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En todos estos años dedicados al estudio del fenómeno OVNI y la posibilidad de vida extraterrestre, he recorrido múltiples caminos, escuchado innumerables relatos y vivido experiencias que me han dejado más preguntas que certezas. Entre los muchos temas que rodean este campo, uno de los más controvertidos es, sin duda, el contactismo.

¿Qué entendemos por «contactismo»?

En el universo de la ufología, el término contactismo se refiere a aquellas personas que aseguran haber mantenido contacto directo con seres extraterrestres. Estas afirmaciones, que comenzaron a difundirse con fuerza a partir de los años 70, fueron popularizadas por figuras como Enrique Castillo Rincón, conocido como el “Hombre Contacto”, entre otros tantos casos emblemáticos.

A lo largo del tiempo, los medios de comunicación han promovido —a veces con sesgo sensacionalista— estos relatos, generando tanto fascinación como escepticismo. Sin embargo, el verdadero desafío es discernir entre el testimonio auténtico, la experiencia personal y la construcción imaginaria.

Capilla del Monte: experiencias que despiertan preguntas

Durante mis primeros años en Capilla del Monte, tuve la oportunidad de conocer a personas que aseguraban ser contactadas, y también a otras que afirmaban ser reencarnaciones de figuras espirituales o religiosas. Si bien estos encuentros fueron profundamente reveladores, también me enfrentaron al escepticismo social: el juicio fácil, la burla y la etiqueta de “locura” que tantas veces se lanza sin comprensión alguna.

Estos años me llevaron a hacerme preguntas más profundas: ¿Qué lleva a alguien a decir que ha sido contactado? ¿Qué necesidad emocional o simbólica se esconde detrás de estas narrativas? ¿Cuál es el límite entre lo espiritual, lo psicológico y lo real?

El auge de los nuevos contactados y la necesidad de revisión

Hoy en día proliferan proyectos, canales y redes sociales donde muchas personas se autodenominan contactados. Afirman ser “embajadores” de civilizaciones alienígenas, difunden mensajes supuestamente recibidos y hasta organizan movimientos o retiros espirituales. Frente a esto, sostengo una postura crítica: los extraterrestres —si existen— no eligen portavoces al azar, ni se comunican de forma tan arbitraria como algunos pretenden mostrar.

No se trata de negar la posibilidad del contacto, sino de cuestionar la ausencia de evidencia verificable, el manejo comercial de estos relatos y el impacto psicológico que pueden tener en quienes siguen ciegamente estas figuras.

Promover la duda, el análisis y el respeto

La clave no es la negación, sino la investigación. No deberíamos ridiculizar ni tampoco aceptar sin cuestionar. La duda es una herramienta de protección frente al engaño, pero también de apertura a lo posible.

Además, propongo hablar con cuidado y respeto cuando nos referimos a los extraterrestres. No sabemos quiénes son, ni cómo son. Proyectar sobre ellos ideas humanas —jerarquías, emociones, castigos, recompensas— es un error frecuente que impide comprender el fenómeno desde una óptica más amplia y profunda.

Reflexión final

El contactismo, como fenómeno cultural, psicológico y social, merece ser estudiado con seriedad. No todos mienten, pero tampoco todos dicen la verdad. Por eso, invito a quienes se interesan por este campo a formarse, a investigar, a distinguir entre fe y evidencia, entre creencia y realidad.

Solo así podremos avanzar en una verdadera comprensión del misterio extraterrestre y del papel que jugamos, como humanidad, en esta historia aún inconclusa.

Reflexión crítica sobre el contactismo, basada en experiencias personales y años de investigación en el fenómeno OVNI desde Capilla del Monte.

Les invitamos a ver nuestra Alternativa Extraterrestre realizado haciendo un enfasis en este tòpico.

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