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El pasado sábado 20 de agosto, voluntarios de la Cruz Roja Colombiana pertenecientes a la Unidad Municipal de Orito, en Putumayo, acompañaron el nacimiento de una bebé al interior de un vehículo de la institución.
@Cruzrojacol
Hacia las 8 de la mañana, de ese día, se recibió una llamada telefónica proveniente de la vereda Bellavista, en la que se solicitaba ayudar a una joven de 19 años que se encontraba en trabajos de parto desde la noche anterior.
La vereda está ubicada, más o menos, a hora y media del casco urbano del municipio de Orito, por lo que cualquier vehículo no puede acceder fácilmente a la zona ya que la carretera es destapada.
Wilder Giraldo, voluntario de la Cruz Roja Colombiana desde 1997, atendió la solicitud de la comunidad. Inmediatamente informó a la Dirección de Socorro Municipal que se encargó de establecer un plan para asistir oportunamente a la joven Adelia Herrera, quien ya había roto fuente. Esto implicaba que el nacimiento de su hija era apremiante. Además, debido a la lejanía de la vereda Bellavista donde vive, no se había practicado los controles médicos prenatales necesarios.
En coordinación con el Hospital de Orito y para prever cualquier eventualidad ante el difícil terreno y el trayecto complicado, se organizó el traslado de la mujer en una camioneta 4×4 de la Cruz Roja Colombiana con el apoyo de cuatro voluntarios de la institución: Óscar Rodríguez, Jorge Coral, Óscar Agudelo y Wilder Giraldo.
Hacia las 10:30 a.m., el vehículo llegó hasta cierta parte de la carretera en donde se encontraron con familiares de la joven, a quien traían en una camilla improvisada y cubierta con cobijas. En ese punto se le hizo una primera valoración para confirmar que la situación no se hubiera agravado.
A continuación se inició el recorrido hacia el centro hospitalario, pero tras 50 minutos de viaje el vehículo tuvo que detenerse porque el nacimiento de la bebé no daba más espera. Gracias a los conocimientos de los voluntarios en este tipo de situaciones, pudieron asistir a la mujer de la mejor manera y recibir en sus brazos a la primogénita que empezaba a dar su primer llanto.
Lo más importante para ellos era verificar que la niña hubiera nacido en buenas condiciones, lo cual se hizo seguidamente mientras tranquilizaban a Adelia y le daban ánimo expresándole que todo estaba bien y que seguirían su camino hacia el hospital.
Al llegar, las recibió el equipo médico que se encargó de los chequeos de rigor. Tanto Adelia como sus familiares les agradecieron a los voluntarios de la Cruz Roja Colombiana el haber hecho posible el milagro de la vida en un momento tan complicado. Como regalo, la bebé recibió un paquete de pañales e implementos básicos de aseo.
“Es muy satisfactorio para mis compañeros y para mí haber ayudado en esta situación. Nuestra labor es netamente humanitaria y estas acciones nos llenan de un orgullo enorme para seguir trabajando en beneficio de la comunidad”, explica Wilder.
Estas acciones, sin duda, le dan valor a la Cruz Roja Colombiana y enaltecen el compromiso humanitario de sus voluntarios.
¡Porque a esta hora hay alguien de la Cruz Roja trabajando por Colombia!
