Si revisamos el programa de gobierno de la alcaldesa Claudia López 2020-2023, encontramos que la participación aparece como un vehículo transversal al gobierno del distrito que se distingue por una forma de actuar para alcanzar los objetivos trazados.
Es a través de la cultura ciudadana, la inteligencia colectiva y la participación decisoria que se propuso construir un modelo de corresponsabilidad y gobernanza colaborativa. No obstante, a pesar de la emergencia sanitaria y sus consecuencias, el 2020 fue un año de logros medibles y tangibles en materia de participación.
La primera alianza que se hizo fue con la ciudadanía. Bogotá inició con la aplicación del mandato cuarto de la consulta anticorrupción, el cual, mediante audiencias para la participación, pretende que la ejecución de los recursos de las alcaldías locales y una parte de las demás entidades busquen ser ejecutadas mediante procesos de consulta ciudadana y presupuestos participativos.
En el 2020 se le dio cumplimiento al Decreto 768 de 2019, el cual reglamenta el Acuerdo 740 de 2019, para obedecer la implementación de los presupuestos participativos de los Fondos de Desarrollo Local como un proceso institucional, democrático, incluyente y pedagógico de enfoque territorial; por medio del cual la ciudadanía y sus organizaciones decidieron la inversión anual de la mitad de los recursos del Fondo de Desarrollo Local.
En respuesta a la política tradicional, este ejercicio ciudadano le dio voz y voto a la ciudadanía de Bogotá para priorizar la inversión de sus impuestos, tal como se prometió en el programa de gobierno. Este ejercicio participativo, del cual se puede hacer parte ingresando a gobiernoabiertobogota.gov.co, ha obtenido reconocimiento nacional e internacional.
La experiencia de los presupuestos participativos de Bogotá fue postulada al Premio Nacional de Alta Gerencia 2020 del Departamento Administrativo de la Función Pública de Colombia en la categoría: “La Administración no se detiene”. También hace parte de los compromisos del IV Plan de Acción Nacional del Gobierno Abierto, siendo Bogotá aceptada en el Open Government Partnership por su compromiso con la participación ciudadana, la rendición de cuentas y la transparencia.
En términos cuantitativos, en el primer año de gobierno distrital hicieron parte de los presupuestos participativos más de cien mil personas. En el primer semestre del 2020 se hicieron más de 380 encuentros ciudadanos en distintas localidades para definir el alcance de los presupuestos participativos en los planes de desarrollo local.
Se dispuso de una plataforma digital, para que la ciudadanía asistiera, participara y priorizara las líneas de inversión local en temas de reactivación económica y emprendimiento, infraestructura y malla vial, derechos sociales y culturales, medio ambiente y ruralidad. Para las localidades con dificultades de conexión se hicieron tertulias familiares como en el caso de Sumapaz, y se implementaron otros mecanismos de participación presencial respetando las medidas de bioseguridad.
En el segundo semestre, la ciudadanía mediante ejercicios de participación incidente e inteligencia colectiva, co-creó propuestas ciudadanas para ser ejecutadas en sus localidades. La ciudadanía no solo propuso, sino que decidió de forma directa sobre los proyectos que querían que se ejecutaran en sus entornos locales.
La tecnología sirvió como herramienta de participación. Mediante una billetera digital, la ciudadanía priorizó más de 3000 propuestas ciudadanas que contaban con viabilidad técnica para convertirse en proyectos de ejecución para la ciudad. En el 2020 se experimentó un primer modelo de Gobierno Abierto en Bogotá, donde la ciudadanía incidió de manera real y directa sobre las decisiones locales mediante escenarios de participación, transparencia y colaboración.
El lenguaje más poderoso de un gobierno son los hechos. Los presupuestos participativos en 2020 sirvieron para aumentar la participación ciudadana en un 70 % con relación a los años anteriores. Se decidió por primera vez en la historia que participaran jóvenes mayores de 14 años y que la ciudadanía definiera, sobre un presupuesto cercano a los dos billones de pesos, uno de cada dos pesos para invertir en sus barrios y localidades.
Se generaron escenarios de co-creación, participación y transparencia para que la ciudadanía se apropiara de sus recursos, de sus impuestos y de sus inversiones.
Una nueva relación entre ciudadanía y administración distrital se estableció con base en los principios del Gobierno Abierto. Se garantizó el derecho a la participación en medio de la pandemia mediante un modelo mixto de participación, acompañando a instancias de participación, organizaciones sociales, comunales, comunitarias y ciudadanía en general.
Se promovió una participación incidente con cultura democrática, promoviendo la apertura de las instituciones del distrito y fortaleciendo la confianza ciudadana. La política pública de participación ciudadana se articuló con los procesos de planeación de la ciudad, constituyéndose en una herramienta para la gestión pública transparente y abierta a la ciudadanía.
Twitter @JavierUrreaC
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