El basket colombiano debe aprender que el fracaso no es actuar y perder, sino no arriesgar nunca y quedarse estancado. Por eso el reto que se le avecina a las jóvenes del Sub-16 en el torneo Premundial que se disputará desde el 7 de junio es una oportunidad para que las jugadoras dejen todo de sí mismas en la cancha.
El primer rival es uno que en el papel ya venció a Colombia sin haber jugado: Estados Unidos. Por casi que simple lógica, tradición y preparación las dirigidas por Guillermo Moreno difícilmente podrían obtener un triunfo contra un equipo cuyo país buscará dar un primer paso seguro en el torneo en Buenos Aires contra otro que tiene mínima experiencia en este tipo de certamenes. Precisamente, esa es la gran ventaja para Colombia, pues tiene todo para ganar.
Este partido y en general cada paso que se da en el torneo es el camino para demostrar una ruta que el propio baloncesto nacional debería ponerse como idea: apostar al cambio como una oportunidad para crecer. Obvio, como en la cancha, no consiste en actuar de manera desordenada y hacer las cosas sin claridad. Por el contrario, es un principio para barajar las cartas a favor sin necesidad de pensar en lo ya escrito. Las rivales jugarán con la responsabilidad del peso de su historia, las nuestras jugarán punto a punto como si fuera el último sin más responsabilidad.
Nuestra dirigencia vive una situación similar: la posibilidad de innovación y apostar por nuevos caminos gerenciales sin seguir paradigmas del pasado que hasta ahora no han funcionado. Armar un proyecto a mediano y largo plazo para ser precursores de algo nuevo y no promotores de algo obsoleto y desgastado. No hay nada por perder pues el recorrido por andar es más largo que el actualmente recorrido.
Vale la pena soñar y creer en el equi femenino Sub-16 porque Colombia es Basket. Por eso los invito a que se unan en Facebook a https://www.facebook.com/ColombiaEsBasket y hacer parte del mismo equipo y sigan los resultados.
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