Entrevista a Alfredo Meneses Cibrián, Executive MBA de IPADE Business School, Socio de Invivus Consulting y profesor invitado de varias escuelas de posgrados, como la Universidad Panamericana en México, la PRIME Business School (Miami) y el CEISA (Madrid) de la Universidad Sergio Arboleda en Colombia. El profesor Meneses realiza una aguda crítica al coaching y plantea una alternativa de acción más necesaria y poderosa.
El Touching es una palabra tan poco conocida como necesaria tanto en las relaciones sociales como laborales. Porque a los colaboradores no hay que dirigirlos sino inspirarlos, que vean en el líder un desempeño excepcional, en todo lo que hace. Los colaboradores deben darse cuenta de que el líder tiene claro un proyecto de vida y disfruta el realizarlo, de que se preocupa en conocer a su gente y entiende a los que trabajan con él y que como líder de la organización está cerca -es cercano- para comunicar, reconocer y retroalimentar. Con ustedes Alfredo Meneses, co-autor del libro «Menos Coaching y más Touching» (2018).
PREGUNTA.- En los últimos años, las empresas han recurrido con frecuencia al coaching para intentar poner solución a problemas organizacionales y para mejorar el desempeño de sus líderes. ¿Qué balance hace del coaching empresarial?
R.- La herramienta del Coaching es muy poderosa cuando se focaliza y se respeta su esencia no directiva. La situación actual es que hay una sobreoferta en alternativas de coaching que confunden al directivo y al mismo coachee. A cualquier proceso personal desafortunadamente se le llama coaching. Y esto también es originado al sin fin de instituciones que otorgan “certificaciones” en coaching con todas las variantes que gustes, incluso respaldadas por asociaciones de carácter internacional. Con ello, existe el riesgo de que cualquier persona que curse ciertas horas se convierta en “coach” y deba gestionar procesos de cambio personal sin toda la experiencia; y minimizar las bondades del Coaching a un enfoque meramente de negocio.
P.- ¿Qué otras intervenciones pueden ser de ayuda a las empresas para el logro de sus objetivos?
R.- Yo soy un convencido del impacto de hacer consciente el rol que cada uno ejerce en los diversos contextos de la vida, y para ello existen herramientas con base en programación neurolingüística, neurociencia, inteligencia emocional, metaprogramas, etc., que permiten hacer intervenciones focalizadas a nivel individual o en equipo para el logro de los objetivos organizacionales.
P.- ¿Cuál es la intervención más poderosa que recomiendas?
R.- La que emana del ejemplo. En otras palabras, si a través de este tipo de intervenciones logras ponderar el impacto de lo que haces o dejas hacer, de lo que dices o no dices, sabrás que la mejor intervención será lo que comuniques con tu actuar, por lo tanto es muy probable que amplíes tus opciones para responder ante cualquier reto y puedas inspirar a otros a la acción. A este proceso personal me gusta llamarlo Touching, el poder de tocar corazones, tocar el alma, inspirar a otros, mediante un balance de centrarnos en lograr el mejor desempeño personal, con un sentido y plan de vida claro, y al mismo tiempo, conocer, entender y estar cerca de quienes te rodean.
P.- ¿Cómo define este término del touching?
R.- Esto surge después de cientos de procesos de intervención con ejecutivos, tanto a nivel individual y como en equipo, donde la Dirección General buscaba un “cambio en su colaborador” sin darse cuenta que lo que necesitaba el colaborador era “un cambio en su Director”. Muchas veces la falta de atención, de cercanía, de guía, de escucha, de tacto, de touching… hacen que el ejecutivo se desencante de su “líder” y por ende, de su organización, y se pierda talento, continuidad en planes y se afecte el desempeño de la compañía. Por lo tanto, la propuesta es: hacer consciente el desempeño de tu rol, como líder en la alta dirección, y su impacto en tu equipo de trabajo o en las personas que te rodean, y verás que muchas veces, es un tema de touching, de comenzar con “un cambio en el hombre vértice de la organización” versus esperar “un cambio en nuestros colaboradores”. Si desde la cabeza se inspira a la acción, sucede magia en la organización.
P.- ¿Cómo medir el grado de inspiración, de touching?
R.- Muy simple, primeramente contestando la pregunta a nivel personal «¿qué hago yo para que esto suceda?» Este cuestionamiento es fundamental porque te lleva a reflexionar sobre el grado de responsabilidad que tienes en la dinámica de lo que acontece tanto a nivel de resultados como en las relaciones interpersonales de tu equipo. Y después a nivel organizacional, con una herramienta que hemos diseñado con distintas temáticas, logrando con ello conocer el impacto de las acciones del líder en los resultados y desempeño de la compañía. La gran noticia será que en la mayoría de las veces, la solución a muchas de las áreas de oportunidad mostradas es simplemente mayor touching por parte de la Dirección.
Más información: www.invivus.es
PABLO ÁLAMO
Buen post
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