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Mal contados, los 200 pesos de aumento en el valor del pasaje de TransMilenio y del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) significará ingresos, contantes y sonantes, de 18.960 millones de pesos al mes. Dinero efectivo, porque en cuestión de pasajes ni TransMilenio ni el SITP fían.

Digo mal contados, porque solo estoy haciendo la cuenta de los pasajeros que moviliza el sistema de lunes a sábado. Los domingos disminuye la demanda de pasajeros, y baja la oferta de buses, claro. Según las cifras oficiales, en promedio, en un día, TransMilenio moviliza 2’300.000 pasajeros y el SITP 1’650.000. Eso en cifras redondas son 3’950.000 pasajes al día.

No descuento a los beneficiarios de subsidios y rebajas, porque a ellos también les aumentaron los 200 pesos, aunque su tarifa sigue subsidiada.

Volviendo a la cuenta, los 200 pesos de aumento van a significar alrededor de 790’000.000 de pesos en efectivo al día, 4.750’000.000 a la semana y 18.960’000.000 al mes. Más o menos.

Los usuarios ya saben que no tienen más remedio que aceptar el aumento. Por eso, a cambio de esa platica, tienen (tenemos) su pliego de peticiones, porque si pagan más caro, quieren un mejor servicio, y no el que hoy genera zozobra, miedo e incomodidades.

Alberto C pidió en un correo «limpiar las estaciones de tanto mercachifle y darles una limpieza integral a las estaciones después del turno». El olor a orines y la basura regada por doquier son insoportables, dice.

«No más colados, no más vendedores ambulantes, no más cantantes… ¡Que por favor, protejan al usuario!», clama Baldomero Rodríguez. Habla por los usuarios de la estación de Banderas, donde la inseguridad tiene azotados a los pasajeros. Y otra usuaria dijo lo mismo del portal de las Américas. Pide descongestionarlo porque los pasajeros terminan enfrentados a codazos por la incomodidad y la demora de los buses en pasar.

«Si se le cobra la tarifa a todos los colados, se resuelve el problema y sobra platica», afirma Guillermo Hernández, quien se identifica como «un lector con intuición económica que además paga pasaje». Por si las dudas nos dejó su número de cédula.

¡Más buses, por favor, y que programen mejor los que hay! Este clamor es de usuarios de distintas rutas que no han logrado entender por qué pasan dos, tres y cuatro buses con diferencia de 30 segundos, como ocurre con la ruta 20 de Julio, por la troncal de la carrera décima, y después hay que esperar hasta 40 minutos para que pase otro servicio. ¿Es que no hay quien programe bien?, se preguntan.

«Yo quisiera no sacar el carro los sábados y salir en TransMilenio con la familia, pero es imposible por la falta de frecuencia en las rutas», advierte Luis Quintero.

No sigo con las peticiones de los usuarios, pero por si acaso, agrego mi petición: que haya servicio por la calle 26 los días festivos y que se mejoren las conexiones porque hay que dar mucha vuelta para ir al norte.

Señor alcalde, los usuarios de TransMilenio quieren recuperar el derecho a ir en los articulados en silencio, leyendo o pensando, sin que los asalte el estruendo de equipos de sonido a todo volumen que son utilizados como pista por cantantes improvisados que suben al sistema.

También quieren recuperar el derecho a no ser asaltados por un vendedor que se sube y reclama que lo saluden y le reciban todo tipo de productos que el pasajero no quiere comprar, so pena de acusarlo de maleducado y desconsiderado.

Señor alcalde, los usuarios ni siquiera le piden más sillas para ir sentados. Solo piden el derecho a no viajar con paranoia y zozobra. Solo quieren el derecho a que subir en bus no sea un riesgo para la seguridad y la tranquilidad.

No es poca la plata que representan los 200 pesos de aumento. Me contaron en la secretaría de educación que construir un colegio nuevo cuesta entre 12.000 millones y 20.000 millones de pesos. En cifras redondas, es lo que representa el aumento de los 200 pesos al mes.

Twitter: @YolandaGomezT

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