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Esta semana después del triunfo de Colombia ante Uruguay, personas de la India, de Nigeria, de Estados Unidos, de México, de Pakistán y de Alemania por mencionar algunos (Y no, no trabajo en la ONU) solo tenían palabras de felicitación, de aliento y de admiración por Colombia. Algo a lo que no estamos acostumbrados los colombianos, la admiración por nuestro futbol se transforma en admiración y curiosidad por un país que antes de este mundial era desconocido para muchas personas y temido o ignorado por otras. Con la conversación sobre la genialidad de James y cuadrado o las atajadas de Ospina y la defensa de Yepes, vienen las preguntas sobre de donde son, como son nuestras ciudades, cual es mi equipo en Colombia y si ya se puede ir a visitar el país o no, entre otras. Los colombianos nos convertimos en embajadores, promotores turísticos y profesores de geografía.

Lo mismo les ocurre a nuestros hermanos costarricenses. Hoy el mundo se asombra frente a la sorpresa del mundial. Una nación pequeña, poco conocida pero un referente de bellezas naturales y pacifismo, está ahora en el centro de la atención con su desempeño en la copa mundo, después de vencer a los más grandes del fútbol mundial. El resto de los latinoamericanos nos convertimos también en embajadores de Costa Rica, a medida que el resto del planeta quiere descubrir que más hay detrás de ese país representado por esos 23 héroes en el mundial de fútbol.

Para una nación, esta es la verdadera magia del mundial de fútbol. El evento deportivo más importante del mundo, seguido por gran parte de la población mundial esté o no esté su país participando, se vuelve una vitrina para los países que participan. Para los jugadores ha sido tradicionalmente el mejor escenario para lanzarse a las grandes ligas del fútbol mundial, pero para los países es su oportunidad de abrir las puertas para que el mundo conozca su gente, sus pasiones, para crear curiosidad, para entenderlos.

Países como Argentina, Brasil, Alemania o Francia tradicionalmente dominan el futbol mundial y son el centro de atención en cada copa mundo, pero para naciones que están logrando grandes hazañas en el torneo, como Colombia o Costa rica, hay una atención especial para ellos y su gente. Esos 23 jugadores que nos representan en cada país son ahora nuestra mejor imagen, están formando un nuevo país en las mentes de millones de aficionados que hoy se preguntan: Qué están haciendo en Colombia y en Costa Rica que tienen ese futbol?. Millones que ven como los miles de aficionados que fueron a acompañar a Colombia y a Costa Rica son alegres, respetuosos, festivos, llenos de amor y pasión por sus países y su selección empiezan a descubrir cómo es nuestra gente. Cada jugador y cada aficionado en Brasil están cumpliendo con una misión de patria, pero para naciones que pocas veces tienen el protagonismo como Colombia o Costa Rica, Están dejando el nombre de sus países, muy pero muy en alto.

La trascendencia de un desempeño como el de Colombia y Costa Rica en una copa mundo va más allá del futbol. Nuestras selecciones están acaparando la atención del mundo deportivo, y nuestros países están siendo reconocidos de manera diferente. Alrededor del desempeño deportivo vienen análisis sobre nuestra cultura, nuestra idiosincrasia y nuestra gente, para tratar de entender esa magia que los jugadores entregan en el campo de juego, para entender su origen. Con ello el mundo está viendo una cara distinta de los Colombianos y los costarricenses, no la de nuestros conflictos, dificultades, corrupción o politiquería, sino la más valiosa que tenemos, la que realmente importa, La cara de nuestra gente, de los Ciudadanos que día a día construimos nuestra naciones desde todas partes del mundo. Esa cara que no sale en los medios de comunicación mundiales es la que nuestras selecciones brillando en esta copa mundo de Brasil, le están mostrando al mundo.

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