Voto de sinceridad de las casas discográficas: ¿El ocaso de la "payola"?
Ante fiscales de Nueva York, Warner se comprometió ayer a abandonar esta táctica publicitaria , aclarando un secreto a voces que consiste en entregar a los disc jockeys el CD promocional de su artista del momento junto a un "incentivo". Generalmente no se trata de dinero sino de regalos: Una canasta de frutas, un viaje… un carro… etc. La estrategia no era ilegal, pues dichos regalos estaban contemplados en los presupuestos de publicidad de estas empresas: -"Pendones nos cuestan tanto; contracarátula en tal revista, tanto; regalos a locutores, tanto"-.
Ya entiende uno por qué son tan caros los discos, ¿no?… Si los sellos discográficos necesitan combatir la piratería y pedirle honestidad a quienes consumen música, deben comenzar por practicar la honestidad en su propia casa. En ese momento sí tendrá argumentos para atacar la piratería…
Una reflexión sobre cómo funciona el tema en México se puede encontrar acá. El blogger vallenatero Jorge Naín Ruiz también ha comentado el tema, desde el punto de vista del vallenato en Colombia.
Para calentar el tema, yo quiero poner un tópico en el debate: Las huellas de la "payola", que son tan viejas como el Rock and Roll, sobre el nombre de un gigante: Alan "Moondog" Freed, el hombre que bautizó al género -en ese sentido, el DJ más importante de su historia-. Cuando vean la película "Ray", de la vida de Ray Charles, fíjense en los personajes que rondan al artista… encontrarán a Freed, quien también se inventó las correrías de artistas por todo E.U., antecedentes de todos los woodstocks, looollapaloozas y Ozzfests que se puedan imaginar.
Cuando hicimos el especial de los 50 años del Rock and Roll, acá en Eltiempo.com, tuve la oportunidad de contactar a los familiares del perro de luna. Quería saber más acerca de su legado, pero también de los escándalos de payola que lo envolvieron en el candor de su carrera.
Me encontré con Judith Fischer, la nuera de Alan, quien se ha encargado de levantar un altar al nombre de su leyenda y, además, de hacer notar al mundo que es sinónimo de rock and roll y no de payola. Pero acepta lo que ocurrió: Alan vivió ese error en carne viva; encontraba un alivio mediano en el alcohol y allí se alojó, lejos de quienes lo metieron en ese problema. El castillo de naipes de Moondog se derrumbó por unos pesos…
Judith encaró esa misión porque ningún otro miembro de la familia -incluido su esposo- sentía la confianza para hacerlo. Me confesó que el tema había hecho mella en los lazos familiares y que ella intentaba ser no sólo el pilar de un museo sino el de un círculo familiar. Las huellas del alcohol se transmitieron a la siguiente generación; la depresión ha sido un síntoma común… apenas hoy se está reconstruyendo la confianza.
La labor de Judith logró que aquel perro de luna que aullaba en la WFW para presentar a "los últimos artistas del momento" -Elvis… Chuck… Jerry Lee…- se convirtiera en el símbolo del rock and roll y por eso el Hall de la Fama se construyó en Cleveland, su tierra natal y sede laboral.
En la foto de la derecha, Judith, el día de inauguración de la estrella de Alan en el camino de la fama. En medio de la alegría del momento, existía -y existe hoy- una melancolía difícil de superar.
Lo que me pregunto es si los disc jockeys de hoy creen en que les espera una estrella frente al hall de la fama. Sea como sea, lo que esperamos los oyentes, en pro de la calidad de lo que vamos a escuchar por radio, es que programen su material porque lo consideren realmente bueno… Los demás regalos se los traerá la vida. Talvez una buena nuera y, en el mejor de los casos, un salón de la fama…
Suerte y pulso
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diego – dieglopezt@hotmail.com – yo tengo un iaudio u2 aqui en bogotá y lo estoy vendiendo escribanme a diegolopezt@hotmail.com
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