Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Aunque a lo largo de la historia las mujeres han hecho un aporte significativo en el desarrollo de nuevas tecnologías y han sido cada vez más incluidas en esta industria, hoy en día siguen siendo pocas las que inician carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés). En Colombia una de cada 10 mujeres estudia en la universidad y menos del 2% estudia una carrera STEM, de acuerdo con cifras del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esto genera que en la industria haya menos mujeres ocupando puestos relacionados con ciencia, tecnología e ingeniería, y por ende menos oportunidades para lograr un equilibrio allí.

Dichos panoramas se dan por diversas razones: temas culturales, educativos y la creencia de que carreras como estas no son ideales para las mujeres, sino solo para hombres. Llegar a la raíz del problema no es difícil, basta con preguntarnos algo tan sencillo como: ¿con qué juegan las niñas cuando pequeñas? La respuesta, que seguramente muchos ya sabrán, sumando a los estereotipos fijados por las películas, medios de comunicación y la sociedad misma, es lo que nos ha llevado a tener un déficit de mujeres en la industria. Y es precisamente en este punto donde, como empresas, jugamos un papel importante, siendo más activos y propositivos para generar acciones que produzcan un cambio.

Hay datos alentadores como la mayor participación de las mujeres en los puestos de alta dirección. De acuerdo con el Informe Global sobre la Brecha de Género 2021 del Foro Económico Mundial (WEF), la presencia de las mujeres a nivel mundial en la industria de la Tecnología de la Información, Software y Servicios de TI es del 31%, en donde el 27.8% ocupa cargos directivos. Y aunque es un camino positivo, se necesita una mayor oferta de mujeres profesionales con carreras STEM, si queremos mejorar esta realidad.

Para lograrlo se requiere de un trabajo conjunto de las diferentes partes involucradas en el proceso de formación de las niñas, como la familia desde temprana edad, el colegio, los medios de comunicación, las universidades y las empresas, con el fin de cambiar la percepción de ellas sobre la industria y sus oportunidades dentro de esta.

La presencia de las mujeres en la tecnología contribuye al crecimiento del negocio, a impulsar la innovación, a la toma de decisiones y resolución de problemas. Además, poseen habilidades blandas como la comunicación asertiva, la colaboración y la creatividad que hacen la diferencia en el ambiente laboral de la organización. Asimismo, un estudio de McKinsey afirma que las empresas que cuentan con más mujeres en puestos gerenciales pueden generar casi un 50% más en acciones y utilidades que aquellas empresas que cuentan con menos.

Aumentar el número de mujeres que inicien carreras STEM supondrá una mayor oferta laboral por parte de ellas, lo que podría traducirse en mayor presencia en las empresas del sector. Acciones como las que he mencionado anteriormente darán paso a que la industria de la tecnología sea más innovadora, incluyente, genere mejores resultados y ofrezca un espacio en el que tanto mujeres como hombres puedan crear y ofrecer al mundo grandes soluciones que contribuyan al crecimiento de todos.

Compartir post