Sí, estoy bien. Pero me preocupa mucho que es fácil no contar con esa suerte.

¡Dejen de esconder el cinturón de seguridad bajo los asientos!

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¿Por qué tantos taxis esconden la mitad del cinturón de seguridad?

Me quedó doliendo el cuello y la espalda. Pero al señor taxista sólo le preocupaba que le ofrecieron apenas 20 mil pesos en compensación.

Uno va pensando muchas tonterías mientras otra persona conduce el carro, pero recuerdo bien que cuando tomamos la salida del carril central de la Avenida El Dorado, como no había cinturón de seguridad, me aferré a la manija que hay arriba de la ventanilla, como hago instintivamente cada vez que siento que el piloto de mi taxi está luchando por ganarse un lugar adelante en la grilla de partida de la próxima carrera. Porque ellos viven de hacer carreras ¿verdad? Sólo que yo iba hacia un examen médico y no hacia el podio de Indianapolis.

Al llegar al punto en el que la salida de la calzada nos conduce al flujo del tráfico del carril izquierdo de la otra calzada, sentí el brusco frenazo que es totalmente natural y habitual para mucha gente en mi ciudad. Nos parece ya normal sentir ese empujón fuerte hacia adelante de la inercia de nuestro propio cuerpo cada vez que llegamos a una intersección o un semáforo.

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Yo, la verdad, temí un golpe por el costado derecho, de donde venía el flujo de carros al que debíamos incorporarnos. Pero lo que me sorprendió fue el dolor repentino en el cuello. No hubo ruido que me alarmara, porque en realidad fue un choque suave, teniendo en cuenta los daños de «latas» que en realidad parecen haber sido sólo en los soportes de los guardachoques o bompers de fibra de vidrio.  A simple vista no se detectaban daños en ninguno de los dos carros. Pero yo sí ando con «el mico al hombro» del golpe de mi cabeza contra la silla del taxi.

Y para todos es normal que se piense que un hombre, mientras más macho más aguanta, que las brusquedades del tránsito vehicular son parte de la vida normal. Yo me rehuso a creer eso. Yo creo que no hay nada que justifique que alguien se haga daño. Que yo no me haya hecho ningún daño grave no exime de responsabilidad a todos los taxis de mi país a llevar un cinturón de seguridad que funcione y que esté en perfectas condiciones.

Y luego se preguntan por qué recomiendo Cabify y Uber.

¿Qué pasa cuando se lleva a un bebé en un taxi?

Por supuesto, en nuestras condiciones sería absurdo imaginar que se pone una silla de bebé en un taxi para una carrera, esas precauciones sólo las toman las familias cuando viajan en su propio carro y se preparan con responsabilidad. Pero ¡hay pico y placa! cojamos un taxi y llevemos al bebé en los brazos! confiemos en el taxista!

No, por favor, no lo haga. Busquemos alguna solución, comentemos, planteemos el problema para que pronto aparezca una solución y no sigamos viviendo como en el antiguo oeste. El hecho de que los carros de la época de nuestros abuelos no tuvieran cinturones de seguridad atrás no significa que esa sea la forma correcta de vivir.

Y que los taxistas ya no conduzcan en modo «deportivo», por favor, que llevan personas a las que les han escondido el cinturón de seguridad.

Por favor comente esta publicación y compártala a ver si alguien tiene la solución que yo aún no conozco.

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