beneficios y la economía nacional. No quieren hacer la transición, porque temen ‘perder’ financieramente.
Finalmente, ¿Cuál es el mensaje que piensas dejar con el documental El poder de mañana?
Las personas con enormes obstáculos se comprometan a crear un mundo más justo y equitativo, y todos debemos sentirnos inspirados por sus historias y motivados para involucrarnos en nuestras propias comunidades. Además, la discusión en torno a la justicia climática sigue avanzando y es necesario hacerla desde el nivel más elemental, hasta el más completo y avanzado.
Fotos: cortesía Amy Miller
Agradecimientos: Amy Miller
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Felicitaciones a todos los activistas por su labor en el mundo. Arauca en Colombia es un ejemplo para todos los colombianos sobre la efectividad de la desobediencia civil, el empuje y las ganas de superar el abandono estatal. Ojalà que ahora con la explotación minera de Emiratos Àrabes no se repita la triste historia de la Oxy en Arauca, mucha explotación y cero inversión social.
Que sea una canadiense quien nos recuerde està triste realidad dice mucho!!! Gracias a Amy Miller por destacar otra de las tantas luchas del pueblo colombiano
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