Tejiendo Redes para la gestión del riesgo en San Bernardo de Bata, Norte de Santander
El proyecto “Tejiendo Redes para Gestionar el Riesgo” de la Cruz Roja Colombiana pretende preparar a la comunidad de Norte de Santander, para reducir los riesgos de desastres y aplicar la Política Nacional de Gestión del Riesgo, haciendo de la prevención una responsabilidad de todos.
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San Bernardo de Bata es un pequeño corregimiento de la jurisdicción del municipio de Toledo en Norte de Santander, allí el fuerte invierno ha afectado a cientos de familias en los últimos años debido a los continuos deslizamientos e inundaciones presentes gran parte del año.
Jazmín González Vera de 35 años de edad, madre cabeza de hogar de dos niñas, a quien le ha tocado vivir, junto a su familia, la problemática que hoy engendran las tierras de este territorio: la creciente amenaza por deslizamiento y remoción de masas. Esto debido a la naturaleza del suelo y al represamiento e infiltración de las aguas en épocas invernales que han ocasionado este fenómeno de remoción.
Jazmín aún recuerda con temor una noche del año anterior, en el 2013, en la que la tierra comenzó a desmoronarse: “Una noche se cayó todo el barranco y tapó casi la carretera. Llovió tanto que a todo el mundo le tocó salir a la calle. Pensamos que todo se iba a derrumbar”.
Otra habitante de San Bernardo de Bata es Omaira Merchán de 36 años de edad, madre de cuatro niños, trabaja en el colegio de este corregimiento como auxiliar de servicios generales, quien cuenta cómo ella y su familia vivían en el lugar en el que ocurrió un deslizamiento de tierra hace casi un año, obligándolos a trasladarse para un lugar más seguro para ella, su esposo y sus hijos: “Como yo vivía exactamente donde se produjo el deslizamiento estoy…muy afectada, vi como poco a poco empezaron a verse las grietas de la casa. Cada día que amanecía uno veía que las grietas eran más grandes, que empezaron a correrse, que el techo empezó también a abrirse”.
Omaira, relata el día que tuvo que irse con su familia para sobrevivir: “…A mi me dio esto duro, el día que tenía que desocupar la casa, porque saber que con tanto sacrificio uno fue poco a poco construyendo y tener que dejarlo… Gracias a Dios no hubo pérdidas. Mi Dios es muy grande, le da a uno la posibilidad de salir a adelante”.
Al igual que Jazmín y Omaira, cerca de 10.160 personas con historias similares del corregimiento, se están beneficiando desde enero con el programa “fortalecimiento de las capacidades comunitarias y autoridades locales para gestionar el riesgo”, ya que asisten a los talleres realizados por la Cruz Roja Colombiana, orientados a sensibilizar a la comunidad, a garantizar una comunicación participativa y un conocimiento del riesgo.
¡Porque a esta hora hay alguien de la Cruz Roja trabajando por Colombia!
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