¿Se ha imaginado un mundo en el que el material reciclable se utiliza para suministrar energía e internet, prescindiendo de cableado, o en el que la harina de artrópodos es la fuente principal de proteínas en su dieta?
¡Pues le cuento que la semana pasada tuve una fantástica inmersión a estos escenarios futuristas! Y no me estoy refiriendo a la visita a los stands de escritores de ciencia ficción en el marco de la Feria Internacional del Libro, o a divagaciones oníricas en algún paradisíaco lugar con el sol pleno en mi cabeza.
Estos proyectos son sólo una muestra de lo que jóvenes emprendedores colombianos, con mucha creatividad y ganas de contribuir a la construcción de ecosistemas sostenibles en todo sentido, están proponiendo para transformar de raíz los paradigmas que soportan nuestra civilización.
¡No se trata solo de crear y emprender. Se trata de crear y emprender, para transformar y aportar al bienestar colectivo!
Everis, empresa de origen español y que se encuentra ubicada en 15 países, entre ellos Colombia, a través de su Fundación, ha sido la encargada de convocar, año tras año, a estos empresarios revolucionarios y de premiar, con recursos y mentoría, las mejores propuestas en el país y en el mundo. https://www.premioseveris.com.co/
Asistir, como espectadora, a estos premios, no sólo me llenó de orgullo por la capacidad creativa que tenemos los colombianos; y de esperanza por el compromiso social de las nuevas generaciones.
Conocer el trasfondo y funcionamiento de esta iniciativa, me permitió comprender que, con un enfoque participativo y formativo, desde la empresa privada se están abriendo caminos para contraatacar los males que hoy nos carcomen socialmente, como son la corrupción y la desidia.
¿Cómo es esto? Es claro que el ADN de las malas prácticas político-empresariales está en la lógica maquiavélica del capitalismo en su más salvaje expresión, según la cual, el propósito de la acumulación justifica la utilización de todos los medios. Por esto, iniciativas como la de everis, en donde se incentiva el que se encienda el potencial presente en nuestro ingenio para generar potencia social y obtener, más allá de la ganancia empresarial excluyente, importantes beneficios colectivos, es una forma de romper esta lógica individualista y viralizar el enamoramiento por emprendimientos socialmente sostenibles, en donde la cooperación entre empresas y grupos de interés es posible.
Se trata, de transformar el entorno no a partir de la crítica, sino de la acción. De aportar a la sociedad, antes que de pedirle al Estado. De cooperar con los grupos de interés, antes que de aprovecharse de ellos y quitarles el oxígeno. En suma, se trata de innovar en el concepto de Responsabilidad Social Corporativa que muchos dicen tener, por cuestiones de branding o de exigencias legales y de internacionalización, para ir más allá de donaciones dispersas o patrocinios por caridad, a la gestación de nuevos modelos empresariales flexibles, abiertos y transformadores.
Según Diego Tovar, CEO de Everis Colombia, la sociedad requiere modelos que pasen de la representación a la participación, y en donde con pequeños cambios se logren grandes transformaciones. Para esto, la innovación es una obligación, la exaltación de la función social de la empresa es una necesidad y la redefinición de las relaciones de la empresa con el entorno una gran oportunidad.
Cuando la inercia pesa, la transformación se gesta. La revolución de la innovación social y productiva, con responsabilidad social corporativa, no da espera.
Epílogo: Pronto los proyectos ganadores en Colombia del premio Everis, en las categorías de modelos de negocio en la economía digital; biotecnología y salud; y tecnologías industriales y energéticas; tendrán la oportunidad de medirse globalmente, y de concursar por una bolsa más jugosa de recursos para materializar el futuro, aquí y ahora. Desde este blog, les deseamos mucha suerte a nuestros representantes. Ojalá, este año, el premio global sea para un colombiano.
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