En Colombia nacieron 309.463 empresas durante el 2019. ¡309.463! Y de acuerdo con el informe Monitor Global de Emprendimiento, GEM, 2018 -2019, nuestro país es el segundo en Latinoamérica en tasas de emprendedores potenciales e intención de emprender.
Los deseos de hacer las ideas realidad toman fuerza en estas tierras, y en gran medida es gracias al exponencial crecimiento del ecosistema de emprendimiento, al que Felipe Santamaría -cofundador y managing director rockstart Latam- ya clasifica como ecosistema 3.0.
Antes de continuar, voy a contarles una anécdota. Pero no se preocupen, no es por puro capricho. El protagonista, al que llamaremos Juan, pasó un par de años de universidad conectándose con cuanta gente pudiera: docentes, compañeros con potenciales, entidades públicas y privadas, directivos, en fin, hasta con la gente de aseo y vigilancia.
Para algunos era un poco tonto lo que Juan hacía, era para ellos puro desgaste y hasta ‘lambonería’. Pero nuestro personaje había entendido durante su carrera la importancia de crear conexiones y adquirir contactos estratégicos; desenvolverse en espacios colaborativos y acercarse a personas de diferentes áreas del conocimiento. Juan terminó su carrera y adivinen qué: ¡Consiguió trabajo rápidamente gracias a un contacto! Sin embargo, sus aspiraciones iban más allá de ser un empleado, y un buen día inició su propia empresa. Poco tuvo que buscar para conformar un equipo, porque se había tomado el trabajo de hacer una red importante de relaciones con personas que terminaron aportando a su proyecto. ¿Alguien para temas publicitarios?, Juan sabía a quién llamar. ¿Quién lo asesorara legalmente? Ese contacto ya estaba en la bolsa. ¿Necesitaba logística y transporte? También estaba cubierto. ¿Hacía falta un empujón hacia círculos económicos favorables para su proyecto? Un par de llamadas, y tendría la oportunidad de entrar a esos círculos. Juan tenía ideas de negocio que materializó mucho más fácil de lo que otros lo habían hecho gracias a que se tomó el tiempo para crear conexiones.
La historia de este personaje es la de muchos colombianos que, desde el 2010, año aproximado en el empieza a sonar fuerte el emprendimiento en el país, ante la falta de experiencia, enfocaron sus energías en la consolidación de un ecosistema fuerte que les permita hacer realidad sus ideas.
¿Cuántas de esas 309.463 empresas nacionales que surgieron en el 2019 pensarán como Juan? Si no han creado redes desde sus inicios, tendrán mucho por hacer ellos solos, y estar solo en el mercado no es tan bueno.
Algo que Juan no conoció en su momento, pero que los negocios vigentes (cuántas de esas más de 300.000 empresas nuevas, por ejemplo) tienen al alcance de su mano, es el coworking. El trabajo arduo de varios años engordando la agenda de contactos es algo que hoy un emprendedor puede lograr en meses o incluso semanas gracias a los espacios de trabajo colaborativo, cooperativo y/o compartido.
El coworking crece tan rápido como la iniciativa empresarial en el país, y cada vez son más los interesados en gozar de sus beneficios: ahorro en costos de alquiler y mantenimiento de espacios físicos, sentirse constantemente acompañado y respaldado, crear situaciones en las que se promueva la creatividad a través de la transversalidad de disciplinas, y dar origen a proyectos innovadores.
Según Andrés Cardona, director de asesoría y servicios transaccionales de CBRE Colombia, citado en la revista Dinero, la tendencia de crecimiento de coworking indica que llegará a ocupar entre 70 % y 80 % de las oficinas, lo que quiere decir que la demanda de espacios de co-trabajo va en aumento, ¡¿y cómo no?! Es una gran oportunidad para hacer realidad sus ideas de negocio, y el momento para aprovecharla es ahora.
Espero que el bichito del coworking los haya picado y se animen hacer parte de estas comunidades para llevar tu idea a otro nivel.
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