‘Chinese Democracy’, el disco enchulado de Axl Rose
Ver cómo magullan al pobre DiCaprio durante dos horas en la cinta ‘Red de mentiras’, rinde frutos para los melómanos al final, en los créditos, que desfilan con una sofisticada canción en la que se deja entrever la voz de Axl Rose. Resulta refrescante y sorprendente, pero también alarmante para la vieja guardia de los fanáticos de Guns N’ Roses.
Esta es la canción, If the world… un sueño de Axl a la James Bond:
El nuevo disco ‘Chinese Democracy‘, en tiendas en Colombia próximamente, que pude escuchar parcialmente por una copia de evaluación, va a encontrar más detractores que defensores, porque más allá de darles gusto a los seguidores del grupo, representa las miles de ocurrencias -algunas muy interesantes- que ha tenido Axl a lo largo de 15 años, desde su estudio en Hollywood.
Por ese mismo capricho, resulta anacrónico. Suena a todas las tendencias sonoras de década y media de música, pero es probable que no encuentre un sonido propio. Es de todo, menos Guns N’ Roses. Al fin de cuentas, el único miembro original que permanece es el cantante y ahora tiene hasta ex integrantes de Nine Inch Nails.
Siendo positivo, me parece que precisamente esa frescura hace al álbum encantador: Es escuchar a Axl jugando con el rock industrial, el trip-hop, el blues electrónico… Me parece un divertido plan de fin de semana sentarse a descifrar todas las influencias que pudo tener este disco.
Por ejemplo, al escuchar la siguiente pieza, ‘Sorry’, yo tuve la sensación de que estaba escuchando a Axl intentando emular al brillante ‘Whitey Boy sing the blues’ de Everlast:
Como notarán, incluso en esta canción se le oye a Axl cantar varios tonos más abajo de lo que usualmente conocemos de él. Algunos dicen que se trata de forzar la voz porque simplemente ya no puede llegar a esas alturas que lograba en los ochenta. Es probable que haya algo de eso, pero creo que el asunto va mucho más allá, es que el estilo vocal de Axl ya no es de este siglo.
Está obligado a bajar los tonos porque así es la música de hoy y si intentara repetir lo que usualmente hacía, seguramente solo encajaría en el mercado de los melancólicos, y no en el resto. Sería un retrato de los ochenta… y para eso, ya existen muchas bandas que le vienen mamando gallo al retiro cuasi obligatorio. Creo que es inteligente de Axl no intentar repetir la fórmula.
Desde The Spaguetti Incident?, el álbum de versiones de clásicos punk publicado en 1993 (¡hace quince años!), había quedado claro que Axl quería mirar hacia otras direcciones.
Cuando el material nuevo de un artista pasa tanto tiempo en edición y mezcla, suele convertirse en un pastel de innumerables efectos, como uno de esos boletosos carros ‘enchulados’ que salen en MTV: Texturas caprichosas, guitarras distorsionadas en pantalla y no en el instrumento, sonidos prestados caprichosamente, etc. El abuso del ProTools es una costumbre muy común en estos tiempos.
La siguiente pista, ‘Silkworms‘, que al final no fue incluida en el disco, seguramente porque se salía demasiado del formato, es un ejemplo de todo este dilema. Si bien, la que van a escuchar es una versión en vivo, escuché la versión en estudio que filtró un blogger estadounidense, y vaya si hay un extraño conflicto de personalidad, porque es como escuchar algo de Prodigy:
En la página oficial del disco, la periodista Erin Fox proclama como un éxito que este es «el álbum más costoso de la historia». La consigna es un tremendo desafío en medio de una industria en crisis, en la que precisamente los nuevos artistas están brillando por hacer sus producciones en casa con precarios recursos.
Por supuesto, tiene canciones muy pegajosas que pueden gustar en el mundo rocker de hoy. I.R.S. es muy contemporánea, aunque también mete ingredientes del blues, pero es un estilo vocal mucho más cercano a lo que hacía en GNR original, con una buena dosis de guitarra que bien no logrará reemplazar nunca a Slash, pero en fin… ‘T.W.A.T’ es más violenta y tendrá bastantes defensores, será la canción para el público mayor. ‘Chinese Democracy’, el sencillo que le da nombre al título, es pura candela, en el orden de sonidos muy contemporáneos, muy por la onda de Audioslave:
En resumen, a mí no me disgustó ‘Chinese Democracy’, me parece refrescante y sorprendente, pero también víctima del síndrome de múltiple personalidad. Lo que sí impresiona de Axl es todo el tiempo que tuvo en su producción, es decir, cómo logró obtener cómplices y financiadores para mantener este capricho por tantos años e imponer sus ocurrencias al mercado.
Suerte y pulso.
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