Que significa realmente el cambio de Estados Unidos Hacia Cuba?
Aquel que diga que era totalmente previsible el cambio de la política exterior norteamericana frente a cuba y que “eso se venía venir”, está tratando de no sonar tan ignorante como lo estábamos todos aquellos que recibimos la noticia esta semana. El movimiento de la administración de Obama para reanudar relaciones diplomáticas y comenzar el esfuerzo por destrabar el dialogo político y económico con la isla nos dejó perplejos y realmente asombrados de la clase de liderazgo que, con o sin congreso, el presidente de los Estados Unidos quiere ejercer para dejar un legado imborrable en lo que le queda de su periodo.
Lo que si podemos decir todos es que era algo que debía hacerse y hace mucho tiempo. El embargo y aislamiento a Cuba lleva más de 60 años en los que solo ha demostrado su fracaso. El régimen cubano está más seguro que nunca, su pueblo no ha sufrido las penurias que el embargo esperaba crear para provocar un cambio de régimen, y en términos simples, no hay política más estúpida que deliberadamente esconder las bondades y virtudes del desarrollo y el capitalismo para con ello esperar que surja el desarrollo y el capitalismo. El embargo le hizo un favor al régimen castrista que hasta el día de hoy agradecen.
Pero que significan los cambios que se avecinan en las relaciones de los dos países? Y no me refiero a que van a poder o no poder hacer los cubanos y los americanos con la nueva situación diplomática, comercial o política. Me refiero a que hay detrás de esta decisión en ambos lados
Por el lado Americano es un movimiento de un presidente que básicamente ya no le importa!. Obama ya no está dispuesto a conciliar su ideología con un congreso hostil y obstruccionista, incluso de miembros de su propio partido. Obama decidió que va a dejar la marca que quería dejar como presidente y que por 6 años intento dejar con un tono conciliador, académico y de bipartidismo. Está implementando su ideología pura y le importa un bledo si eso afecta o no a los demócratas para las elecciones del 2016 y claramente le importa menos lo que los republicanos, con quienes trató de gobernar por mucho tiempo, piensen de ello. Su propio partido le ha dado la espalda en muchas iniciativas así que decidió darle la espalda al juego político en los Estados Unidos y por fin ser el presidente que quería ser. El establecimiento de relaciones con Cuba es quizás uno de los movimientos más dramáticos y que dejará la mayor huella en su presidencia y, a mi juicio, uno de sus mejores momentos.
Para el lado Cubano, este es un salvavidas sin igual, que no podían darse el lujo de despreciar. Raúl Castro ha tratado de mover a la isla a un modelo similar al chino, pero para eso, al igual que le ocurrió a la China, necesita a los Estados Unidos. La ayuda paupérrima de Venezuela ya está por terminarse y lo que los europeos o el resto de Latinoamérica hagan por Cuba es insignificante frente a lo que los Estados Unidos harían si la economía, la inversión y el turismo norteamericano empiezan a llegar a Cuba. Adicionalmente, en el mundo actual ese aislamiento es cada vez más difícil y cada vez menos países siguen ese camino. Corea del norte y Cuba son los únicos regímenes empeñados en modelos aislacionistas como estrategia para mantener su poder.
Latinoamérica y el mundo ven con buenos ojos este cambio y aunque representa un paso pequeño, pues el embargo solo puede ser levantado por una ley en el congreso norteamericano, algo que con la mayoría republicana es bastante improbable, está abriendo la puerta para que el tema se revise y más importante aún, está abriendo la puerta para que una de las políticas más absurdas de nuestra región desaparezca un día ya no tan lejano.
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