El polvo que se levantaba el sábado pasado parecía el de un partido de futbol en una cancha despellejada de césped, pero al adentrarse en él, se podía esclarecer las figuras danzantes a ritmo de Rock, el aire se tornaba denso por momentos pero a decir verdad no importaba mucho, la fiesta había empezado y no había quien la detuviera. La «mancha negra» nuevamente abrió la puerta e ingreso en miles, desbordando las ganas de recibir refugio en las notas «pesadas», y lo mejor, dejándola abierta para los otros hermanos del rock. Los pronósticos musicales no fallaron, igualmente los meteorológicos, San Pedro esta vez cerro las represas y perdió la llave.
La mayoría de la las bandas entregaron a su estilo lo mejor, unas repiten su vieja fórmula sin novedades, otras en cambio se encuentran en un nuevo nivel buscando dar un paso más largo. Innerhate, desconocida en el medio local, pero de referencias positivas es un ejemplo de Death compacto. De voces profundas, melancólicas, Violet Gothic centrado en problemáticas del ser humano y llantos internos, Gaias Pendulum inscribe allí su concepto. En la tierra de nadie donde algunos sonidos se encuentran anclados en el tiempo, a causa de diversas circunstancias, hay un gigante libre de inmediatez llamado Ingrand, fortalecido se negó a morir hace décadas, rompiendo barreras mediocres permanece aferrado con sus garras, tomando los caminos tediosos, extensos pero vanguardistas, la casaca de Lamb of God izada por Juan Carlos hermano del también guitarrista talentoso y ex-militante, Jorge Burbano, lo dice todo, humecta toques frescos. Del lado de los cuentos cantados enérgicamente esta un gladiador de apellido Reina, el teje las redes que soportan una propuesta cada vez más visionaría, humilde pero frentera, venciendo a punta de garra lo obvio y facilista de entregarse a falsas imágenes prostituidas.
De las filas virtuosas, al mando de la esbelta seis cuerdas, cuya tropa empieza a convertirse en batallón a punta de estudiosos sacrificios, de punteos, riffs y ritmos, surgió una vez más las tranquilas sinfonías de José Fernando Cortés, llevadas a una tercera opción e intima tarima, colmada en su justa proporción, espacio encontrando por varios transeúntes perdidos que decidieron quedarse de repente, a observar cómo se puede sacarle el jugo a la diosa consentida. ¡Estos genios piden una categoría a agritos en el festival!
Recorrido visual de momentos R. Parque
La justicia llego en un momento álgido, parte de la historia reclamaba traer a las Leyendas que dieron forma al Rock And Roll criollo, esos «viejos» olvidados como los acetatos, desconocidos para la generaciones «modernas» pero de un multisabor aun difícil de superar. Tributo Leyendas, puso a bailar, reír y sentir, a los más jóvenes, se suponía debían estar en el escenario Plaza saltando con Plastilina Mosh, pero así es el rock nunca deja de sorprendernos. Genesís, Los Speakers, Flippers, Trafico…. revivieron un cuento desconocido para muchos de nosotros, contado, leído o escuchado por ahí, no solo tocaron, también dieron clase de historia para ubicarnos en tiempo y espacio. El vino añejo de la cava surtió efecto sin embriagar, resulto ser una cátedra con los máximos exponentes de lo nuestro, con respeto, no somos solo cumbia, porro y vallenato. Ante la incredulidad por fin se rindió homenaje a joyas preciosas precursoras de una cultura que aún se desconoce, la próxima vez puede ser en el escenario principal, las leyendas deben tener más eco.
Con la credencial de visitantes ingresaron al aire del parque Símon Bolívar varias culturas, llenas de regalos en sus alforjas, entre ellos los Descomunales sonidos asentados en Ecuador, los vecinos no muy queridos por estos días debido a las labores presidenciales de ambas naciones, dieron muestra de gozar de buen rock, sencillo pero directo a la hora de recriminar por las poses escénicas de los medios y los dueños del poder. Hacendados por las melodías de Neurosis, los momentos esperados para internase en el mundo orquestal de Haggard dieron fruto, frente a frente las profundidades constructivas de instrumentos clásicos fusionados con los eléctricos, contaron otra manera de formar una familia sin llegar a repudiar al abuelo. Pasajes épicos que por momentos quisieron cobrar vida ante la energía de la «mancha negra», juego de cuerdas de todo tipo, teclas limpias o acompañantes, voces en lo más alto de la montaña o desde la falda, hadas como Susanne, cuerdas ´Diocales’ y bellos movimientos imparables, carisma a granel.
El suelo del Festival que a veces sublevaba en temblor, permanece intacto, aún en medio de descargas de Ska, Reggae o punk, sin embargo la retaliación no vino por parte de él, los Mórbidos engranajes de Florida, estallaron la pólvora mojada por el pogo incesante de nueve horas diarias, el Angel de Metal retumbo 9 países a la redonda, en manos de Pete y su comando incesante de golpes al tambor, de manos de Trey y sus puntiagudos despliegues guitarreros, maestro de los alpes, (sigue allí) y de bocanadas David, quien reduce a la más mínima expresión el grito de un padre de familia endiablado. Los titubeos de más de noventa mil almas, aun hoy, se buscan en medio del viento abrasador de los fundadores del Death.
Vestido de azul en ojos de la guitarra, en blanco en el parche del batería y en rojo en los guantes de la franco vietnamita, la bandera de Francia hondeo su tricolor rockero, Ina Ich, encanta con el aporte singular de tocar rock, enérgico pronunciamiento en un idioma de acento marcado, superado por las ganas romper el silencio con tonos eléctricos bien cargados.
Como el lanzamiento de un disco, a continuación incluyo tres videos uno con los mejores momentos del Festival, es decir un gran éxitos, y dos registros a manera de sencillos:
Quede en deuda con algunas agrupaciones, como Antipoda o los Plankton (me regalaron su disco… luego les cuento), por varias circunstancias no pude verlas pero pregunte y les fue muy bien, igualmente a la organización que esta edición incluyo una tercera tarima con la posibilidad de ampliar la cobertura, acertada decisión, pero deben ir pensado en ampliarla y buscar impulsarla más. Se cosecharon éxitos en todo sentido, las expectativas fueron colmadas, la edición número 15 de Rock al Parque sigue creciendo, ya es adolescente, entonces se deben combatir con más atención las problematicas que trae consigo esta edad. Seguir ampliado los espacios para las agrupaciones, festivales locales, intercambios, garantías, pero bajo la responsabilidad de los actores de la escena, los músicos, ellos principalmente deben preocuparse por permanecer vigentes en su arte, proponer ideas y hacer respetar sus posiciones. Engrasar más esta máquina y fortalecerla juntando fuerzas, creo que es hora de sacudir a los «grandes medios», la realidad es evidente aunque no la quieran aceptar, el rock hace parte de nuestra cultura e indudablemente hace falta de su apoyo, pero de la manera correcta, soportados en varios de los maestros que están ignorados por la burocracia, personajes cuyo valor es incalculable debido al recorrido en este tema, se están extinguiendo. La organización, el talento, el comportamiento, están demostrados, como en todo, las cifras son necesarias y ellas continúan siendo claras, los libros están abiertos. Para ser gigantes debemos trabajar en equipo, reemplazar los 40 minutos anuales de gloria ya consabidos, por 120 minutos alrededor del mundo.
Permanezcan Rockosos
LO QUE NO HE PODSIDO ENTENDER ES PORQUE DIVIDEN EL ACCESO ES DECIR EL DE LOS D LA JAI Y LOS DEMAS QUE PENA Y SE ME VA SALIR EL ABOGADO, PERO ESO ES UNA VIOLACION AL PRINCIPIO DE IGUALDAD QUE NO DENOTA EN NADA LA «EXTREMA CONVIVENCIA» DE LO CONTRRIO LOS DE LA JAI SE HUBIERAN UNTADO DE POBRE
Califica: