Juan Fernando Sánchez: «Los negros en Colombia llevan siglos esperando el reconocimiento de sus derechos»
«La probabilidad de
perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es
justa». Estas palabras de Abraham Lincoln están en el alma de Juan Fernando
Sánchez Jaramillo, abogado humanista, no adscrito a alguna ideología de
izquierda o de derecha, liberal o conservadora. Es de esos abogados que cree
que vale la pena luchar por la dignidad de las personas y de lo que es justo,
por muy difícil que sea la contienda. Actualmente es el Coordinador de la
Clínica Jurídica de Interés Público y Derechos Humanos de la Universidad de La
Sabana y se encuentra haciendo una Maestría en Derecho Constitucional. Su
reciente experiencia en el trabajo comunitario le ha permitido conocer otra
realidad del país que le ha ayudado a acercar el centro con las regiones.
Trabaja en asuntos de comunidades negras y seguridad alimentaria.
PREGUNTA.- ¿Los
negros son libres en Colombia?
RESPUESTA.- Al
menos, los negros del Caribe insular no lo son. El concepto de esclavitud y de
libertad hoy ha cambiado. A pesar de que en 1851 se abolió la esclavitud en
Colombia, hoy existe una nueva forma de esclavitud que ya no usa las cadenas, y
a veces pareciera no ser evidente. Hoy la esclavitud tiene su origen en un
modelo de desarrollo discriminatorio y excluyente. Hoy los caminos de libertad,
que en aquél entonces sugerían las trenzas de las palenqueras, tienen que ser
construidos desde un modelo distinto de desarrollo que tenga claro un enfoque
humano basado en las capacidades y en la autodeterminación de los pueblos.
P.- ¿Qué sucede en
el Caribe Insular?
R.- Que la
esclavitud toma forma de invisibilización y de opciones ajenas de desarrollo
que obligan a los negros a sobrevivir a pesar de las circunstancias. Estamos
ante una clara vulneración del derecho fundamental a una opción propia de
desarrollo.
P.- En Colombia hay
más de 40 islas, en las cuales se calcula que viven más de 6000 personas. ¿Cómo
es la relación de Colombia con las islas?
R.- Colombia le ha
dado la espalda a sus islas y, por supuesto, a sus isleños. Esto se explica
porque somos un Estado centralista y desconectado de las regiones, fíjese
las marchas de los campesinos, el Catatumbo, las protestas de los indígenas en
el Cauca, la negativa de Piedras, Tolima a la minería. Aquí nos quieren vender
la idea de las locomotoras mineras y demás, y el pueblo no lo quiere porque
sabe que eso nunca va a beneficiarlo. En el Caribe Insular pasa algo
similar, nos quieren vender la idea de un turismo de élite, pasando por encima
de las comunidades y del derecho de todos los colombianos -el rico y el pobre-
a gozar de sus recursos naturales. Pero sobre todo, pasando por encima de los
derechos de las comunidades negras a la autonomía y a la participación.
P.- ¿Los
colombianos conocen realmente el Caribe?
R.- Si, por
noticias como la captura de Fritanga en Isla Múcura. Grave y desafortunado que el Caribe Insular se
reconozca por eso. Recuerdo que cuando llegué al Islote Santa Cruz por primera
vez, la comunidad estaba muy molesta porque los periodistas los catalogaban
como la isla más poblada del mundo, decían que vivían tan juntos que hasta soñaban
lo mismo, los veían como unos payasos de circo. Conocer el Caribe es conocer
una historia de libertad, cultura, patrimonio y de valentía que va más allá del
sol, la playa, la arena, los edificios blancos y las lujosas casas.
P.- Para
visibilizar el Caribe, ¿qué habría que revisar?
R.- El modelo de
desarrollo. El que se propone está totalmente desconectado de las comunidades
negras pues las ve como invasoras y únicas responsables del daño ambiental; lo
cierto es que el verdadero culpable es el Estado con su actitud omisiva y
distante.
P.- ¿Qué está
pasando con los baldíos en el Caribe insular?
R.- El Código
Fiscal de 1873 cuyas normas se reprodujeron parcialmente en el de1912 y que hoy
está vigente, establece que todas las islas son baldíos reservados de la Nación.
El problema es que las normas de la época sobre la propiedad
invisibilizaron a los negros quienes ya habitaban estas tierras desde
antes de 1851. Por virtud de su titularidad ancestral, los negros son los dueños
de las islas pero el Estado no ha querido reconocerlo. Desafortunadamente en
este país los derechos se ganan por medio de tutelas y hay que esperar años
para que se reconozcan. Así le pasó a Orika en Islas del Rosario que tuvo
que esperar cinco años a que la Corte decidiera por medio de la Sentencia T-680
de 2012 su reclamación a la titulación colectiva. El problema es que tratándose
de negros, no son solo cinco años, ellos llevan esperando siglos para el
reconocimiento mínimo de sus derechos.
P.- ¿Qué nota pone
a Santos en la gestión de las comunidades negras y del Caribe insular?
R.- De 1 a 5, 1.
P.- ¿Y a Uribe?
R.- Mmm… -1.
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