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A lo largo de la historia del ser humano, las mujeres han jugado un papel fundamental cuando de decisiones o directrices se trata, de gestar un paraíso o convertir algo en todo un infierno. Bajo su seno se cuecen en realidad demasiadas cosas transcendentales que sin su sapiencia tal vez el mundo andaría más loco de lo que esta. Yoko Ono fue acusada entre otras de ayudar a desintegrar a The Beatles pero creo ya estaban rotos, a la luz real fue más el bien que le propino en este caso a John, evitándole perder el norte en plena crisis. Y aunque Sharon Arden es odiada por muchos y en medio de su buena intención ha conducido en ocasiones a su esposo a ser el payaso de la película, también es cierto que sin su visión, tal vez Ozzy estaría hace rato cantando en otro lugar no muy terrenal. Justamente cuando parecía el fin, la suerte y ese oriente llamado Sharon, soportaron un peso bien extremo, desembocando en la carrera en solitario del artista. Múltiples pasajes preciosos de esta cultura incrustados en las líneas cantan que de las casualidades o de coincidir en el momento indicado, surgen bandas brillantes para la posteridad. Aunque el nuevo ensamble del vocalista no fue el caso, debido a las circunstancias, la aparición de Randy Rhoads en audición, si viro el barco hacia otra puerto. Recomendado por un amigo y empujado por los consejos de su madre e incluso sin ser amante de los Sabbath, el guitarrista ajusto perfecto, al parecer el destino tenía guardada la plaza para su llegada, pues cuando echó a rodar sus dedos en un calentamiento simple pero contundente, logró capturar a los presentes en el estudio. Ozzy queda bien abrigado en las cuerdas y en vez de enseñar aprendió de un joven americano que lo sacudió con los riffs más recordados y con punteos llenos de codicia, pero especialmente por su carisma.
Los ochenta abrían los brazos para recibir cambios literales físicamente, ahora de pelo corto y rubio, eructa Blizzard of Ozz. Luego del polvo desatado da paso a una nueva bocanada, canciones con aroma permanente. La furia pulverizada en cuerdas exploto en una segunda obra de recónditos lugares de la mente. Diary of a Madman, ese traje de locura rasgado y de tinta roja natural, narro pasajes ocultos de historias clínicas cuya única catarsis fue escucharlo de principio a fin, majestuosa guitarra tallada en la homónima, o en Over the Mountain. El precoz Randhy en dos años y dos discos plasmo su esencia antes de partir a ese viaje necesario pero incompresible de la vida. Bastó para resucitar otra voz del rock que andaba en el limbo, rumbo a la dimensión desconocida, de paso segrego emociones en al inicio de la década.
De allí en adelante sin sanar del todo, incluido Scream (2010) ha grabado 8 discos, No Rest for the Wicked y Ozzmosis de los más destacados. Pero si algo hizo renacer a este personaje fue la idea inteligente de tener en sus filas a músicos destacados, en especial en las cuerdas, se nota la marca indeleble dejada por Randhy. Preocupado siempre por escoger cuidadosamente a quien lo acompaña en escena, ha blindado ese tono vocal único, gracias a la presencia, de: Jake E.Lee, Zakk Wylde, Randy Castillo, Robert Trujillo y el mismo Geezer Buttler. Loco, si claro, siempre lo ha sido, pero a la hora de juntar a buenos músicos para estallar al vivo pone esa cordura bastante demente, sonar al máximo. Esa arritmia de sus movimientos físicos en tarima, se podría juzgar fácilmente hoy, dirán muchos que es producto de desordenadas andanzas, pero hay que rasgar la historia para hallar a un joven desde entonces, con poco ritmo.
Muchas canciones a lo largo de la carrera de Ozzy se han convertido en eje central de las giras, casi nunca faltan, pero como en todo siempre algo queda por fuera. S.A.T.O. es una de mis preferidas, igual Diary of a Madman y buscando en la red no hay casi registros visuales de ella. Curioso siendo tan fuerte la repercusión en su momento. Sin embargo Colombia escuchará por primera vez, varios clásicos, atragantados desde hace ya bastantes décadas, posiblemente no como aquellas épocas donde el ‘madman’ esculpía tonos tan vigorosamente, pero esto no quita la franqueza y lealtad de permanecer en pie, acudiendo a la experiencia y a esa garganta añeja que con el paso de los años continua erizando la piel curtida. Sombríos estados de la mente, actos del hombre y abusos, pregonan la liricas, pero también melodiosos pasajes de esperanza y amor, líneas mejor ejecutadas.
selección minuciosa con lo mejor de…
Cuando murió Ronnie J. Dio, escuche a muchos arrepentirse por faltar a la cita con los padres del metal. Ahora con Ozzy Osbourne, hay una pequeña revancha guardando las proporciones. La pieza faltante de Black Sabbath acude tal vez a la una única presentación, dudo que el tiempo sea benévolo, para una segunda. Si algunos todavía dudan a causa de la actual alineación los invito a revisar, sus hojas de vida. Gus G. por ejemplo, ha participado en bandas como Arch Enemy, rostro fresco, influencia del metal de vanguardia con un testimonio como Diggin’ Me Down de la actual producción.
Todo radica desde la óptica en que se vean las cosas, muchas personas le deben a este personaje, la música le adeuda. Bien o mal es un ejemplo, y esa oscura pintura alrededor de sus ojos puesta antes del show, no es en vano, ella resalta el brillo de una persona más, que fue salvada por el rock.
Permanezcan Rockosos