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En realidad, el domingo no se vota contra Maduro, se vota contra Diosdado Cabello, y esto explica todo.

Todo el temor del triunfo de la oposición en la Asamblea Nacional de Venezuela, que lleva a que el Presidente amenace con un golpe de estado en sus diversas declaraciones, no es otra cosa que el miedo que lo posee, porque sabe que si pierde la Asamblea, Cabello perderá el poder que tiene e inevitablemente buscará otro.

Maduro sabe que Cabello tiene más poder que él, y muchos venezolanos viven esto día a día, y a medida que las horas se acercan, comprenden que este domingo el plebiscito electoral es contra el poder detrás del poder, contra la sombra que gobierna con el temor a los demás, y que al ser vencido puede desatar acciones violentas por asegurar su fuerza.

Las urnas dirán la verdad, pero quizá no la sepamos. Mas, ellos sí la sabrán, y temen verla, porque les dirá que perdieron, que traicionaron a Chávez, que simplemente no tuvieron la capacidad de lograr la revolución sino un remedo de dictadura que dejó sin comida y sin libertad a sus seguidores.

Las armas, la violencia, la opresión son la tentación del mañana. Maduro verá cómo Cabello pierde votos en todo el país, cómo su pueblo le reclama por el incumplimiento, cómo el mundo entero está pendiente de su acciones para señalarlo como antidemócrata, mientras definen si publicar la verdad tozuda de la votación, o manipular la situación para mantener el poder sin legitimidad, y dar comienzo a la caída del régimen o el comienzo de una dictadura que traiciona su visión de nación.

Este domingo el régimen sabrá la verdad y definirá qué hacer con ella, y todo se debate entre informarle o no al país de la pérdida de poder de Cabello frente al pueblo, y desembocar un golpe interno en las filas de la revolución, o maquillar los resultados para proteger a Maduro de su más grande temor: la posible traición de su aliado.

Los poderosos creen que son imprescindibles, y que el tiempo pasado no existió y el futuro no tiene sentido sin ellos; Bogotá habló, Argentina habló, Ecuador está hablando, y llegó el momento de la voz de Venezuela, que le dirá a Cabello que su tiempo ha llegado, que es momento de ceder el poder y dar paso al cambio; más, el temor por ser condenado, perder el poder y pasar a la historia como un criminal, hará que el régimen actúe cada vez más de manera criminal y se mantenga en el poder, reduciendo las libertades de todos, para asegurar la no detención de unos pocos.

Viene un domingo histórico, viene un momento irrepetible, llega el momento en que el régimen sabrá la verdad: el país ya no quiere a Diosdado Cabello, y es el comienzo del cambio. Venezolanos, a votar contra Cabello, a prepararse a defender su libertad.

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