NUEVA TEORÍA SOBRE APARICIÓN DE MONSTRUOS DE LA ERA MESOZOICA
Amigos lectores, compartimos uno de los artícuos de nuestra revista URITORCO JUAICA OVNI y los invitamos a que la recorran en su totalidad.
Investigadores de diferentes partes del planeta se estan sumando a esta propuesta latinamericana. Biienvenidos.
LUMALOES
Por Virgilio Sánchez-Ocejo
NOTA PRELIMINAR: Conocimos al excelente ufólogo e investigador de lo paranormal el Sr. Jorge Omar Vázquez, ya fallecido, en un congreso de la desaparecida F.A.E.C.E en la provincia de Rosario en 1988. Entre los casos que discutimos se encontraba el abajo publicado.
Ahora que la ciencia está incorporando estudios paranormales, se aproxima su deseo final cuando expresara: «En lo más profundo de mi ser quisiera que las realizaciones y los resultados, fueran recompensa de lo que alguna vez se teorizo, con el mayor deseo de llegar a la verdad».
Cada día se acerca más su recompensa y sabemos que llegaremos a conocer científicamente la verdad.
Lo presentamos como homenaje póstumo al que fuera también un buen amigo;Fuente: Periódico CÓRDOBA, 1988.
Entrevistado: Jorge Omar Vázquez
Ante una nueva aparición de un dinosaurio, al parecer en el lago Nahuel Huapi, que sumada a otra observación producida unos meses atrás en el lago San Roque y otras pertenecientes al extranjero y que fueran publicadas por este medio, impulsados por la curiosidad y la mayor información recurrimos al ovnílogo e investigador de hechos y fenómenos extraños Jorge O. Vázquez quien nos brinda una nueva versión de dichas apariciones.
«Ningún animal de la prehistoria, se ha grabado tanto en la imaginación de las gentes como los majestuosos dinosaurios de la era mesozoica. Criaturas como el brontosaurio, el iguanodonte, el dinosaurio blindado (stegosaurus) y otros no menos impresionantes, asoman regularmente, algunas veces entre las páginas de historietas infantiles y algunas tiras cómicas y juntos con las series de extraterrestres y naves espaciales son el compuesto principal de la literatura de ciencia ficción».
«El concepto generalizado de que siempre fueron un peligro en la edad de piedra, en la que dibujantes y novelistas lo pintan de continuo como al acecho de algún hombre de las cavernas, atrapándolo y llevándoselo a sus crías, como suculento manjar de la «gastronomía dinosauril», está muy, pero muy lejos de la verdad. Hacía ya 70 millones de años que los dinosaurios se habían extinguido, cuando el hombre apareció en la tierra. Este tipo de saurios fue bautizado por las voces griegas «deinos» (terrible) y «saurus» (reptil) y ningún otro nombre tan apropiado, podría designar a este grupo de grandes bestias. Hasta aquí todo esto es historia y pertenece al pasado y las historietas a la ficción, pero ¿cuál es la realidad de la cantidad de observaciones que se vienen suscitando cada tanto tiempo, en nuestra época y en otras anteriores, de estas criaturas?
¿Qué hay de cierto de las apariciones del famoso monstruo del lago Long Nech (Necchi) en Escocia?
¿Y el plesiosauro del lago San Roque? Lo mismo que el monstruo «Nahuelito», del lago Nahuel Haupi, el therodaptilo alado de «Huertas malas» y el dinosaurio del «Ojo de Agua», cercano a Capilla del Monte, que fue visto más de treinta veces, de las cuales pocas fueron dadas a conocer y otras que aún se ignoran y las que se atribuyen producto de mentes delirantes. Grave error».
«Avistamientos y narraciones tan importantes como la del almirante Bird de la Marina de los EEUU quien sobrevolando el polo norte, diviso un paisaje alucinante, pastando tranquilamente una veintena de animales antediluvianos en un paisaje no menos fantasmagórico en medio de una selva tropical poblada de helechos gigantescos y volcanes humeantes, que nunca más pudieron ser hallados, dando pie a escribir su tan mentado best-seller, «La tierra Hueca». O el saurio gigantesco del que nos habla el escritor, antropólogo y explorador Edoardo Barros Prado, información recibida de la tribu de los «Parantintin», que juntamente con las «Amazonas», quienes habitan en el delta intermedio del alto Amazonas, aseguran que en dicha zona existiría toda una familia de estos monstruos. Maurice Chatelain, investigador de fenómenos extraterrestres y ex miembro de la NASA, al hablar de la escritura jeroglífica de los egipcios, hace mención a ciertas criaturas gigantescas, especie de saurios, que comentaban haber visto en sus viajes los mercaderes procedentes de Tebas u otras ciudades de la antigüedad en sus rutas de comercio. La totalidad de la cartografía antigua estaba representada en sus océanos y mares por innumerables dibujos de animales y monstruos antediluvianos, a los que muchos científicos calificaron como de gran imaginación de nuestros antecesores y superchería.
Germaine Dieterlen, explorador y etnólogo francés, en una gecetilla publicada a su regreso de una expedición a Bamaco al norte del Niger (África Septentrional), estudiando a los Dogones, habla de una especie de reptiles que habitaría en los inexplorados pantanos, de colosales dimensiones, cuerpo de saurio, cuello de reptil, muy veloces en sus desplazamientos».
«Con el transcurso de los años y luego de haber reunido, analizado e investigado, varias decenas de relatos que al principio consideraba imaginería popular o simples mitos y leyendas serranas, tal el caso del «Dinosaurio del Ojo del Agua», visto por más de 40 personas, en lo que va del siglo, creo llamada la hora de arriesgar una hipótesis personal. Dichas observaciones no serian de naturaleza material, sino condensaciones de imágenes de hechos ocurridos en el pasado (o futuro) que se transmitirían al sujeto en forma visual, algunas veces, y otras hasta con sensaciones olfativas, aunque no así auditivas (carencia de sonidos y ruidos)».
«Pero antes de completar la idea, sería necesario narrar el último testimonio de una observación producida en el paraje «Ojo de Agua», ubicado a 7 Kms. de Capilla del Monte. Del extenso relato, que me fuera proporcionado por Gustavo Santa María, oriundo de la localidad de Zalazar, prov. de Bs.As., extraeré solamente los pasajes más importantes para poder mostrar mi teoría».
«En ese momento me quede solo… no habían transcurrido dos minutos por decir algún tiempo, cuando de repente, el cielo se ennegreció, como si una gran nube hubiese tapado el so… un rocío verde comenzó a caer (?) tenuemente y al mismo tiempo una especie de bruma comenzó a envolverme… mire nuevamente hacia el cielo y vi que esa nube, la cual suponía de la altura normal era mucho más baja que la que yo hubiese visto… el color del rocío verde,… verde metálico, con sensación de frío pero que no mojaba… cuando baje la cabeza la confusión y el terror se adueñaron de mi. En el sector entre el cerro que estaba contemplando, hasta hacia unos instantes y yo, había aparecido un dinosaurio, o plesiosauro, o como quiera que se llame, que comía plácidamente, al parecer sin siquiera advertir mi presencia. Giro la cabeza, me miro, pero pareció no verme… como… si yo hubiese sido transparente para el… nunca en mi vida había deseado tanto estar en mi casa como hasta ese momento… otra de las cosas que pude notar fue un olor extraño, como mezcla de alhucema y combustible (?), que me impresionaba como dulzón y metálico… una fracción antes de desaparecer vi una especie de relámpago, casi al ras del suelo que se elevo en forma perpendicular hasta unos dos metros, luego una lluvia de pequeños relampaguitos, muchísima cantidad en forma horizontal… (Habla de cómo desaparece la imagen)… parecía meterse hacia adentro, como si en una filmación de una película de un sujeto que exhala el humo de un cigarrillo al dar la misma película en reversa, es como el humo se vería en comparación con la imagen».
«Si bien es cierto que el estudio geológico de la Sierra Chica, publicado en el Boletín de la Academia Nacional de Ciencias de nuestro país, no menciona la existencia de determinados minerales como el titanio, que es muy poco conocido y que según mi gran amigo, el lamentablemente fallecido Jaime Cañaz, pionero de la difusión de la problemática OVNI desde Capilla del Monte y hacia el resto del país y el mundo entero, en varias oportunidades me había comentado que poseía pruebas concretas de que al cordón del Uritorco y cerros aledaños de formación con sedimento arcaico como el Overo poseerían este mineral mas duro que el acero y resistente a la fricción (usado en cohetería espacial) en un orden de pureza del 80% mas, que en cualquier otro planeta hasta ahora descubierto. Además se habrían hallado muestras de itrio y circonio que son aun más raros de encontrar y que según informes que se habrían filtrado, de un investigador que tuvo contacto con miembros de la NASA, que en varias oportunidades habrían llegado con funcionarios del gobierno, hasta estas latitudes, ante los numerosos avistamientos y hasta aterrizajes de naves desconocidas».
«La idea que yo vengo sosteniendo, y que aun no ha sido demostrada en laboratorio, es que el itrio y el circonio y tal vez otros minerales, ante determinadas condiciones atmosféricas, de temperatura y de tiempo (años) y por un proceso de oxidación o combinación con otras sustancias o minerales de la zona, producirían condensaciones de vapores densos, que coincidirían con lo manifestado en el testimonio anterior, que tendrían la particularidad de captar imágenes que fueron verdaderas en otras épocas y en el mismo lugar, de hechos ocurridos, quizá millones de años atrás o en el futuro y que estarían fluctuando en el espacio en un tiempo en suspensión (recordar teoría de la relatividad de Einstein). Sería algo similar a lo producido en el tubo de brillo de la pantalla del televisor, con la diferencia de que en esa niebla densa estaría dado el fenómeno de las imágenes en una energía desconocida».
«Es necesario hacer notar que no solamente se han visto imágenes de saurios, sino también ciudades enteras, paisajes, como el La Rioja, Catamarca, Mendoza, Bariloche y en el mundo entero. Ciudades con cúpulas doradas y edificios de cristal (¿El Dorado?), lagos con vegetación en los desiertos, a los que erróneamente hasta hoy se los atribuye a espejismos, ilusiones ópticas, delirios. etc.».
«Tal vez este conocimiento o explicación pseudocientífica, no tenga razón de ser, insuficiente, o sencillamente falsa, pues el investigador no pertenece al mundo de las leyes físicas o químicas, sino al del motor de la imaginación. Las mas de las veces no es un cerebro ilustrado, un científico, un sabio, un alma imbuida de un fuego interior que lo impulsa a un fin, independiente de que la ciencia lo considere posible o no. Pero recordemos que Simon Newcomb al revisar las leyes de los cuerpos pesados, dijo que «ningún cuerpo mas pesado que el aire podría volar, salvo los pájaros» y los hermanos Wright, dos humildes bicicleteros inventaron el avión y Hertz, al descubrir las ondas hertzianas vaticino que jamás podrían ser empleadas para la comunicación y Marconi un empleado tendero le brinda al mundo el ABC de la radio».
«Quizás todas estas simples investigaciones y teorías un día serán solamente quimeras, un cuento de hadas o de gnomos, pero en lo más profundo de mi ser quisiera que las realizaciones y los resultados, fueran recompensa de lo que alguna vez se teorizo, con el mayor deseo de llegar a la verdad», concluyó Vásquez.
http://issuu.com/uritorcovni/docs/revista_10
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